2019/04/11

ESPERANDO A MORIR

Ya anocheció. Ves un partido de la Champions League. Te encuentras en un bar con un conocido de tu zona, unos cuantos años mayor que tú, tantos que podría ser perfectamente tu padre. Aprovechas que su mujer salió al servicio para preguntarle qué tal le va, si duerme bien, cuántas pastillas toma, si come bien o mal, esas cosas a las que te parece que se reduce la vida a partir de determinada edad o a partir de determinado estado de salud. Sabes que no es lo mismo contestar en asamblea que más en privado. Tú lo aplicas porque rehuyes el tumulto.

- Estoy esperando a dormir.
- Bueno, habrá que esperar el final del partido.
- No, esperando a dormir para siempre, a morir.

Regresa la mujer y cambiais de conversación.


16 comentarios:

Anónimo dijo...

La vida va por etapas. Cuando y se han vivido todas, se espera el último desenlace, sin eufemismos. No es la edad, es la falta de ilusión. Los apartaderos para viejos dependientes son lugares para esperar la muerte. El viejo tiene compañera, de toda la vida, no es viudo, no vive solo, no es una carga para otra persona. Si el viejo por edad tiene poder para ir, como tú, al bar, a ver, o a tomar una sidra, o un cacharro... es tan joven como los viejos de 20 años que no hacen otras cosas diferentes y no tienen más ilusión en la vida. A veces tenemos ganas deque paren el mundo para apearnos y otros se tiran en marcha. La vida humana, más que un hecho biológico, es la construcción diaria de un mundo a nuestra medida. En una etapa tenemos la presión de los estudios y hay quien no la supera, se estresa y algunos se suicidan. luego viene la búsqueda de una pareja (o de varias) luego vienen los hijos y nuevas preocupaciones... los divorcios... seguir adelante... Si te rindes, tienes un problema. Hay quien tiene aficiones independientemente de la edad. Hay quien sabe amar a la pareja y no se imagina la vida sin ella. Para salvar las noches en que estas enfadada,
y con estos diez años que te llevo de ventaja, voy a obligarte niña a mirarme a la cara,
y hasta que te lo diga, que no me des la espalda. Cuando seamos viejos vas a llorar con rabia de verte en el espejo la cara tan cambiada, se llenaran de arrugas tus risas de muchacha. Será más insegura esta voz que hoy te manda. Cuando seamos viejos no habrá tanta distancia, sentirás menos miedo sabiéndome en tu cama. Ya, ni discutiremos, no servirá de nada te reñiré bajito lo que antes te chillaba. Cuando seamos viejos, estarás mas cansada,
seremos compañeros, nos haremos mas falta, cuando no esté contigo te notaras muy rara,
me encontraré perdido si un día nos separan. Cuando seamos viejos, veremos con nostalgia
sentados desde un banco, como la vida pasa, yo hablando con alguno que no me entienda nada,
tu inventándote prisas para volver a casa. Para salvar las noches que entonces serán largas y cuando mis diez años se vuelvan desventaja, porque me falten fuerzas o a ti te falte gracia, entonces niña vieja podrás darme la espalda. Alberto Bourbón.

Anónimo dijo...


Cuando seamos viejos... como dos quinceañeros nos cogeremos de la mano, iremos de paseo por los sitios más cercanos para que así todo el mundo contemple lo mucho que te quiero.

Cuando seamos viejos... tu cara y mi cara se llenaran de arrugas yo te seguiré viendo guapa cual ninguna y tu no le harás caso cuando te mires al espejo

Cuando seamos viejos... juntaremos en la cama nuestros cuerpos doloridos recordando los momentos felices ya vividos para así mitigar el dolor de nuestros cuerpos.

Cuando seamos viejos... nos sentaremos en un banco y mirando al infinito soñaremos que vivimos en un mundo muy bonito ahuyentando de la mente nuestros miedos.

Cuando seamos viejos... y mis manos tiemblen al rozarse con las tuyas, pensarás que es de emoción, nunca lo atribuyas a problemitas de la edad ni mucho menos.

Cuando seamos viejos... y notes que los quince años que te llevo de adelanto se empiezan a notar, solo piensa en cuanto yo te quiero y que a ti, nena, aún te queda mucho tiempo.

Cuando seamos viejos... jugaremos a juntar dos corazones, tu aún me enseñarás a controlar las emociones y yo ensayaré a tirarte nuevamente a ti los tejos.

Cuando seamos viejos... viviremos cada minuto de la vida con la misma intensidad que en la corrida pone al lidiar en cada suerte así el torero.

Cuando seamos viejos... saltaremos de alegría al levantarnos cada día, como si se tratara del último de nuestra vida y vuelta así a empezar hasta el fin de este invento.

Cuando seamos viejos...

Anónimo dijo...

Un día despiertas y te das cuenta
que perdiste mucho tiempo
con las personas erradas.

Con esas personas equivocadas,
las que nunca te quisieron en la vida
y no te brindaron un espacio.

Que solo esperaron que les dieras lo mejor de ti
que vivieron de tus oportunidades
que no te valoraron.

