2012/06/12

LA LLAMADA A/DE DIOS DE SITO

Recuerda tu madre que Sito, cura nativo de Las Puentes, Fierros, más aficionado a los libros que a la fesoria, decía a su padre, Luis también:

-         Pa, si nun salgo cura ¿a qué lo voy a ganar?

Seguramente lo podía haber ganado a cualquier cosa, porque era un hombre con inquietudes e iniciativa.

Te viene este fogonazo a la mente mientras oyes la homilía sentida y emocionante pronunciada por el arzobispo de Oviedo en el funeral que ofició por Sito, Luis Álvarez Fernández.

No es la primera vez que en este blog hablas de la llamada de Dios, con cierta ironía en aquella ocasión. http://sipiluchi.blogspot.com.es/2009/05/reunion-anual-de-ex-seminaristas.html

En esta homilía volvió a hacerlo el Arzobispo de Oviedo al rememorar cómo fue la muerte de Sito. Sito se había sentado en el sofá de su casa y cuando murió lo encontraron con el móvil en la mano. Dicen sus allegados que estaba pendiente del tiempo, queriendo decir el clima. Aludió a ese último pasaje de su vida el Obispo, insistiendo en el tiempo, el último tiempo. Así vivimos, pendientes más del clima que del tiempo.

Como el forense, por lo visto, demoró la llegada, pudo el Obispo, avisado de la desgracia, ver el cuerpo sin vida de Sito, sentado plácidamente con los ojos cerrados en su rincón preferido.

Alrededor de ese hecho, sobre si Sito estaba haciendo o recibiendo la última llamada de su vida, construyó el Obispo una brillante homilía, recordando que Sito fue un reconocido autor de textos de catequesis a nivel nacional. Delante del atril, aseguró que esta era la última catequesis, la última enseñanza recibida por el Obispo.

Sito también era el manitas de la informática diocesana. Quizá por eso no pudo resolver el atasco de la impresora, que impidió que el Obispo leyera la homilía preparada para la ocasión. La tuvo que improvisar, ganando seguramente en el cambio.

Pocas veces tuviste oportunidad de escuchar las homilías de Sito, siempre originales. Recuerdas únicamente dos, en una ocasión con motivo del encuentro de los vecinos de Fierros (donde glosó la figura del Don José Álvarez Cabezas, cura y protector de almas y cuerpos durante la guerra civil) y en otra en la misa de San Bartolo de hace un par de años.


Descanse en paz.

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