Por asistir a un curso de nulo interés, pero con muchos diagramas y transparencias, no te dio tiempo de leer, fallo imperdonable, las cartas al director. Menos mal que un amigo, más atento lector, te manda un correo para indicarte que te acaban de sacar en el periódico con una T de más.
Por lo demás, acierta D. Agustín al distinguir alumno de discípulo. Tus derroteros te llevaron por otros caminos pero no te habría disgustado dedicarte profesionalmente al estudio del mundo clásico.
Don Agustín fue tu inolvidable profeso de Lenguas Clásicas, con el que coincides últimamente en el Archivo Histórico Diocesano del que es Director, mientras tú te afanas algunos martes y algunos jueves en tomar notas de esos legajos de los siglos XVIII y XIX (de momento) llenos de Fueyos, Moranes, Garcías, Toribios, Requejos, Campomanes, Mirandas, en busca de tus ancestros y los del contorno. Es ahí donde encontraste por primera vez en 1872 el primer nacimiento de padres no asturianos, un San Juan de Tortosa con una Cuevas de Santander, trabajadores del ferrocarril según lees en el asiento correspondiente. Unas páginas más adelante volviste a leer que el 26 de octubre de 1880 nace una Dominica Luciana Bardot, hija del francés Alfonso Bardot y de la navarra Fermina Echeyare, y en la profesión del padre lees que era montador mecánico de los puentes de hierro del ferrocarril. Inmediatamente asocias a este Bardot con la brigada que habrá traído Eiffel para la construcción de algún puente metálico que se le atribuye. Datos para la microhistoria. Seguirás escarbando en los legajos.
Entre hoja y hoja echas una parrafada con D. Agustín sobre el mundo homérico y sobre esos caligramas extraordinarios de Joma, y sobre la novela “Todos los nombres” de Saramago, ambientada precisamente en un registro civil cuyo encargado se empeñó en indagar todos los nombres y todas las vidas del registro.
Bien te llama alumno Don Agustín, que para ser discípulo tendrías que ser, como enseña el diccionario, persona que aprende una doctrina, ciencia o arte bajo la dirección de un maestro. Y aquí hay maestro pero no hay discípulo.
5 comentarios:
Todos Los Nombres (Saramago):
(...)Si usted fuera funcionario de la conservaduria general sabría que no es posible engañar a la muerte.
(...) Si un reloj comienza a retrasarse o a adelantarse no es por defecto del tiempo. Si no de la maquinaria, por lo tanto yo debo de tener la cuerda averiada.
Gran profesor D. Agustin.
Saludos
Alipio
Mejor que te añadan una letra, en este caso la "t", a que te la quite, la "a" final, pongamos por caso. El resultado ..... tú mismo.
je, je...
PD. ¿no hay nada sobre la "tortilla" de Areces?
legajos.....suena mal, pero hay que ver lo que encierran.
¿No superan en ocasiones los discípulos a los maestros?
Maestro....discípulo
Suena bien. Es bonito.
Que poco se lleva.
"Todos los nombres"... Disfruté mucho con ese libro.
Cierto que el término discípulo suena bien.Y está en completo desuso.Habría que recuperarlo.
¿Organizamos una plataforma?
Salud
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