Apartándose de ti en el peor momento
dejándote a la vera del camino.

Lucha por tu espacio, por tu felicidad y rechaza
a las personas tóxicas, que solo dejan a su paso
reproches, quejas y pesimismo.

Karen Dinesen dijo...

Por José Saramago

Qué cuántos años tengo? -¡Qué importa eso !

¡Tengo la edad que quiero y siento!

La edad en que puedo gritar sin miedo lo que pienso.

Hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso o lo desconocido...

Pues tengo la experiencia de los años vividos

y la fuerza de la convicción de mis deseos.

¡Qué importa cuántos años tengo!

¡No quiero pensar en ello!

Pues unos dicen que ya soy viejo,

y otros "que estoy en el apogeo".

Pero no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice,

sino lo que mi corazón siente y mi cerebro dicte.

Tengo los años necesarios para gritar lo que pienso,

para hacer lo que quiero, para reconocer yerros viejos,
rectificar caminos y atesorar éxitos.

Ahora no tienen por qué decir: ¡Estás muy joven, no lo lograrás!...

¡Estás muy viejo, ya no podrás!...

Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma,

pero con el interés de seguir creciendo.

Tengo los años en que los sueños,

se empiezan a acariciar con los dedos,

las ilusiones se convierten en esperanza.

Tengo los años en que el amor,

a veces es una loca llamarada,

ansiosa de consumirse en el fuego de una pasión deseada.

y otras... es un remanso de paz, como el atardecer en la playa...

¿Qué cuántos años tengo?

No necesito marcarlos con un número,

pues mis anhelos alcanzados,

mis triunfos obtenidos,

las lágrimas que por el camino derramé al ver mis ilusiones truncadas...

¡Valen mucho más que eso!

¡Qué importa si cumplo cincuenta, sesenta o más!

Pues lo que importa: ¡es la edad que siento!

Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos.

Para seguir sin temor por el sendero,

pues llevo conmigo la experiencia adquirida

y la fuerza de mis anhelos

¿Qué cuántos años tengo?

¡Eso!... ¿A quién le importa?

Tengo los años necesarios para perder ya el miedo

y hacer lo que quiero y siento!!.

Qué importa cuántos años tengo.

o cuántos espero, si con los años que tengo,

¡¡aprendí a querer lo necesario y a tomar, sólo lo bueno!

Cierro como siempre, … “y a seguir pataleando…, porque no hay de otra !"

Karen Dinesen dijo...

Bueno...como referencia a seguir, no está mal,¿no?....

Pero los del anónimo (o anónimos) me hacen sentir más identificada con mis posibilidades!!





Anónimo dijo...

Dormir el sueño eterno. Un frasco de somníferos ayuda. 'Mar adentro'. Hay personas que necesitan de una mano amiga que les de pasaporte. Ángel Hernández, el hombre que ayudó a morir a su esposa, con esclerosis múltiple, María José Carrasco, reabre el debate sobre la eutanasia. La satisfacción de uno mismo con su vida es algo muy personal. Algunas personas ya están muertas antes de estirar la pata y esa vida tiene que ser, quizá, no menos dura que la vida de Ramón Sampedro, o la de María José Carrasco. O quizá nunca han experimentado ser dependiente del todo. En Paz Descansen. Hay gente en silla de ruedas y es feliz, participan en actividades deportivas, incluso en juegos para-olímpicos. Los 3,84 millones de personas con alguna discapacidad que hay en nuestro país (sea física, sensorial, orgánica o intelectual) son campeones. Lo demuestran en cada gesto. En cada acción.

Anónimo dijo...


Hay viejos, que cansados de vivir, se olvidaron de vivir (como la canción de Julio iglesias) y ya no piensan en esto:

'Cuando el tiempo marque nuestras pieles y seamos viejos, aprenderé a leer tu serenidad en huellas del tiempo, te diré que el amor no se ha marchitado aunque se cansaron nuestros besos, tocare tus mejillas plisadas con la suavidad y la textura de un suave pétalo...

Cuando estemos viejos, siempre serás la musa de mis poesías el perfume de mis prosas...

Cuando estemos viejos, meceré tu cuerpo encorvado perfecto ante mis ojos, tocado por el tiempo, cambiando nuestras pieles, cansando nuestros ojos, blanqueando los cabellos, vistiéndonos de arrugas, para escribir con huellas nuestra historia...

Cuando estemos viejos, te abrazare contra mi pecho, para que escuches mi corazón cansado y golpeado con el tiempo. Cuando estemos viejos, buscaré cada recuerdo que guardó mi memoria para expresar que te amo y que aún eres mi novia, la dama perfecta que se convirtió en mi señora. Cuando seamos viejos, el deseo ya no exigirá caricias solo nos amaremos con sonrisas, miradas de felicidad serán nuestros besos...

Cuando estemos viejos, cada mañana te veré respirar a mi lado, amaré el amanecer cómplice de un ayer...'

Reyshell Méndez

Karen Dinesen dijo...

