2016/09/02

EL LABERINTO DE LA INVESTIDURA

Tachan los ciudadanos de incapaces a los políticos por no alcanzar pactos que terminen en la investidura del presidente del gobierno, pero esos mismos ciudadanos no se ponen de acuerdo en qué hacer ni con quien pactar ni qué pactar ni a qué se puede renunciar, porque se supone que a algo habrá que renunciar sin que pese sobre uno el remordimiento de la traición. Si sacamos pecho todos, estamos condenados a sucesivas elecciones hasta que algún partido obtenga la mayoría absoluta menos un escaño (se da por descontado que el apoyo de Coalición Canaria lo tiene asegurado el ganador a cambio del asfaltado de alguna autovía o de la remodelación de algún puerto: la paradoja de la utilidad y la insolidaridad de los pequeños partidos).

El PP desempeñó su papel de presentarse como partido más votado, aunque es posible que lo haya hecho por un monumental despiste constitucional al forzar a la presidenta del Congreso a iniciar los trámites para una sesión de investidura que podía haber obviado, como ya hizo en las anteriores elecciones. Pasado el trámite, llegó a un acuerdo razonable con Ciudadanos y no llegó a más porque el PSOE no se lo iba a dar nunca y los nacionalistas en este momento autonómico preelectoral tampoco.

Ciudadanos jugó un papel respetable. No hizo nada diferente de lo que viene haciendo en comunidades autónomas y ayuntamientos: apoyar la gobernabilidad sin mirar a izquierda o derecha aunque tenga preferencias liberales -vamos a decir-.

Podemos lo tiene fácil. No puede pactar con un partido frontalmente distante y no le queda otra que invitar/incitar al PSOE a lanzarse a la arena. Si llegaran a co-gobernar, ganarían cuota de pantalla e impacto mediático, ya que dan varias vueltas al PSOE en este terreno.

Los nacionalistas no moverán ficha al menos hasta después de las elecciones autonómicas próximas. Además, lo suyo es el raca-raca, ir aumentando competencias (con la inyección presupuestaria correspondiente) después de cada pacto y también seguir con el incremento sostenido de partidarios de la independencia hasta que ésta caiga democráticamente como fruta madura.

Dejas para el final el colosal papelón que tiene ante sí el PSOE. Su máximo órgano entre congresos reiteradamente insistió en no apoyar a Rajoy ni por activa ni por pasiva, es decir, ni absteniéndose once diputados para que en segunda votación saliera elegido presidente el candidato del PP, ni siquiera mediando ningún pacto de investidura, que no se llegó a insinuar. Siendo esto así, al PSOE no le queda otra que ir a unas terceras elecciones, de momento con la única esperanza no ya de ganar sino de sacar ventaja a Podemos, que es su principal objetivo a corto plazo. El único punto común importante de PP y PSOE es su oposición al creciente nacionalismo, con el matiz de que el PSOE depende de sus números en Cataluña, donde llevan nadando años entre dos aguas. Ese punto de confluencia es bien poco para gobernar. Sería concebible únicamente como pacto secreto inconfesable.

En relación con el PSOE lo que digan los históricos son opiniones, las hay para todos los gustos y la prensa airea las que coinciden con la cuerda de su línea editorial.

De momento, quedamos a la espera de las elecciones vascas y gallegas para comparar los resultados con elecciones anteriores y para levantar proyecciones de futuro en cuanto a los partidos de ámbito nacional, porque los partidos nacionalistas seguirán con el porcentaje acostumbrado. Esas proyecciones pueden servir a los partidos estatales para ver por dónde irán los tiros en las elecciones navideñas. Los que prevean mejorías irán a elecciones, los que sospechen bajadas intentarán pactos. En consecuencia toca esperar.

Un pacto valiente sería que los cuatro partidos cambiaran sus cabezas de cartel, Rajoy por encabezar un partido con tanta corrupción, y los otros por haber perdido votos en relación con las anteriores elecciones. Se te antoja un sacrificio imposible.

