2022/01/12

DE FACEBOOK (días 8 Y 9)

LECTURA DE LA PRENSA. PALEONTOLOGÍA DE LOS RECUERDOS
A veces tiene uno la sensación de que el esquema de lo que sabe lo aprendió entre los quince y los dieciocho años, una época en la que leyó de las materias más variopintas, casi todo lo que caía en sus manos, siempre que no tuviera un número agobiantes de fórmulas matemáticas. Desde entonces parece que aprendió poca cosa. A uno le encantaba charlar con Amalio y Valentín, los tíos de La Romía. En particular Valentín era un prodigio de memoria y clarividencia, incluso clarividencia política, y eso que estamos hablando de conversaciones en vida de Franco. Aunque uno se enfrentara a datos muy contradictorios, él sabía quitar el grano de la paja y extraía lo esencial. Amalio y Valentín tenían una concepción espartana de la vida y del ahorro. Pese a que vivían con gran austeridad (nunca tuvieron televisor y eso que Valentín murió en 1996 y Amalio en 2013) prestaron dinero a la mayor parte de su familia para que se fueran haciendo cada una con sus viviendas. Incluso cuando uno dio la entrada para el primer piso que compró, le dejaron medio millón de pesetas sin mediar ningún papel, que entregaron a la madre de uno en medio del monte a mitad de camino entre el pueblo de unos y de otros. Pese a esa generosidad, decían una frase que uno nunca más oyó, pero quedó para siempre en la memoria: “Nosotros estamos hambreaos”. Todo este preámbulo es para indicar que los primos de Madrid, cuando venían a La Romía por el verano o en otras fechas, traían periódicos y revistas atrasadas, entre ellas Cambio16 o las Selecciones del Reader Digest. Uno nunca había oído hablar del Reader Digest, pero tenía que ser algo importante cuando lo traían los de Madrid. En uno de aquellos números se incluyó un reportaje muy amplio de Richard Leakey, paleontólogo que estaba excavando en la africana Garganta de Olduvai. Uno nunca se olvidó de esos nombres. Uno de aquellos veranos, como premio por haber aprobado el curso, le regalaron a uno una máquina de escribir y se pasó el verano aporreando las teclas hasta conseguir dar con el qwert poiuy con mucha soltura y sin mirar. Hasta hoy. Le resultó a uno de mucha utilidad. Uno recuerda haber mecanografiado, como ejercicio, el reportaje de Richard Leakey sobre Olduvai. La prensa informa de la muerte estos días de Richard Leakey a la edad de 77 años, o sea, que era todavía un chaval cuando realizó su formidable descubrimiento. Richard Leakey excavó en la tierra y de resultas de su muerte uno excavó en los propios recuerdos.
En las páginas deportivas de LNE lee uno la columna de Antonio Rico titulada “Vespasiano y los tres monos sabios”. Trata de la mercantilización del fútbol y del absurdo del bautizo comercial de los estadios con el nombre de las empresas patrocinadoras. Uno había leído alguna vez la historia de Tito y Vespasiano. Merece la pena tenerlo en cuenta muy a menudo, tantas veces como uno apela a los escrúpulos morales para rechazar algunas prácticas. “Odio el Wanda Metropolitano. Odio el Visit Mallorca Stadi. Odio el Reale Arena. También odio el Emirates Stadium. Y el Etihad Stadium. Y el King Power Stadium. Y el Red Bull Arena. Pero tengo la batalla perdida porque los que están al mando de la deriva futbolística no suelen saber mucha historia, pero hay historias que sí se saben muy bien porque sus asesores, o sus CEO, o sus abogados, o sus publicistas se las susurran al oído una y otra vez como si fueran Grima Lengua de Serpiente en la corte del rey Théoden. El dinero no huele. Cuando Tito le reprochó a su padre, el emperador Vespasiano, que cobrara un impuesto por utilizar los servicios públicos, Vespasiano le puso bajo las narices el dinero procedente de la recaudación del impuesto y le preguntó si olía mal. Tito reconoció que no, que el dinero no olía mal a pesar de venir de la orina. El dinero, en efecto, no huele. No importa que el dinero venga de un impuesto sobre el uso de los servicios públicos o de vender al mejor postor el nombre de un estadio, no importa que venga de la orina o de la publicidad de Wanda Group. No huele aunque nos lo pongan debajo de nuestras narices o de nuestros asientos en los estadios. A los futboleros, a diferencia de a los tres monos sabios, se nos permite ver, oír y hablar”.
