2017/09/18

LA JARRA DE AGUA

Un día lees en la prensa una noticia sobre la costumbre o la negativa a servir gratuitamente una jarra de agua en las comidas.

Otro días lees una entrevista a Javier Bahón, especialista en inteligencias múltiples, de la que extractas lo siguiente:

–Defiende la importancia de aprender a pensar. ¿Cuál es a su juicio el mejor modo de hacerlo? 
–Lo necesario es lo más sencillo. A pensar se aprende pensando. Debemos generar oportunidades para que los niños piensen y no darles las respuestas y el aprendizaje ya enlatado. Podemos mediar en el proceso con buenas preguntas, retos y pistas, pero no soluciones, porque eso enseña a delegar en la solución de problemas más que en afrontar-los. Tenemos que jugar siempre la baza del pensamiento creativo y divergente, es decir, la búsqueda de más de una salida para cada situación y problema.

Volviendo a la jarra de agua, te planteas la pregunta de qué es lo más justo. Puedes utilizar varias muletas que te ayuden a decantarte por una u otra opción.

Por ejemplo puedes apoyarte en la costumbre patria, que generalmente no ofrece el servicio gratuito de agua porque una fuente importante y descansada de sus ingresos la constituye la venta de bebidas con y a las comidas. Si el sector se viera obligado por una norma o por la presión social a un giro en la costumbre, incrementaría a medio plazo el coste de los platos para seguir manteniendo los márgenes previstos.

También puedes apoyarte en otros usos internacionales, donde dicen que es habitual la jarra gratuita y de oficio. Quizá en otros países hayan repartido el coste de la jarra con anterioridad entre platos y postres.

Puedes argumentar en base a la libertad de la oferta y la demanda, según la cual está permitido todo lo que no atente contra normas mínimas de seguridad y salubridad; o lo contrario, si pones el acento en la defensa del consumidor.

Sin embargo, el planteamiento desnudo debería ser, ¿qué es más justo? pero acto seguido nos toparíamos con la duda de cómo definimos la justicia a esos efectos. Equiparar la justicia a la ley positiva no es solución. La ley seguramente será democrática pero otro ley de otro país también será democrática, pero contradictoria con la primera.

En materias ligeras como esta, en la que ningún principio fundamental entra en juego, la justicia se identifica con las normas aprobadas bajo el procedimiento formalmente establecido: puro Kelsen aplicado a la jarra de agua, porque ¿qué es más justo, que los coches circulen por la izquierda o por la derecha?. Depende, de los países, como lo de la jarra de agua.

Todo a cuenta de un ejercicio ligero de pensamiento o de pensamiento ligero..

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Ha pensado usted, a modo de ejercicio de gimnasia mental, las consecuencias de que la gente practique el librepensamiento? Llegaríamos a la rebeldía ciudadana. Pongamos por caso a la sociedad catalana ¿cuántos años hace que están adoctrinando a los cachorros en las escuelas del régimen separatista para crear el caldo de cultivo contra España? ¿Cuántas madres han enseñado a sus hijos a pensar para ser libres? ¿Cuántas madres enseñan a sus hijos a seguir la moda? Cuántas personas están practicando ritos y costumbres por inercia?¿Cuántos ateos, incluso apostatas, se casan por la Iglesia, bautizan a sus hijos por la Iglesia de la que reniegan y blasfeman?
Volviendo al agua, yo no voy a un chigre a pedir una botella de agua, otra cosa es beber sidra con los amigos y a algún tabernero le he oído decir que el agua del grifo no la cobra. Y se de alguna denuncia por cobrar en la mesa 3€ por una jarra de agua del grifo, esos clientes jamás han vuelto a ese restaurante. En numerosas ocasiones he visto pedir y servir un café con un vaso de agua al lado. No me ha parecido que cobrasen el vaso de agua aparte del café. Hay gente que no piensa a largo plazo y muchos de los que se dedican a la restauración, fracasan por su cicatería. Afortunadamente para ciertos servicios todavía se puede elegir y aunque la Cocacola sea igual en todas partes, en unos sitios me la sirven con más encanto que en otros. A las malas, la compro en el super y no en el bar y me la bebo donde quiero y me sale más barata, como el botellón, cosa que afecta al sector de la restauración, porque dejan de ingresar en sus locales. Es mejor criar borregos para tener garantizado el voto cautivo. Cualquiera que sea libre en sus razonamientos, es un potencial enemigo del sistema, el que sea.