2014/10/18

RITONA

Revolviendo unos legajos encuentras una partida de nacimiento del primer cuarto de siglo. En la nota marginal, que en esta ocasión hace de resumen, lees que el recién nacido es hijo natural de Ritona.

Preguntas a quienes pueden recordar a la aludida si era conocida de esa forma y no les suena pero ya no queda mucha gente que pueda recordar el detalle, sí que tenia “mala nota”, madre soltera en aquellos tiempos. Casi seguro que la tenía para el cura porque no son habituales ese tipo de observaciones.

No es fácil encontrar una observación así en los fríos datos del Registro Civil, más asépticos, y cuyas páginas podían ser visitadas por numerosos funcionarios, por contraposición a las hojas parroquiales, más en penumbra y que si fuera preciso extender un certificado, pasarían por alto el expresivo sobrenombre sin ser tachados por ello de falsedad documental.

En esa fecha la recién parida tenía treinta y cinco años. Por la edad no parece acreedora todavía a apelativo tan grandón. El cura puede merecer una crítica por una falta de delicadeza, que quedaría en las tinieblas si no hubiera gente de costumbres raras-raras. Sin embargo, como notario de la actualidad, le das un sobresaliente por lo puntilloso. En el marginal, Ritona, en el literal, la Rita.


Pobre Rita.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pobres Ritas. Pobres Expósitos. Los hijos naturales son esos que nacen de mujer ¿no? Los no naturales deben ser los dem´s. Del padre de la criatura ... Los prejuicios, la reputación, la hipocresía, la moral eufemista... han sido un lastre más para las mujeres que han vivido en una época. Afortunadamente hoy hay anticonceptivos que impiden fatales consecuencias... y hay madres solteras que no están estigmatizadas. Algo hemos evolucionado en la liberación de la mujer. Claro, que es posible que no la contraten si está en edad fértil y todavía la puede despedir del trabajo si queda embarazada, o si tiene hijos pequeños, por no rendir lo suficiente.

Anónimo dijo...

Antes, tener un hijo de soltera, tenía que ser peor que ser hoy político corrupto.