Uno ve esta viñeta, durísima, y piensa en otros, incluso se imagina un rostro para el arrastrado y un nombre y unos apellidos. ¿Se puede parar a pensar si no es él mismo el arrastrado cuando pidió un favor (justo, por supuesto) para sí o para un amigo o para un hijo que demanda un puesto de trabajo o una mejora? ¿O eso solamente son capaces de pensarlo los que alguna vez anduvieron/anduvimos de ejercicios espirituales?
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LECTURA DE LA PRENSA. EUSEBIO
¿Cuántas veces cantamos esto después de esa sidra que tanto te/nos gustaba? Tú, mejor, claro. Un recuerdo eterno.
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LECTURA DE LA PRENSA. MIRADAS
La prensa asturiana informa profusamente de las actividades que se desarrollan alrededor de los Premios Princesa de Asturias, entre otros una amplia muestra de fotos de la agencia Magnum -una de las entidades premiadas este año- que se expone en la antigua fábrica de armas de La Vega. Allí dirige uno sus pasos.
Efectivamente son cientos de fotografías, pero uno se fija en una, que le recuerda las diferencias de los hombres (y de las mujeres) ante la vida, ante la biología. Uno pr
efiere informarse por la televisión, otro por la radio, otro por las redes sociales, uno prefiere un periódico y otro prefiere otro. Habrá estadísticas de predilecciones por sexo (o por género, vaya lío con el matiz). Incluso a la hora de enfrentarse a un mismo periódico, unos se fijan más en las noticias políticas, otros en las de su comarca, otros en las esquelas, otros en las deportivas, y de esa visión parcial, cada uno calificará a su medio.
efiere informarse por la televisión, otro por la radio, otro por las redes sociales, uno prefiere un periódico y otro prefiere otro. Habrá estadísticas de predilecciones por sexo (o por género, vaya lío con el matiz). Incluso a la hora de enfrentarse a un mismo periódico, unos se fijan más en las noticias políticas, otros en las de su comarca, otros en las esquelas, otros en las deportivas, y de esa visión parcial, cada uno calificará a su medio.
Ante una misma noticia, uno se fija en un aspecto, otro en otro. Por citar un caso, tenemos el de ese tren que se escapó por los túneles de Madrid. Hay quien pone el acento en la imprudencia y la bisoñez de quien haya filtrado las palabras de un operario de Adif, todavía presa de los nervios. O quien descalifica sus palabras porque confunde una declividad del tres o del treinta por ciento con una del tres o del treinta por mil. Decía Tagore que cuando un sabio apunta con su dedo a la luna, el necio mira al dedo. Uno cree que hay muchos necios corporativistas que apuntan al trabajador de Adif (o al filtrador), como si tuviera más culpa que alguien, que no sabemos quien es, pero que tiene la responsabilidad de que el tren se haya escapado, quienquiera que sea.
Son distintas ópticas, hasta de género, esas en las que se detuvo el fotógrafo (o fotógrafa, que no tomó uno buena nota) de Magnum que observó cómo la mujer se fija en la maja vestida y el hombre multitudinariamente en la maja desnuda.
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