2017/01/04

LOS TRAPOS SUCIOS (Manolito Gafotas), de Elvira Lindo

Al tuntún, como haces muchas veces a la hora de escoger un libro para leer, coges de la estantería uno de Manolito Gafotas. Se lo habrás regalado a tu hija pero no sabes si finalmente lo leyó alguna vez. El caso es que el libro, como otros muchos regalados en su(s) momento(s), están en casa y para seguir.

Conocías a Elvira Lindo de las ensoñaciones breves que reflejaba en artículos periodísticos, pero nunca habías leído ningún libro de la saga que tanta fama le dió. Es una escritora con chispa. Dibuja a Manolito y a sus amigos como unos niños inquietos -lógico-, algo traviesos, pero inocentes, como corresponde a su corta edad de malicia leve.

El libro se deja leer. Refleja el lenguaje de los niños de hoy, o de los niños de hace veinte años, cuando se escribió. Sin embargo tienes dudas acerca de la edad adecuada para leer este libro. Más que un libro de niños para niños te parece un libro de niños para adultos.

En cualquier caso, su fama es merecida y no está de más dedicarle unas horas en la vida.


5 comentarios:

Anónimo dijo...

'Pido perdón a los niños por haber dedicado este libro a una persona mayor. Tengo una seria excusa: esta persona mayor es el mejor amigo que tengo en el mundo. Tengo otra excusa: esta persona mayor es capaz de entenderlo todo, hasta los libros para niños. Tengo una tercera excusa: esta persona mayor vive en Francia, donde pasa hambre y frío. Verdaderamente necesita consuelo. Si todas esas excusas no bastasen, bien puedo dedicar este libro al niño que una vez fue esta persona mayor. Todos los mayores han sido primero niños. (Pero pocos lo recuerdan). Corrijo, pues, mi dedicatoria:....'

Anónimo dijo...

yo tambien los leía y mi hijo también

Anónimo dijo...

A mí no me gustaba nada Gloria Fuertes. Aparte de caperucita, me contaban las clásicos de Hans Christian Andersen, de los hermanos Grimm, de Charles Perrault, de Félix María de Samaniego, que más que cuentos eran fábulas y de otros anónimos como la gallina de los huevos de oro, o Aladino y la lámpara... que estaría sacado de Las mil y una noches, donde tenemos muchos cuentos... para mayores.
Y esto de los cuentos siempre me recuerda esos versos de ese farmacéutico zamorano que se fue de España por no aguantar a Franco: LEÓN FELIPE

Anónimo dijo...

Estás documentándote para contarle cuentos a tus nietos?

Anónimo dijo...

En un blog como el tuyo, de comentarios no demasiado íntimos, no caben los trapos sucios, por muy lindos que sean.
Se generoso como mago, si no como rey (que eres republicano) y no te quejes si no aciertan con las muestras de afecto que te ofrezcan. Ah!, no camellos no beben sidra.