2018/04/25

LA PROTECCIÓN DE DATOS PERSONALES

Hace nada una buena viajera encontró cien euros en un tren, que entregó de inmediato al empleado encargado del control de los billetes.
La halladora tiene derecho al diez por ciento del importe pero el camino no estará trillado si se tuercen las cosas.Por una parte, la compañía ferroviaria no puede desvelar el dato del propietario, si aparece, para que la halladora reclame su porcentaje, porque son datos personales confidenciales. Al despistado tampoco se le puede facilitar el dato de la samaritana por lo mismo.
Si la buena mujer decidiese reclamar en el juzgado tendría derecho a una sentencia pírrica dentro de unos años.
Las interpretaciones exageradas favorecen tantas veces al espabilado...


1 comentario:

Anónimo dijo...

Si la samaritana o asturiana hubiese tenido interés en el dinero, en la recompensa, se hubiese quedado con la totalidad. La película española 'Un millón en la Basura' cuenta los avatares sobre devolverlo o quedárselo.
Hay políticos que no esperan a encontrarse nada y reclamar el diezmo: sencillamente lo cogen del arca pública, o del supermercado. Y ni el aforamiento los libra. Igual con menos políticos funcionaba mejor el país. Se pueden cambiar los nombres a las calles, pero los temas de enjundia no se tratan, como por ejemplo el tema de la propiedad privada en España.