El chubasco calará pero el lenguaje meteorológico ni pa la de tres.
Mira si es raro y atípico el chubasco que, proviniendo del portugués
chuva, lluvia; y a su vez,
chuva, chover, lluvia y demás familia, de
pluvia, se escribe con B mientras que todas sus hermanas se visten con la V. Y no aciertas a ver el motivo de la B, que hoy dicen que se pronuncia como la V porque son el mismo fonema. Antiguamente aprendiste lo contrario, pero tú eres moderno para algunas cosas y te adaptas. En su día, al pueblo le habrá parecido que una lluvia tan intensa y repentina, no podía ser un susurrante chuVasco, sino un sonoro chuBasco.
Y luego está lo de las precipitaciones débiles o moderadas u ocasionalmente tormentosas.
En definitiva, y a lo que vas, que lleva el pueblo español cuarenta años con los hombres (y las mujeres) del tiempo, oyendo primero a Mariano y a Fernando Medina, más tarde a Paco Montes de Oca, a José Antonio Maldonado, o a Ana de Roque, o a Picazo, todos hablando de precipitaciones y chubascos, y el pueblo soberano que no acaba de entrar por las palabrejas. La gente, y tú con ella, necios todos, hablando como siempre se habló, de lluvia a secas o de chaparrones o de aguaceros o de tormentas, pero el chubasco y la precipitación son lluvias que no calan en el lenguaje llano. Somos tercos, y puestos a admitir, cogemos el chubasquero pero no queremos el chubasco
No, no, no nos moverán…de como siempre se habló del tiempo.
Aunque las conversaciones sobre el tiempo son propias de los ascensores o de urinarios, permitan tus lectores asta digresión sobre el tiempo, que si se le ocurre soltarla en uno de los lugares antedichos pensarán que es alguien que se escapó del loquero. Los amigos todo lo disculpan.
1 comentario:
Hola Buridán. El tiempo en Asturias traspasa las fronteras del ascensor y del urinario. Es un tema recurente, fundamental para los asturianos, somos asi. Muchos saludos.
Publicar un comentario