2018/01/24

LA TRETA DANESA DE PUIGDEMONT

Cuando, en relación con el viaje de Puigdemont a Dinamarca,  leíste los titulares de prensa que indicaban que el juez del Supremo, Llerena, se negaba a activar la euro orden para provocar la detención del ex President, pensabas que se había resentido la independencia judicial, de la que se dice que tiene sus propios tiempos y que no tiene por qué acompasarse a las vicisitudes políticas del momento ni si es o deja de ser oportuna una citación o una detención o cualquier resolución de trascendencia política en plena campaña electoral o preelectoral.

El juez Llerena considera que es una trata de Puigdemont y no entra al trapo. El argumento utilizado (con otras palabras 'la euro orden no está para eso') es ni más ni menos que el fraude ley, previsto en el titulo preliminar del código civil.

Artículo 6.4 del Código Civil:  Los actos realizados al amparo del texto de una norma que persigan un resultado prohibido por el ordenamiento jurídico, o contrario a él, se considerarán ejecutados en fraude de ley y no impedirán la debida aplicación de la norma que se hubiere tratado de eludir.

Es una argumentación no muy utilizada porque se requieren indicios muy claros de engaño, pero ahí está para echar mano de ella cuando la necesita el Estado de Derecho.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Vamos, que el que hizo la ley hizo la trampa. Cataluña será republicana y el que no sea nacionalista que se vaya de Cataluña. No debe haber un problema mayor en España que la república catalana. A todos esos charnegos les toca ser los más fieles defensores a ultranza del nacionalismo catalán. Los apátridas tienen que emplearse a fondo y ser camaleónicos, mimetizarse entre los nativos (no se si con ocho apellidos catalanes) y no hablar español, que eso les delata. Parodias de la vida.

Anónimo dijo...

En todos los medios, en todas las redes está el caso Cataluña con sus gobernantes. Hay unos medios que difunden a bombo y platillo, la situación cansina y así unos quedan hasta la mismísima por lo recalcitrante del tema y otros verán en ello la máxima publicidad que les acerque a su estado de quimérica república. El pueblo catalán, con un porcentaje muy alto de extremeños, no tiene el mismo desarrollo que el pueblo extremeño sin ese porcentaje de catalanes. Primero pensemos en la equidad de los pueblos de España y después acabemos con los a los taifas y sus reinados. O al revés. Acabemos con los taifas para poder lograr la equidad de los pueblos de España y el que no esté a gusto, como Puigdemont, que se marche con viento fresco, que nunca llueve a gusto de todos, pero por lo menos que no joda al resto de españoles.