2021/08/03

CAÑAS Y BARRO, de Vicente Blasco Ibáñez

 ¿Por qué eligió Blasco Ibáñez este título? En varios pasajes aparece literalmente -o casi- la expresión que dará lugar al título.

“Aquellos chiquitines criados en una isla de cañas y barro…”

“A ambos lados los tabiques de dos cuartos, construidos con cañas y barro, como toda la barraca…”

“Le hacía permanecer como un anfibio en un país de cañas y barro, donde el hombre, desde pequeño, tiene que encerrarse en una barquichuela, eterno ataúd sin el cual no puede moverse”.

“Mejor estaba en el agua, hundido en el barro, rodeado de cañas, como último vástago maldito de una famosa dinastía de pescadores”.

Las cañas y el barro reflejan el paisaje dominante, también los materiales básicos con los que se construyen las típicas barracas valencianas.

La novela describe la historia de los derechos de pesca en la Albufera valenciana, el ambiente geográfico y humano, la forma de vida, la explotación de la pesca, la pelea por arrinconar el terreno pantanoso y ganarlo para la agricultura, la lucha soterrada por esas dos formas de vida. Crees que Blasco se decanta por la piscícola, más primitiva, más libre, no tan acotada como la tierra firme, pero más aleatoria también. Esta opción ocasionará discrepancias entre las propias familias. “Quería a los suyos dedicados a la pesca, por esto se enfurecía al ver a su hijo contrayendo deudas y más deudas en su empeño por ser agricultor. Los labradores pobres eran unos esclavos; rabiaban todo el año trabajando, ¿y para quién era el producto? Toda su cosecha se la llevaban los extranjeros: el francés que les presta el dinero y el inglés que les vende el abono a crédito…”.  

Encuentras también valiosa la novela por la descripción de la fauna de la laguna, las escenas de caza y pesca, tan diferente según estratos sociales, la organización de los puestos de caza y pesca, el desarrollo de las fiestas que se organizaban o cómo se agasajaba a los músicos con la banda como elemento principal.

Con este fondo se desarrolla la trama humana de la novela, los amores, las ambiciones, las miserias humanas, la sombra de la leyenda de la Sancha, como fatal presagio, el egoísmo del agricultor, siquiera anecdótico: “Vibraba en pie dentro de ella, con toda su inmensa fuerza, el egoísmo de la muchacha rústica que coloca el interés por encima del amor”. “La avaricia de la mujer rural se revelaba en Neleta con una fogosidad capaz de los mayores arrebatos”.

Acaba enigmáticamente el relato con el apunte de una atracción fatal que no viste asomar en ningún momento de la novela. Otro lector más avispado quizá la adivine.


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