2016/08/11

EL BUENO Y LOS MALOS

Jorge Meré es un notable futbolista del Sporting, además con buena proyección.

Dicho lo anterior, el cinismo del fútbol y su entorno -aficionados incluídos- es no ya notable sino sobresaliente. El joven defensa internacional, por lo visto, no tiene ni arte ni parte en la renovación o renegociación de su contrato. Por un lado está el club, por otro su representante, al que no le da ninguna pauta, y el entorno familiar poco más que algún apunte, alguna orientación.

http://www.lne.es/sporting/2016/08/11/jorge-mere-influye-renovacion/1968473.html

No es así. El abogado que, en defensa de su cliente, se ensaña con la parte contraria, con(tra) sus testigos, con(tra) sus peritos, con(tra) sus argumentos, no libera de responsabilidad a su defendido ("Ah, son cosas de mi abogado"). Queda como malo el abogado faltón y lenguaraz, lo mismo que el avispado representante del futbolista, y éste, como el cliente del abogado como mentes y cuerpos angelicales.

Pues no.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Ser abogado defensor es un trabajo de mucho mérito, cuando no de alto riesgo. Defender a un asesino pillado in fraganti tiene, por una parte el mérito de convencer al juez, si no al tribunal, de que su representado-cliente tenía motivos para quitarle la vida al otro (sus recursos legales y lingüísticos han de ser de dialéctica admirable) y por otra, que siendo un asesino y no crea en su inocencia, tenga que hacer de tripas corazón, sin ningún escrúpulo. Como los políticos. Pongamos por ejemplo el caso del exdiputado asturiano, exsenador y líder durante 34 años del sindicato minero SOMA-UGT, José Ángel Fernández Villa, del que Interviú publica una información en la que asegura que Hunosa falsificó hasta tres partes para que el exlíder sindical cobrara la máxima jubilación por invalidez, que ya supera los 2.500 euros netos mensuales, por un motivo que sería falso. Se trata de un posible fraude que se une a la investigación por corrupción que tiene abierta Fernández Villa, tras acogerse a la amnistía fiscal en 2014 e intentar ‘lavar’ una inexplicada e inexplicable fortuna personal de 1.400.000 euros de origen desconocido.
El veterano líder sindical de la cuenca minera, José Ángel Fernández Villa, trabajó hasta la muerte de Franco como delator de rojos para la Brigada Político Social de la Policía franquista. Se fabricó un currículum de heróico resistente antifranquista y de irreductible combatiente por la democracia que es más falso aún, que ya es decir, que su ética personal, socialista y sindical. No es un caso único el de Fernández Villa, pero sí especialmente relevante porque una fortuna como la suya no se hace picando carbón en la cuenca asturiana y porque toda su vida la habría dedicado a la lucha obrera, combatiendo a brazo partido contra el franquismo.
Cabe recordar que según denunció el presidente del sindicato CSIF, Miguel Borra, "en nuestro país en estos momentos hay más de 80.000 delegados sindicales de empresas que ya no existen". Borra cuenta que "en España una empresa se da de baja en la Seguridad Social cierra y sin embargo sus delegados siguen computando en las OPR (un registro que contabiliza los funcionarios y el personal laboral público).

Anónimo dijo...

"... el cinismo del fútbol y su entorno -aficionados incluídos- es no ya notable sino sobresaliente." Y aún así no creo que sea mayor que en cinismo en política -incluidos aficionados-. Estamos una situación crítica. Y como en el fútbol, podemos reflexionar sobre la actitud de los jugadores, del árbitro, del entrenador, incluso el presidente del club y hasta de la propia afición y ya puestos, de los jugadores del otro equipo, incluso de la climatología. La política no debe ser tan lúdica y tampoco le llega al público en general el debate cada proposición de ley, de dónde se empleará el dinero público, si en el aeropuerto de Ciudad Real, o el de León, o en el AVE a Asturias o a ninguna parte. Del fútbol se analiza y difunde en los medios de comunicación cada toque de balón y cada resultado, de política no interesa divulgarlo para que la gente no se entere. Y si ahora se habla más de la política, es por la corrupción, para arrojarla a la cara del adversario con la intención de quitarle votos al partido rival. Durante muchos años, hemos visto, que los políticos han hecho y deshecho barbaridades a su antojo, con el conocimiento y la aquiescencia de unos pocos, pero no saltaba a los medios, al gran público. Por una parte a los políticos ni a los medios le interesaba que se supiese y por otra, los ciudadanos decían eso de "yo de política paso". Y nos llegaron todas las bofetadas juntas y a echarse mano al bolsillo para restituir el dinero malversado por los gestores de lo público. Lástima que por la política no tengamos ese interés tan minucioso como por el los deportes en general (olimpiadas) y del fútbol en particular (liga, copa y el copón). Pan y Circo. No hay dinero para Pan, pero sí para Circo.

Anónimo dijo...

Es muy interesante este apunte sobre la manipulación de los medios de comunicación y el efecto revulsivo que produce en algunas personas. A veces saltamos en defensa de un sector con el que nos sentimos identificados y no consentimos que le difamen. Muy bien. En lo demás no ponemos ni arte ni parte: el contrato, estemos o no a favor, va a progresar o se va a detener sin nuestra aprobación o nuestro rechazo. El entrenador y vestuario pueden verse afectados, pero la afición NO. Hay decisiones que sí nos afectan a nivel municipal y no salen a colación en la palestra. Y en este blog han salido las brazos de las farolas decimonónicas de las calles de Oviedo, cosa que sí afecta al pueblo, pero es más anecdótico, porque de las decisiones verdaderamente decisivas ni se escribe.

Anónimo dijo...

Una película de mucho éxito se titulaba 'El bueno, el feo y el malo' y esos calificativos son muy recurrentes. A veces falta el feo, como en este caso. A veces falta el bueno, como en tantas ocasiones. Malos siempre hay. Y si alguien no habla mal de ti, es que no eres lo suficientemente interesante.