Pasó la hora de la siesta y estás ya medio preparado para la segunda parte de la jornada cuando pican a la puerta e incautamente abres porque sospechas que podía ser otra persona. Carpeta en mano, casi sin saludar, te preguntan que si eres solidario.
Mientras echas una ojeada a un formulario que ya se está desplegando en el que aciertas a ver el membrete azul de una ONG, alternando la mirada entre la carpeta y la abordante, respondes.
- Sí, claro que soy solidario. Y no creo que haya nadie que, preguntado así, diga que no es solidario.
Ya estás maquinando en esos fraudes de los que oyes hablar de vez en cuando y piensas si no estarás ante uno de ellos.
- Entonces ¿querría Vd. colaborar…?
- No.
- Entonces no es Vd. solidario.
- Le digo que sí soy solidario pero no indiscriminadamente con todas las causas.
- Es Vd. solidario con otras causas pero no con ésta.
- Efectivamente, así es.
Y fuese.
Y crees que hiciste bien, pero estuviste dando vueltas toda la tarde a la breve conversación.
En realidad, cuando no hay una razón siempre aparece una disculpa para no ser solidario.
1 comentario:
Uno es ser solidario y otra cosa es ser tonto.....
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