Dice la prensa que los Reyes trajeron un triunfo al Sporting sobre el Villarreal. Pasando de la teoría a la práctica del fútbol, el Sporting dio una alegría a sus aficionados. En particular el gol de Djuka es espléndido, al primer toque, escorado, según le cae la pelota, un gol así no se ve todos los días. https://www.youtube.com/watch?v=uKNN7tERTXk (minuto 1:50 de la grabación).
LNE publica un reportaje sobre un libro de fotografías, con algún texto explicativo, “Puro Oviedo”, de Ángel Mato. Se lo trajeron a uno los Reyes, además de algún artilugio tecnológico con el que se está peleando. A ver quién gana. Es posible que algunas o muchas de estas fotografías se encuentran dispersas en la web. En particular navega uno habitualmente por una página de fotos e historias antiguas de Oviedo “Un Oviedo del pasado” y a veces descarga alguna foto, pero ¿quién las encuentra después? ¿Cómo clasificarlas? Los libros de fotos tienen un plus.
Lee uno en el ABC un titular: “El rey elogia la ‘altura moral’ de las víctimas del terrorismo de ETA”. Con el riesgo de meterse en terreno pantanoso, piensa uno en la posibilidad de la altura moral de las víctimas por el hecho de ser víctimas. Iba a poner ‘mero hecho’, pero lo retira porque perder la vida o sufrir una lesión irreversible no es ‘mera’ cosa, pero como no queda uno conforme con el titular, indaga en las palabras del rey, que fueron estas: “Muchas de ellas [se refiere a las víctimas de ETA] pertenecían a las Fuerzas Armadas y a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Enviamos a sus familias un mensaje de ánimo y de admiración. Su fortaleza y altura moral nos sirve de guía a todos los españoles”. Eso es otra cosa. La fortaleza y la altura moral se predica de las familias de las víctimas, no de las víctimas propiamente dichas. El rey estuvo más preciso en sus palabras que el ABC al redactar el titular. Tampoco estuvo muy atinado el editorial de El Mundo: “El Rey pone de ejemplo a las víctimas de ETA”. Si entendemos que los familiares también son víctimas, se acepta el titular, pero en materia tan sensible, deberían esmerarse los grandes periódicos en precisar conceptos y rotular titulares.
De vez en cuando le da uno una oportunidad a Jiménez Losantos, por ejemplo, en una columna que parece que dedica al ministro Garzón y titula “En vez de carbón, Garzón”. Jiménez Losantos es un columnista brillante, eso no se le puede discutir, pero al poco de comenzar su columna escribe esto: “…es la necedad de género al estilo Yolanda Díaz, se ve premiada en las encuestas de popularidad, que ponen por las nubes a una ministra de trabajo que no sabía lo que era un ERTE, que es capaz de mentir tres veces…”. Hombre, decir de Yolanda Díaz, abogada laboralista, que no sabe lo que es un ERTE… No merece la pena seguir leyendo la columna. A lo mejor otro día…
Por seguir con Garzón, dos viñetas, una en El Mundo, otra en La Nueva España. El presidente Barbón calificó sus declaraciones de inoportunas. Le gustaría a uno saber qué se dice de asuntos como este dentro de treinta años. Nos atenemos a Tito y a Vespasiano.
Hay gente con tesón, y Toño Huerta es uno de ellos. Hoy sale en la prensa como impulsor del patrimonio histórico e industrial de Trubia, mañana será por otra cosa.

