2013/09/24

CHIRINGUITOS, CASETAS E IMPUESTOS

Acabaron las fiestas de Oviedo, dicen que las fiestas del cambio, por aquello de que los grandes conciertos marcharon de la plaza de la catedral y porque a los anárquicos chiringuitos les salió una competencia cartesiana en forma de casetas uniformes instaladas a lo largo del Paseo de los Álamos.

Te pareció todo bien. La nueva ubicación de los conciertos vino impuesta, según dicen, por las medidas de seguridad obligadas después de la tragedia del Madrid Arena. No fuiste por allí y solamente puedes hablar de oídas.

También te parecieron bien las casetas instaladas por el gremio de los hosteleros en el Paseo de los Álamos. No compraste ninguna ficha para consumir allí pero tienes amigos que te invitan. A caballo regalado no le mires el diente. Otra cosa es que tú fueras a gastar un euro en esos caballos. Además de un par de contadas ocasiones de consumo, atravesaste alguna vez más la zona. No crees que haya quitado mucha clientela a los chiringuitos: los distinguidos perfiles eran diferentes. Sus promotores repetían hasta la saciedad que ellos pagaban impuestos, por lo visto los otros no. Te parece genial que la Asociación de la Hostelería esté por el pago de impuestos. Estupendo que cale la idea entre ambos lados de la barra: sus promotores y sus clientes.

Al principio los promotores de los chiringuitos no las tenían todas consigo: similar número de consumidores y más oferta. Sin embargo, es posible que las casetas hayan captado la clientela natural de los establecimientos permanentes, que otros años consumirían a regañadientes en los chiringos. Ya no hay gente obligada a financiar entes turbios.

Por los chiringuitos notaste bastante gente, aunque como dicen que son opacos, nunca publicarán los datos. Seguramente el año próximo lo volverán a intentar incluso los que hayan sufrido pérdidas, pero será su último año.

El número uno sigue siendo el Rincón Cubano.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El titular de prensa dice que el PP amenaza con prohibir la música en los chiringuitos por el exceso de volumen. Ahora entiendo el comentario que para llevarle la contra hay que poner la música alta: las fiestas son las fiestas.