Seguramente, el conocido que podría ser tu padre es una persona sobrada de serenidad. Consciente de su tiempo,sabiendo que no sabemos cuándo,dónde ni cómo, y creyendo el hombre en su edad que ya gastó muches papeletes (mira tú...como si supiéramos de cuántes disponemos...) vive el momento en compañía de su esposa, disfrutando del partido y de un cacharru,(que diría el contertulio (anónimo nº 1))a la espera. Sin desesperase y sin engañase.¡Que siga disfrutando de esos momentos y otros más íntimos y tiernos!
Buenes noches a todos.
Besinos.

Karen Dinesen dijo...

"Cuando estemos viejos, cada mañana te veré respirar a mi lado, amaré el amanecer cómplice de un ayer..."

Estes precioses palabres, si te parez bien (Anónimo de las 10:03) vamos a dedicailes al conocidu de Luis.¡Va por el hombre que espera "dormir"!

Anónimo dijo...

Pues fíjate tú que cuando yo escribí esas palabras "Cuando estemos viejos, cada mañana te veré ..." estaba pensando en ti, Karen. Pero era sólo un sueño.

Anónimo dijo...

Desencanto=muerte psicológica

Victoria dijo...

¡¡Pues halagada me siento, Reyshell Méndez!!
Pero con este inolvidable nombre Por qué sigues utilizando el anonimato,caray... Mucho mejor y distinguido.
Me sentó mejor que el yogur con arándanos que acabo de tomar.
Asi que ya puedes despertar de tu coma psicológico.
Y dai les gracies a Luis Simón por seguir impasible.
Buen día a todos.

Victoria dijo...

Victoria igual te gusta menos que Karen
Ya lo siento...soy yo les dos

Anónimo dijo...

"Estos crepúsculos tibios son tan azules, que el alma quiere perderse en las brisas y embriagarse con la vaga tinta inefable que el cielo por los espacios derrama...¡Qué triste es amarlo todo sin saber lo que se ama!"

Qué interesante sería sentarse con este viejo, botella en mano y preguntarle, a lo Iñaki Gabiondo, a lo García Ferreras, a lo Luis del Olmo, a lo Alberto Oliveras, a lo Joaquín Soler Serrano... por su vida, por sus años mozos, por sus hazañas, por su trabajo, por sus avatares, por sus amores... seguro que da para unas cuantas botellas en unas cuantas sesiones de charla sosegada. Y ahora quiere dormir. El descanso del guerrero.

Ahora tú. ¿Qué haces que te llene la vida de ilusión? ¿Qué piensas cuando te metes en la cama, antes de dormir? ¿piensas en la muerte y lo que dejas por hacer? ¿has hecho feliz a alguien con tu sonrisa? ¿has plantado un árbol? ¿has escrito un libro? ¿has dado la sabia de tu sangre? ¿has escalado un pico? ¿te sientes feliz? ¿Te llevas a la tumba algún secreto inconfesable? Si volvieras a nacer ¿qué cambiarías? ¿de qué fuente no beberías? Y así, botella en mano, me adentraría en el fondo de tu alma a través de tus recuerdo, de tus quimeras, de tus incertidumbres, del miedo o deseo de morir “Vivo sin vivir en mí, y tan alta vida espero, que muero porque no muero” “¡Cuan triste es, Dios mío la vida sin ti!

Anónimo dijo...

Nadie sabe cuando exhalará su ultimo aliento. Si te pillase por sorpresa la de la guadaña ¿morirías en pecado mortal?. Nos han criado con miedos y mentiras. Los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos, los huesos del hombre los entierran con cuentos y el miedo del hombre... ha inventado todos los cuentos. La cuna del hombre la mecen con cuentos, me han dormido con todos los cuentos... y sé todos los cuentos.

Anónimo dijo...

Si a un fulano que conocieses, con menos años que tú, que pudiese ser tu hijo, le preguntases, aprovechando que su compañera o compañero va al excusado y te dijese que con unos estudios universitarios no le van a renovar el contrato, porque es mejor no tener personal fijo, sino renovarlo antes de firmarle un contrato definitivo, si te dijese que cobra 1.000 €, si te dijese que si eres un zote y tienes un padrino, llegas a jefe sin tener ni puta idea de nada, si te dijese que el trabajo por cuenta ajena está mal, pero el de autónomo no está mejor, si te dijese que está pensando irse a trabajar fuera de Asturias, incluso fuera de España. A los empresarios les aumentan los impuestos y ellos reducen el personal. ¿No conoces a ningún titulado universitario en la caja de un supermercado? ¿Es falta de talento, de empeño? ¿Conoces algún zote con un alto cargo en alguna empresa pública? ¿Tiene beneficios la empresa?Ensidesa era deficitaria y ahora, con Mittal obtiene beneficios y seguro que no explota a los obreros. ¿Justificaba el gasto público la producción? ¿Justifica el gasto público la producción de todas las empresas que paga el contribuyente? ¿Es éste el ideal comunista? ¿El ideal socialista? ¿Es éste el futuro que aguarda tus nietos, si no tienen padrino, si no están en un partido político? ¿O eso ya ni te importa, porque tú ya tienes todo resuelto? Gestión política.