2017/03/06

RUTA DE INMERSIÓN ARTÍSTICA POR EL ÁREA NATAL

No es normal publicar dos crónicas seguidas de visitas de tinte histórico-artístico pero por una vez...

La asociación Vindonnus, a la que perteneces, organizó una visita para conocer algunos elementos de la historia y del arte de tu pueblo y de alguno de los alrededores, por ejemplo el palacio de los Hevia o Hevia-Campomanes. Los apellidos compuestos te traen a mal traer en lo tocante a la genealogía. Por lo que pudiste averiguar hasta ahora, posiblemente la rama Hevia provenga de Telledo y la Campomanes de Fierros (Veguellina entonces), que se se unieron dejando descendientes Hevia-Campomanes. Hablamos de 1814. Cierras el paréntesis genealógico para volver a la visita. El exterior, de la casona, armonioso; el interior, espectacular.

La comitiva emprende camino hasta Las Puentes para ilustrarse allí mismo con la historia de la ermita de San Bartolo, y, sobre todo, sobre el significado de los hospitales de peregrinos.

Más tarde en la iglesia parroquial un breve resumen de su pobre significado artístico e histórico aunque te hayas bautizado allí. Existió un retablo, pero el actual de los años cuarenta no tiene mayor interés.

La visita a la casa de los Hevia-Campomanes obligó a saltar, de momento, la de Güel.les, así que, vais directos a Parana, con una parada a mitad de camino frente al pedraplén que enterró el puente de Arroyo, que dicen firmado por Eiffel. Visto así parece imposible que sean verídicas las fotos que recuerdan cómo era el puente, en curva y en pendiente, un prodigio de la ingeniería.

Llegáis, por fin, a Parana, donde recibís una amplia explicación sobre la abadía de Parana y su significado histórico, que, si lo captaste bien, posiblemente haya sido una abadía sin abades entendidos a la usanza monacal.


De regreso a Fierros, la comida se dispone en el local de la Asociación de Vecinos: motivo de alegría y emoción volver a pisar sus locales.

Finalmente, ya casi fuera de programa, un reducido grupo decide volver a Güel.les, pueblo vistoso en sí y con buenas vistas sobre Las Puentes, Fresneo, Cabezón y La Romía Riba. Como final, un vecino invita a unas botellas de sidra a la expedición ¿qué más se puede pedir?

En otra fecha quizá se pueda llegar hasta el punto donde se ubicó la antigua capilla de El Salvador, Congostinas,...




1 comentario:

Anónimo dijo...

Tú no tienes por costumbre responder en tu blog a los comentarios. Entonces no voy a preguntarte qué fue de esas familias que pudieron en su día edificar semejante casona, de qué vivían, por qué han renunciado a su propiedad, sus tierras y modo de vida, dónde se fueron a vivir. Vivir del campo y de la ganadería, con personal a su servicio, no sería muy sacrificado... claro que si los empleados (con dedicación exclusiva) fueron teniendo hijos, y les dieron estudios y buscaron mejor calidad de vida, quizá los señores, sin criados, no serían nadie y no se iban a poner ellos a ordeñar sus propias vacas, ni a segar con guadaña su hierba. Como siempre, la lucha entre los que tienen dinero y los que buscan el dinero en las mejores condiciones laborales: explotadores y explotados, los de arriba y los de abajo. Hoy nos conformamos con vivir en un piso de 100m2, con trabajar todos los miembros de la familia fuera de casa -si hay suerte- y visitar cómo eran las casa de los que tenían otro concepto de lo que era disfrutar de la vida, pero sin tener dinero para comprar una de estas casonas, ni la suerte de disfrutar de la vida día a día -salvo algunos ricos, que se pueden permitir venir a Asturias a comprar casas de indianos, sin tener que preocuparse de fichar cada día en el trabajo-