2020/03/19

CON LA VIDA A CUESTAS

No recuerdas si leíste La República de Platón, seguramente no. Ahí se recoge el mito de la caverna, alegoría de la posibilidad del conocimiento, quizá la gnoseología trata de ello. Imposible llevar cuenta de todo lo leído, ni siquiera de lo estudiado y aprobado.

En este período de confinamiento, ves la vida por la ventana y la ventana es la vida. Ves gente paseando perros, otros a sus trabajos, otros con el carro o las bolsas de la compra o simplemente con la barra de pan, o el personal de limpieza, con una base cerca de tu portal. Cuando alguien va o viene de vacío, te preguntas exageradamente si incumple algo. Un poco de mentalidad delatora se metió en tu alma.

Ves también a ese antiguo compañero de facultad que se pasó. Era muy buen estudiante. Recuerdas sus apuntes de letra clara. Le perdiste la pista durante algunos años. Tiempo después descubres que vive cerca de tu casa. Sale y entra llevando siempre un palo o algo alargado envuelto aburullado en una bolsa de plástico, de zapatillas, quizá miope a fuerza de romper gafas. Ni va ni puede ir con él ningún confinamiento, ni con esos pobres hombres alojados en esa pensión un poco más allá. A alguno lo veías a todas horas merodeando por los alrededores, o sentado en un banco mientras fuma o pide tabaco...

Ves también a esa pobre mujer, de buena familia según te dijeron, que también se pasó. La conoces de años, de perder cosas que nunca aparecían (porque se pensaba que era basura), en los trenes y en las estaciones, de pasar horas en la biblioteca, siempre cargada, también allí, con bolsas que dejaba a la entrada. ¿Qué llevará en esas bolsas?. La ves a través del cristal, ella mirando a otras ventanas, parando y avanzando, alejándose con sus bártulos. ¿De dónde vendrá? Porque sabes que vive a media hora o más a su paso cansino.

Historia de hombres y mujeres que tienen que llevar angustiados el confinamiento.

Lo tuyo es una cárcel de lujo.


1 comentario:

Anónimo dijo...


Muchos libros son leídos, algunos recordados y pocos asimilados y digeridos.
Para tu disfrute en estos días de confinamiento en tu cárcel de lujo:
A través de mi ventana, de Ariana Godoy
Cárcel de Amor.
Cartas desde mi celda.
Cartas Literarias a una Mujer.
Moradas del castillo interior.
Diálogo en el Infierno entre Maquiavelo y Montesquieu.
La persuasión y la retórica.
Un diálogo sobre el poder y otras conversaciones.