2020/03/22

LA BOTELLA DE MALIO

Hace años, Malio, un querido pariente de la Romía (1924-2013) te contó una anécdota de su etapa escolar.

Contaba Malio cómo, de guaje,  la madre le mandaba que fuera por agua a la fuente, pero que tuviera mucho cuidado de no romper la botella de cristal (no se conocería la palabra vidrio) porque era la única que tenían.

Sería por esa época cuando los maestros de las escuelas de la zona organizaron una visita a la fábrica de sidra El Gaitero de Villaviciosa. Los chavales verían con interés el proceso de fabricación, escribirían y entregarían la consabida redacción como resumen y comentario del viaje, pero el tío Malio lo que nunca olvidó fue la cantidad de botellas vacías acumuladas en sus almacenes. Si tenían tantas botellas, debían ser inmensamente ricos.

Malio caminaría con sumo cuidado por los caminos pedregosos para no romper la botella, pero en estos tiempos de confinamiento, tú transitas por la cocina con no menor delicadeza de no golpear la cafetera con el mármol, de no sobrecargar el molinillo eléctrico, de fregar con muchos cuidado piezas únicas, de que no se funda una bombilla sin recambio, de racionar la silicona si tocara aventurarse en alguna chapuza. Estos artilugios modernos son -al menos durante unas semanas- la vieja botella de Malio.

2 comentarios:

Karen Dinesen dijo...

Caray,Luis Simón!!
Si el tío Malio leyese todo lo que tienes que preservar pensaría que tú yes tan ricu como era entonces el dueñu de la fábrica de El Gaiteru.

Buen día
Salud!!

Anónimo dijo...

No te imaginaba tan manitas haciendo chapuzas, ¿fregando? piezas únicas... racionando la silicona... y con miedo a que las bombillas estallen. El confinamiento en una buena oportunidad, impuesta, para volver a disfrutar de un buen café, aunque sea de pota, con una conversación alrededor de su aroma. Es una buena oportunidad par cascar unos huevos y preparar esa tortilla de patata, tan española (no se si los republicanos la comen) ese arroz con cosas tan socorrido tantas veces, esa olla podrida puesta a fuego lento durante horas, que huele que alimenta, esas fabes... De la adversidad también hay que sacar provecho. Y no dejes de llamar por teléfono/skipe a tus seres más queridos. Para l@s demás ya estás en las redes. Tu pariente no podía disfrutar de estas maravillas que nos hacen más soportable este confinamiento.