2018/01/31

SORDIDECES

Lees en la prensa dos casos sórdidos, o más, con una diferencia de pocas páginas y pocos kilómetros. Por un lado, la vuelta del violador del estilete, que pasó 32 años en la cárcel por 54 violaciones (las cifras espantan tanto que hasta hacen dudar) que al poco de salir de la cárcel se echa una novia y convive con ella en un piso compartido con otras dos personas: un hombre y M.A.P.F, que lo denunció por violación un mes después de los hechos. M.A.P.F., se había trasladado al piso después de emanciparse y siguiendo consejos de una asistente social, según cuenta. Al día siguiente de la violación, el violador la ayuda a realizar una mudanza a Moreda de Aller desde Oviedo.

El otro caso es el de Makelele y Sonia Mitre en Gijón, asesinada en 2015 según sentencia recién dictada y conocida con datos que hasta ahora no habían visto la luz, al menos la tuya. Después de haber advertido Sonia sus temores sobre Makelele, sin citarlo por el nombre ni por el apelativo, este aporrea la puerta de Sonia, entra (la prensa no introduce detalles), mantienen relaciones sexuales (tampoco se aclara si violentas porque la condena es por asesinato) y acto seguido la estrangula. En el lugar de los hechos apareció una nota manuscrita del asesino con su ADN y el de una prostituta con la que había estado antes: he aquí el segundo punto de sordidez, por si no se había encontrado otro antes.

¡En fin, qué mundo! A veces vive uno en los de Yuppi.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"La primera vez que me engañes, será culpa tuya. La segunda será culpa mía"— Proverbio Árabe.
Un violador puede ser humanamente solidario. Un asesino puede hacer ¿el amor? Violadores y asesinos son seres que crean desconfianza, son peligros sociales, que no deberían estar libres en medio de la sociedad. Creo que las cárceles están llenas y hay gente que no es tan peligrosa como un violador, o un asesino. Los político que roban el dinero público no deben estar en la cárcel, deben estar trabajando, bajo la supervisor de un auditor, para reponer al Erario lo robado, con un cierto recargo y no perdonarle a los grandes ladrones, lo robado, con todo el beneplácito de la Justicia y de Hacienda.'...que pasó 32 años en la cárcel por 54 violaciones (...) que al poco de salir de la cárcel se echa una novia y convive con ella en un piso compartido con otras dos personas' Hay gente que desafía al peligro.

Anónimo dijo...

En los casos de maltrato conyugal con que nos ilustran las noticias, no los juzgados, siempre he pensado si somos capaces de cambiar tanto. El noviazgo sirve para conocerse. Si la relación no llega a una determinada profundizad, lo que parecía un lunar se ve como una verruga. Si no se saben sacar conclusiones sobre el comportamiento humano a la mayoría de edad, poco se ha aprendido en la escuela. Las relaciones de pareja adolecen de compromiso: hoy me gustas, pero si conozco a otra persona que me gusta más, te dejo. El orgullo herido quiere una recompensa. Si no se está preparado para asumir el envés de la vida, no se puede sacar una relación adelante, porque en todas las relaciones se pierde ese encanto de las primeras veces y luego se ve a la persona. Si alguien es capaz de ocultar su verdadera personalidad será porque nunca se habrá visto contrariado: la pérdida de un ser querido, la frustración de no lograr lo que se desea, de no poder conservar lo que ha perdido... Si alguien no se da cuenta del verdadero carácter de su pareja puede ser porque le ciegue la ilusión de lo que quiere ver en ella (si no hay razones más pueriles, más interesadas) y un fuerte impacto le puede abrir los ojos a la verdadera realidad y entonces ya puede ser tarde porque se está enredado en la tela de araña. ¿Cuántas relaciones de pareja hay que no se basan en la igualdad, en la complementariedad, en el respeto por la individualidad de la otra persona?. Dentro de las distintas parafilias hay quien se siente atraído por una persona dominante, o por una persona sumisa y ambas se complementan como el sádico y el masoquista hasta que se rompe el equilibrio y la relación deja de ser agradable, y como en ciertas sectas, a veces no se permite que nadie abandone.