2021/08/29

VISITAS PATRIMONIALES DESDE LA CANDIDEZ

Se apunta uno a una ruta que incluye una visita a las iglesias de Ujo y La Rebollada, ambas en el 

concejo de Mieres. Tres horas, incluyendo los desplazamientos. Tienen en común haber sido reconstruidas entre 1920 y 1930, y haber conservado ambas alguno de sus elementos originarios. En ambos casos, la construcción o la ampliación de trazados del ferrocarril o de la carretera 
determinaron la necesidad de su reacomodo y readaptación.

De la de Ujo ya había uno recibido alguna explicación in situ alguna vez, y no será la última. La Rebollada le dice algo a uno porque ahí se casó un hermano de la abuela. El matrimonio marchó para América y ahí se perdió la pista. Hace años intentó uno sin éxito alguna pesquisa en el pueblo pero ya no había a quien preguntar. 

No sabe uno si la guía era la más cualificada con que se podía contar, si fue elegida a dedo por ser amiga de alguien o si tiene alguna plaza en propiedad que la acredita para realizar esa función.  A uno le encantó cómo desarrolló la tarea. 

Se trataba de una actividad más de entre las muchas que se están organizando a lo largo del verano. A algunas otras llegó tarde a la hora de inscribirse. Todas cuentan con un guía. Uno conoce a alguno, pero a la mayor parte no. Tampoco sabe con qué criterios se eligen las actividades, pero teme saber algo y predisponerse.

La guía de hoy pasó con sutileza por algunas cuestiones espinosas, como la aplicación de la ley de memoria histórica con motivo de alguna placa en la Rebollada o el papel que jugaron los fundadores de la Fábrica de Mieres. Indudablemente otro guía más militante o con otra militancia incidiría en otros aspectos.

Por cierto, le llamó a uno la atención que en el tablón parroquial se expusiera el balance del último ejercicio económico de la parroquia. Una casualidad: el párroco es hijo del dueño de la primera empresa en la que trabajó la mujer de uno. Ya el padre era (es, porque vive) honrado y bueno.

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