2009/12/21

MOVER EL TIEMPO



Si dices que ya pasó la Nochevieja, los tolerantes lectores están autorizados para pensar que algo le sentó mal al señor Buridán, quizá la sidra, quizá el picadillo.

Si los cirujanos de la estética y los personajes del mundo de la farándula, y alguno de la alta política italiana, ponen técnica, arte o dinero para engañar al tiempo, no ves por qué el resto de mortales no pueden hacer lo mismo aunque solamente se intente una vez al año.

Abres la“Teogonía” del gran Hesíodo y comienzas a leer el mito de las razas, el mito helénico de la creación, que cuenta cómo las razas fueron degenerando con el tiempo, pero estamos al principio del mundo cuando reinaba la felicidad, cuando Kronos, el dios Tiempo, regía mansamente el curso de las vidas sin que sus súbditos lo vieran como un tirano.

“Era en los tiempos de Kronos, cuando éste reinaba todavía en el Cielo. Vivían entonces los hombres igual que los dioses, libre su corazón de inquietudes, y al amparo de los dolores y las miserias. Sobre ellos no pesaba la cruel y sórdida vejez, sino que siempre mantenían jóvenes sus brazos y piernas, entregados continuamente a los festines, lejos de todo mal”.

Eso mismo quieren vivir tus amigos del Coro, cuando celebran desde hace unos cuantos años la fiesta de Nochevieja, pero no el 31 de diciembre, que prevalecen otras rutinas, sino en una fecha próxima cuando la agenda de un hotel o restaurante, verdaderos dueños del tiempo, lo permitan.

Se viste de gala, se comen las uvas, pero tampoco a las doce de esa noche, sino cuando buenamente coincida, que pueden ser la una o las dos de la mañana. Es en ese momento cuando culmina el engaño del tiempo al transportar un reloj que toque unas campanadas para la ocasión. No faltan las uvas, ni el baile, ni las matasuegras. También hay un sitio para los regalos. Si se sortean unas estilográficas y a ti te toca una, es una clara indirecta para seguir contando historietas. Si el hotel tiene la atención de regalar dos pernoctaciones a elegir entre un abanico de establecimientos que tiene en la Península y en el sorteo resulta agraciada tu señora, solo esperas que te lleve.

Todo sea por guerrear contra el tiempo. No en vano cuando Hesíodo narra el nacimiento de Kronos, se refiere a él como el más taimado de los hijos del Cielo y el más perverso de todos los dioses.

Esa noche gélida perdió la batalla.

2 comentarios:

Umbriel dijo...

Si es que cuando se está se racha....
Pues te deseo que mañana te toque también la loteria de Navidad. (me parece que es la de Navidad, la de mañana)
¡Feliz Navidad!

umbriel dijo...

de racha.
perdón