2016/09/27

DESPUÉS DE LAS ELECCIONES GALLEGAS Y VASCAS

Vistos los resultados -los grandes números- encuentras mensajes contradictorios. Hiciste una comparación de las cifras de ahora con las de hace cuatro años no tomando en consideración a partidos o agrupaciones que hubieran obtenido menos de veinte mil votos.

Comenzando por Galicia, en 2012 la derecha (el PP, porque UPyD era un mix de 21.000 votos casi irrelevantes) obtuvo 653.000 votos. En 2016 la suma de PP y Ciudadanos suma 724.000 votos. La inclinación a la derecha es evidente, pero la izquierda no descendió sustancialmente en número de votos: en 2012 sumó 638.000 mientras que en 2016 alcanzó los 646.000. Si todos ganaron, ¿de dónde salieron los votos? De la mayor participación y de la fuga de los pocos votantes centristas hacia opciones más nítidas o más radicales si se quiere.

En cuanto al voto nacionalista, en 2012 AGE y BNG sumaron en total 345.000 votos. En 2016 el cómputo no es tan sencillo porque En Marea es más soberanistas que la matriz nacional de Podemos (que se dice únicamente referendista), de ahí que sea difícil definir cuántos de los 271.000 votos son nacionalistas. En cualquier caso, la suma de BNG y En Marea arroja la cifra de 389.000 votos.

Por lo que respecta al País Vasco, el retroceso de los partidos españolistas fue espectacular al pasar de 361.000 votos (PSOE, PP y UPyD) a 254.000 (PSE, PP y Ciudadanos), que quedaría un tanto atenuado si se considera que no todos los votantes de Podemos son nacionalistas. En cuanto a la votación económico-ideológica se constata un ligero retroceso del centroderecha, que pasa de 533.000 votos a 525.000.

Leído en clave nacional, el panorama se antoja dificilísimo: una derecha sube, la gallega; otra baja, la vasca, incluyendo aquí al PNV. El nacionalismo sube en las dos comunidades, un nacionalismo más radical si cabe, dificultando el acuerdo con la derecha españolista.

El batacazo del Partido Socialista es de aúpa al verse superado en las dos comunidades por las marcas regionales de Podemos. En el ámbito nacional solamente puede aspirar a liderar la oposición y a no verse sobrepasado por la agrupación surgida a su izquierda. Lavaría la cara si consigue apartar de la carrera presidencial a Rajoy y absteniéndose en la investidura si como  candidato para presidente del gobierno se propone a Feijóo, retirando para ello su veto al PP. Para ir recomponiendo su electorado de cara a las siguientes elecciones, debería ir pensando en captar a los votantes de Ciudadanos, pero también a parte de los que se le fueron a Podemos.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Pedro Sánchez maniobra para eludir la responsabilidad de las continuas derrotas
No se puede organizar nada menos que la elección del líder del partido y un congreso que elabore la estrategia para varios años con un calendario tan traicionero. Porque lo es: Sánchez pretende reelegirse en unas primarias ocho días antes de que venza el plazo para evitar la disolución de las Cortes y la convocatoria de las terceras elecciones generales en un año; y celebrar el congreso de su partido dos semanas antes de esa hipotética e indeseable elección general, pero con él ya reelegido, de forma que pudiera mantenerse en el cargo a pesar de la nueva y previsible derrota. Esto no es preocuparse por España ni por los problemas de los ciudadanos. Esto es la marrullería de un dirigente contestado internamente y decidido a continuar la fuga hacia adelante sin causa que defender.


http://elpais.com/elpais/2016/09/26/opinion/1474912532_931069.html