2020/03/10

LA CRISIS DEL CORONAVIRUS

Decía Don Isaac, el inolvidable profesor de francés de tus años mozos, vilmente asesinado (y no es una exageración) que una crisis era una aceleración inhabitual de los ritmos históricos. No sabes de donde sacó la frase, incluso puede que no fuera exactamente así pero te quedaste con la copla. Al final, es verdad lo que uno cree que es verdad.

Más que acelerar, esta crisis te aparece que trastoca algunos valores o algunos criterios. Por ejemplo, lees que hay un contagiado en el Ministerio de Transportes y de alguna manera le reprochan que haya estado trabajando cuando ya presentaba algunos síntomas. Si no hubiera esto del coronavirus, un tío que no va a trabajar por algo leve es un maula con cuento. Ahora pasa a ser un hombre prudente.

También llama la atención que se vayan a tomar medidas con (contra) el transporte público. Toda la vida aconsejándolo y ahora puede ser ocasión de contagio.

El coronavirus trastocando los valores y la vida.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Por qué asesinaron a tu profesor de francés? Quién lo hizo? Las frases redondas, como los refranes, son un recurso para demostrar la mucha sabiduría que cabe en una pequeña frase. ¿Le mataron por causas políticas? ¿Fué un ajuste de cuentas?
A veces, una desgracia inesperada es el factor necesario y suficiente para un cambio cualitativo. Es el toque de atención para reflexionar. Mientras nos movemos con una inercia favorable, no importa el entorno; pero si nos frenan en seco, 'cagontó', tomamos consciencia de nuestra vulnerabilidad. Unos seguirán siguiendo a los vendedores de humos y otros buscarán realidades más sólidas. Desgraciadamente este virus no discrimina, como el ángel exterminador de los israelitas, entre seguidores de fachitas trifálicos, o de fachitas sin falo. Viva la anarquía, la república y el caos. Y a ver cuánto dura esto de uno por cada lado.