2015/08/21

KUBALA, CHÁPOLI Y OTROS

José Manuel Ponte recuerda en su artículo de hoy a Kubala y cuenta cómo en los años de su esplendor futbolístico proliferaron los jugadores a quienes se llamó Kubala, Kubalita o afines, a poco que fueran rubios o guardaran algún parecido con el magiar.

Al hilo de ese artículo recuerdas que cuando estabas de militar en la estación de León trabajaste con un subalterno conocido como Kubala. Era rubio, rizoso y poco dado a excesos laborales, de andares renqueantes, como cansado de la vida. Lo recuerdas sentado en una silla, recostado contra una esquina, si era de noche dormitando evidentemente.

En otros turnos estaba Chápoli o Chapolí, vivaracho en sus tiempos jóvenes, del que se contaba que una noche, quizá por una apuesta o por alguna alegría alcohólica, había depositado su miembro (sin cortarlo) en la mesa de trabajo y quedó allí para siempre la marca a navaja de su en-verga-dura. Era entretenido coincidir en su turno por las batallitas poco creíbles que contaba, quizá esa era una de ellas.


Más tarde, cuando te licenciaste para comenzar a trabajar en Lugo de Llanera, te encontraste con Fernando y con Vixil, uno taciturno y otro efusivo, por lo que llegaste a la conclusión de que se pedía gente de los dos polos o de los dos perfiles (no se había inventado la palabra) en la plantilla de las grandes estaciones. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

menuda mafia es el fútbol, menudos negociazos hacen los de la Federación. Y la afición, como masa enardecida, les facilita todo, les justifica todo. Fútbol y política: buen binomio. Pan y circo