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LECTURA DE LA PRENSA. SUELTOS
Sigue uno con la huelga de noticas de Covid intentando desintoxicarse. En LNE, de las 56 páginas de la edición sabatina, en nueve de ellas se habla del virus, sea por su trascendencia sanitaria, económica o deportiva. Se limita uno a colgar el dato de la observación semanal del uso de las mascarillas.
En un completo reportaje sobre la originalidad y plasticidad de las cabalgatas de Oviedo, señala LNE que en 1987 el socialista Antonio Masip, alcalde entonces, decidió nombrar tres reinas magas: las periodistas María Alzira Rollán, Menchu Álvarez del Balle y Ana Sofía Noriega. El hecho lo tenía uno totalmente olvidado pero le gustaría recuperar las presumibles polémicas de la época.
El Principado pretende reordenar y aclarar las competencias y la financiación de los ayuntamientos. Ojalá lo consiga pero la tarea es ardua por la muy variada tipología de los municipios.
Lee uno que Eroski cierra su híper de Siero próximamente. Aunque nunca se puede decir ‘De esta agua no beberé’, uno nunca gastó un euro en ese hipermercado una vez que se enteró de que vendía libros de terroristas confesos. Seguramente otros grandes centros comerciales vulneran muchas normas de todo tipo, pero uno se hizo objetor de conciencia.
Lee uno en El Mundo que este año se cumplen cien años de la publicación de Ulises, la gran novela de James Joyce que marcó un hito en el género, una de las grandes obras que tiene pendientes de entre las que tiene intención de leer algún día. En su momento adujo falta del tiempo continuado necesario para una obra de esta envergadura. Habrá que buscar ese hueco. Otra monumental obra pendiente es ‘En busca del tiempo perdido’, a la que dedica su artículo semanal Antonio Muñoz Molina en El País. También tiene uno intención de leer algún día los Episodios Nacionales de Pérez Galdós, si no todos una selección.
A otra gran obra, pictórica en este caso, dedica una columna Manuel Vicent en El País, una de esos artículos que parecen escritos desde el diván del psicoanalista. Cuenta Vicent: “A mí me parecía que el único Guernica verdadero era la reproducción de 20x50 centímetros que los progres de entonces teníamos clavada con cuatro chinchetas en nuestra habituación”. La imagen que uno tuvo enfrente durante muchos años al ocupar su silla en la oficina era una reproducción del cuadro de Picasso, que descolgó, junto con otros también propios, al finalizar la vida activa. Era una excentricidad en una oficina, pero así se mantuvo como un recuerdo de juventud.
Daniel Innerarity, catedrático de Filosofía Política, compara en La Vanguardia los extremismos de izquierda y los de derecha intentando huir del empate o de la equidistancia. Señala como elementos que definen un partido extremista el cuestionamiento de derechos fundamentales o de reglas democráticas; la voluntad de ilegalizar otros partidos políticos o el cuestionamiento de la Unión Europea. Para él politólogo unos son extremistas y otros no, pero uno no ve tanta diferencia.
El editorial de La Vanguardia enmarca adecuadamente la polémica creada alrededor de las declaraciones de Garzón sobre la carne, su calidad, las macrogranjas y todo lo demás.
Al echar una ojeada a El Comercio se fijó uno sobre todo en una foto de Alba Flores, la hija de Antonio Flores. Le pareció una imagen creada directamente por El Greco. Uno leyó el mismo comentario en la página de Facebook de Miguel Rojo, pero jura por Snoopy que llegó a la misma conclusión.
Cae en las manos de uno un cuidado suplemento de El Comercio con el resumen de lo acontecido en el año 2021. Se queda con el decrépito estado de la rampa ferroviaria del Pajares. Un resumen muy medido, como otros de las más variadas materias.
Murió Francisco Laína, director de la Seguridad del Estado durante el 23-F, a la sazón máxima autoridad civil durante el intento del golpe de Estado. Perdió UCD las elecciones y nunca más se supo de Laína y eso que rondaba los cuarenta y cinco años por entonces, y por lo tanto le quedaba cuerda política, pero se retiró de la actividad pública.







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