Estabas en la idea de que eran unos temerarios, sin más, estos chavales que se deslizaban inconscientemente por las calles cuestas sorteando peatones o que se arriesgaban en esos ejercicios malabares en las pistas preparadas al efecto, por ejemplo en el Campo San Francisco de Oviedo. Sin embargo, un pésimo día uno de esos locos del patinete se enfrentó a unos terroristas en Londres y desde entonces te ves obligado a cambiar el chip: no son todos iguales o quizá sí son todos iguales pero tú los mirabas con las gafas de la distancia gimnástica y generacional.Hay que estar entrenado para desafiar el riesgo y enfrentarse a los terroristas. Tuvo que morir uno para que salieras de tu mundo cuadriculado.
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