2009/11/23

LA JUSTICIA Y LA BASURA

El título es para despistar. No vas a sumarte a esa demagogia barata que da a entender, a juzgar por los correos que recibes, que bastantes ciudadanos están deseando un golpe de estado que elimine la separación de poderes y deje únicamente el-militar-por-supuesto.

No pretenderás alcanzar una definición universal de la justicia mientras bajas la bolsa de la basura pero intentas una aproximación.

Sí tienes el íntimo convencimiento de que la justicia se parece en algo a la igualdad, es decir, que ante casos iguales ser resuelva lo mismo, claro que la segunda parte de la cuestión es decidir cuándo se está ante casos iguales. Sentada la misma norma y el mismo principio, no lo ve Pepita igual si es arrendadora que si es arrendataria aunque viva de renta y tenga otra vivienda alquilada a alguien. No es Ismael igual de estricto con sus obligaciones laborales cuando trabaja las mañanas por cuenta ajena que cuando es patrono por las tardes. No es lo mismo para Luis ser hijo que ser padre aunque se sea a la vez durante unos años. Siempre encuentra uno una explicación para que la ley del embudo quede debidamente justificada. Incluso se lo llega uno a creer.

Por ejemplo ves lógico que si vuelves a casa a las diez y media de la noche y ya pasó el camión de la basura, puedas llevar la bolsa a un cubo de una calle cercana por donde el camión pasa una hora más tarde. Lo ves normal. En esa comunidad vive muy poca gente y el cubo nunca se llena ni por la mitad.

Sales, sin embargo, a dar una vuelta una tarde-noche a las nueve y media, hoy por ejemplo, y dejas la bolsa en tu cubo. Ves aproximarse a un sujeto con una bolsa de tamaño importante y te parece que va a hacer en tu cubo lo mismo que tú haces en otros. Como la mujer de Lot, no te aguantes y después de alejarte unos metros, vuelves la mirada. Efectivamente, el ciudadano de tu preocupación dejó “su” bolsa en “tu” cubo. Ves una diferencia. Era una bolsa enorme y va a acabar rebosando los normalmente saturados cubos de tu comunidad.

Encuentras un matiz para justificar que no es lo mismo: tú echas unas bolsinas y aquello era una bolsona.

En fin, que siempre encuentra uno una disculpa para la injusticia, para pontificar que tu caso y el del otro no tienen ni punto de comparanza.

Como mentalmente eres incorregible, te consuelas pensando que todos son incorregibles.

No conseguiste encontrar una definición de la justicia en la basura, pero encontraste, una vez más, un ejemplo de la universal ley del embudo: lo ancho para uno, lo estrecho para el otro.

La injusticia instalada en el fondo del pensamiento.

4 comentarios:

Alipio dijo...

Excelente mención a la Ley del embudo, que parece que ya es constitucional y ampliamente usada en algunos sectores.

Saludos

belijerez dijo...

La profunidad de lo simple es infinita.....Mientras tu mente esté por estos lugares.

Karen Dinesen dijo...

Genial la reflexión, Luis Simón. Además de amena.

Juvenal dijo...

si os pasáis por el palacio de justicia (que no sé el por qué de "palacio"), sea cual sea la ciudada a visitar, veréis la misma basura de siempre
Y no necesarieamente en cubos