Otro pacto posible pero inaudito PP-PSOE sería obviar a los nacionalistas (su punto común), es decir, sus veinticuatro escaños, de manera que de cara a la gobernabilidad consideraran que el Congreso está formado por 326 escaños. El partido nacional llamado a quedar en la oposición se abstendría en el número de escaños necesario para que el partido llamado a gobernar alcanzara la mayoría necesaria para la investidura.

Por si no estuviera claro, tu preferencia es una izquierda no nacionalista, pero puestos a elegir entre lo malo y lo peor eliges a la derecha no nacionalista antes que una izquierda nacionalista, germen de la mayor insolidaridad, y eso queda bastante alejado de la izquierda. Qué gran error visto con ojos de hoy aquellas pancartas que tan simpáticas te parecieron: Llibertat, amnistía, estatut de autonomía.



13 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que la mayoría de los buenos ciudadanos queremos un buen gobierno, un gobierno que nos ofrezca calidad de vida. Los que están es las estructuras superiores de la sociedad vive mejor que los que están trabajando 10 horas por 1500€, pero todos podemos tener una seguridad en las calles y en nuestras casas, unas calles limpias de basura, unas calles sin baches, una justicia accesible, una sanidad sin listas de espera de 24 meses, de 12 meses, de 6 meses. Yo desde la izquierda no quiero una España con provincias como Gibraltar, como Andorra, como Mónaco: el vasco debe tener los mismos derechos que el extremeño, que el murciano, que el gallego, que el catalán. Los partidos deben dejar el voto libre a los representantes del pueblo, sean diputados o concejales. Hay problemas que resolver a nivel nacional y si no hay gobierno no se pueden tratar en el congreso. Y estoy totalmente en contra de las mayorías absolutas, el gobierno de muchos es consensual.

Anónimo dijo...

Estamos viviendo el debate sobre el estado de la nación. No es el acto de investidura. Se parece más a una embestida. Viven de los impuestos de los españoles y no solucionan los problemas de los españoles.
Si en una comunidad de vecinos no nos ponemos de acuerdo seis vecinos, los parlamentarios reflejan el espíritu de lo español: el capricho, las obstinación, la niñería, el egotismo, el que hagan los demás lo que yo quiero, o me llevo el balón, o rompo la baraja, o ni jugamos ni dejo jugar. ¿Esto es decidir entre todos?. Y se quejan de que Franco fuese un dictador y nuestros diputados democráticos están sometidos a la dictadura tiránica del partido, que tienen que levantar la mano que les diga el jefe cuando se lo diga el jefe. Y el que no acate la jerarquía de partido, a tomar por... No sabemos vivir en coalición, tenemos que vivir en dictadura, con mayoría absoluta. Los diputados NO representan los intereses de los ciudadanos. Es vergonzoso ver como se ponen a parir. Si hay elecciones de nuevo y sale Rajoy con mayoría absoluta, sobran todos los demás parlamentarios, porque saldrán las leyes como al PP le interese y por mayoría absoluta, los demás con derecho al pataleo, pero a su puta casa, pueden ni ir al Congreso por que lo van a guisar sin ellos y ya no digo si en beneficio, o en perjuicio de los ciudadanos, pero sin representación. Ahora puede haber un gobierno representativo y la estulticia de algunos dirigentes nos arrastran a esta situación. A celebrarlo!!!






Anónimo dijo...

Si hay que votar el 25 de diciembre y me toca en una mesa electoral, juro por dios que voto al PP.

Anónimo dijo...

