2013/08/29

CUANDO IR AL MÉDICO

Lees unas declaraciones de José María Segovia de Arana, afamado catedrático de Patología Médica que pronunció una conferencia en el club de personas gerontodistinguidas del comederu de la Granda, comandado ahora por el sabio ultraliberal Velarde. Dice que al médico solamente se debe ir cuando hay una dolencia.

Te sacó de una gran duda pero te inculcó otras. ¿Qué es una dolencia? Para el diccionario de la lengua es una indisposición, un achaque, una enfermedad. El María Moliner te lo pone peor: en particular una dolencia es una enfermedad crónica. Si esperamos a que la enfermedad sea crónica, mala cosa hicimos. No estará pensando el doctor Segovia en una pequeña indisposición o en un achaque para ir al médico.

Si el termómetro de la dolencia es el dolor, corremos peligro, porque cabe pensar en peligrosos y prolongados malestares que no originen dolor propiamente dicho.

Habla también de evitar en lo posible las medicinas. “Nada de tomar por tomar”. No conoces a nadie sano (mentalmente) que tome por tomar. Hay quien toma muchas medicinas, pero será porque sin estar muy enfermo, sufra varios desajustes (dolencias que no duelen): hay quien toma hierro, calcio, pastillas para la tensión, para el colesterol, protectores de estómago, vasodilatadores y diuréticos, todo a la vez en la dosis recetada por el médico.

En definitiva los sabios no te aclaran en qué momento no hay más remedio que ir al médico.

3 comentarios:

Alipio dijo...

Tal y como se está poniendo el asunto, al médico como al cura: en peligro de muerte......

Saludos.

Isabel dijo...

Este señor quedó anclado en la medicina del siglo pasado. Anda que si no fuera por las medicinas... los viejos -o sea él- los primeros que si no fuera por las medicinas se morirían por el colesterol alto, por la tensión ídem, y un largo etcétera que las medicinas suelen remediar. otra cosa es tener la suerte de dar con un médico bueno. No hay muchos.

Anónimo dijo...

Lo de "comederu" y "ultraliberal" suena más bien a prejuicios tuyos sobre la actividad y su impulsor. Se nos llena la boca con la necesidad de una sociedad civil potente y cundo alguien hace algo llueven las críticas.