El miembro del Comité Federal del PSOE José Antonio Pérez Tapias, quien en 2014 se midió con Pedro Sánchez en las primarias del partido, considera que si el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, no logra "mayoría suficiente" para permanecer en La Moncloa, el PSOE debe intentar formar Gobierno. Aunque admite que se trata de una opción "difícil", subraya que "no es imposible".
Históricos socialistas piden que el PSOE facilite la investidura de Rajoy. Exministros como Caamaño, Gómez-Navarro y García Vargas y barones como Fernández Vara prefieren que el PSOE se abstenga antes que repetir los comicios. La mayoría cree que el PP debe convencer a C's, PNV, CC y Nueva Canarias.
El PSOE está dividido. Ferraz quiere comenzar ya a hacer oposición y, por tanto, deja claro que no votará otra cosa que no sea "no" en una investidura de Rajoy. Pero, al tiempo, algunos barones y exministros creen que hay que garantizar la gobernabilidad, aunque sea a costa de fórmulas como la abstención, si se diera el caso. "Casi que debería abstenerse todo el mundo para que no hubiera nuevas elecciones, así de claro", enfatizó el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara. El exministro de Justicia de los últimos años de Zapatero, Francisco Caamaño, quien opina que "el PSOE debe permitir que Rajoy intente la investidura con los apoyos necesarios y, si eso fuera frustrado, el PSOE debe ser consciente de la catástrofe que serían unas terceras elecciones, y para eso están los partidos con fondo". "Llegada esta situación... abstenerse y dejar gobernar", ataja. "Hay que dejarle gobernar al PP absteniéndose, pero estando en la oposición desde el día uno", apunta Javier Gómez-Navarro, exministro de Comercio y Turismo. La ex número dos del partido Elena Valenciano también entiende que "es importante que haya un Gobierno cuanto antes" y "si Rajoy no consigue la investidura, se abrirían otras opciones". La aritmética parlamentaria hace que esas opciones no puedan venir de otro sitio que del PSOE, a cambio de contrapartidas. Otros exministros, como Miguel Sebastián (Industria, 2008-2011), rechazan de plano el apoyo al PP, tácito o explícito: "A largo plazo, la abstención sería nefasta para el PSOE. Como no es necesaria, el PSOE no debe hacerla; sería muy dañina y produciría una crisis monumental".
Y otros exministros, como Trinidad Jiménez prefieren "no interferir en este debate público".

Estaremos un año sin Diputados y el país no se para. Demuestran que el Estado se puede ahorrar esos sueldos para otros servicios sociales.

Anónimo dijo...

Sánchez aprobó en tres Asambleas la mayor emisión de preferentes de Caja Madrid entre 2004 y 2009 negando cualquier responsabilidad personal sobre la política de la entidad bajo el mandato de su expresidente, Miguel Blesa.

En la sesión ordinaria de las reuniones de la Asamblea General celebradas el 5 de marzo de 2007, el 3 de marzo de 2008 y el 22 de junio de 2009, los consejeros generales, incluido el citado Sánchez, economista de profesión, aprobaron sendas autorizaciones genéricas para que Caja Madrid pudiera emitir preferentes y colocarlas a clientes particulares de su red de oficinas a pesar de que, ya en mayo de 2009, la CNMV alertó a sus inversores de que las preferentes eran "un instrumento complejo y de riesgo elevado que puede generar rentabilidad, pero también pérdidas en el capital invertido".

Desde la residencia del gobierno ¿qué no firmará éste?

Anónimo dijo...

Caja Madrid bonificó la hipoteca de Pedro Sánchez. El hoy líder del PSOE firmó una hipoteca, siendo consejero de la Asamblea General de Caja Madrid, con condiciones similares a las de un empleado de la caja. ¿Vemos la paja en el ojo ajeno? ¿LLamamos al adversario corrupto como si nosotros fuésemos de una honradez acrisolada?




Anónimo dijo...

Le voy a pagar a mi hijo la afiliación al sindicato y a un partido político, seguro que le va mejor que de ingeniero de telecomunicaciones. No s si elegir PP, Psoe, C's, Pdemos, Mareas, porque en cualquier momento la tortilla puede dar la vuelta.

Anónimo dijo...

Seguimos con el paripé

Anónimo dijo...

Se perdió la ilusión por echar a los de la casta

Anónimo dijo...

vaya mafia

Anónimo dijo...

El laberinto de pasiones

Anónimo dijo...

Ciudadanos se arrima al sol que más calienta y Sánchez no pierde la esperanza de que le embistan

Anónimo dijo...

Don Benito Pérez Galdós ya dejó reflejada la España de hoy hace muchos años. La cantidad de gente que vive de la política!