DE FACEBOOK (Días 21 y 22)

 LECTURA DE LA PRENSA. CALAMIDADES DESAPERCIBIDAS

Como noticia menor lee uno que se registraron más de 160 muertos en Indonesia después de un terremoto de 5,6 grados. Es imposible estar al tanto de todas las calamidades que a diario se producen en el planeta. El último premio Príncipe de Asturias de la Concordia se concedió al arquitecto Shigueru Ban, especialista precisamente en construcciones de emergencia y para las emergencias, generalmente con materiales aparentemente efímeros como las instalaciones que diseñaba. En la fábrica de La Vega de Oviedo repasó uno, con motivo de los fastos de los premios, la exposición de la apabullante cantidad de catástrofes naturales que se registraron en los últimos decenios, de los que uno jamás había oído hablar o que había olvidado.

En muchos de ellos había participado el premiado. La memoria, además de selectiva, es limitada. Mejor así.

Fastos. ¡Qué palabra! En una edición comarcal de La Nueva España recuerda un columnista a su profesor de griego. Uno recuerda al suyo, don Agustín Hevia, que en paz viva los años que le resten por vivir. Desgrana el columnista las enseñanzas de esos profesores que no se limitaron a ilustrar al alumnado de su materia o de otras ajenas. Don Agustín hablaba de los días fastos y de los días ne-fastos. Los días de los que se podía hablar (fas era eso, de griego ’femí’ y de ahí fabla, habla) y los días para olvidar, los ne-fastos.

Lo siguiente no es una chanza, sino elemento a considerar. Señala la ministra Irene Montero en relación con la polémica de la ley del sí es sí y su interpretación por los tribunales que falta una perspectiva de género en la aplicación de las leyes. Uno humildemente sugiere que se modifique el artículo 3º del Código Civil que establece cómo se aplican las normas. Esta es su redacción actual:” Las normas se interpretarán según el sentido propio de sus palabras, en relación con el contexto, los antecedentes históricos y legislativos, y la realidad social del tiempo en que han de ser aplicadas, atendiendo fundamentalmente al espíritu y finalidad de aquéllas”. Uno sugiere la siguiente redacción alternativa. “Las normas se interpretarán aplicando en primer lugar la perspectiva de género. Subsidiariamente se interpretarán según el sentido propio de sus palabras, en relación con el contexto, los antecedentes históricos y legislativos, y la realidad social del tiempo en que han de ser aplicadas, atendiendo fundamentalmente al espíritu y finalidad de aquéllas”.

Destacan los medios que la ley del maltrato animal puede acarrear plenas que impliquen castigar más el maltrato a un animal que a una mujer. Conviene evitar demagogias. Las comparaciones pueden resultar odiosas, pero cualquiera puede imaginar, sin falta de detallar ejemplos truculentos, que puede haber agresiones a animales que por su sadismo sean más reprochables que el menoscabo realizado en una persona, sea hombre, mujer o del género que haya decidido autodeterminarse.

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LECTURA DE LA PRENSA. PABLO MILANÉS

Murió el gran Pablo Milanés, al que uno tuvo la oportunidad de escuchar en varias ocasiones, pero ver poco porque los directores de escena se esmeraban en mostrarle en penumbra sobre las tablas. Su voz era única. Uno se queda con tres de sus temas, por una parte "Yolanda", canción de amor, y otras dos de su faceta de cantor comprometido: “Yo pisaré las calles nuevamente” y “Pobre del cantor”. De todas las reseñas publicadas a raíz de su fallecimiento, pasa uno por alto las más previsibles de los medios amigos (amigos de Milanés, y amigos críticamente de uno) y se fija en la que Ignacio Camacho publica para el ABC, que destaca sus dos facetas, para resaltar cómo en los últimos años se alejó del régimen cubano. Si uno hubiera escuchado por primera vez a Pablo Milanés con cincuenta y pico años (no los de Milanés, sino los propios) o a Quilapayún o a Víctor Jara o a Mercedes Sosa o a Inti Illimani posiblemente les prestaría la misma atención que hoy presta a un rapero de los que animan a cortar gargantas, pero cuando Milanés o todos los anteriores entraron en uno, tenía otros años y otra idea de cómo se podía dar la vuelta al mundo, en el que el mundo no es un complemento circunstancial sino un complemente directo.

Uno fue más viajero de lo que es, aunque los viajes no fueran mas allá de la Península. Recuerda ahora uno de aquellas excursiones al pueblo valenciano de Nules. ¿Qué perdió uno allí? Pues que a ese pueblo se desplazaron como temporeros una campaña naranjera de invierno unos amigos recién casados que uno tenía en aquel tiempo en León, Camino y Nemesio. Algún día uno los acompañó a la recogida con el rocío de la mañana y probó la técnica utilizada entonces a base de cortar con mimo los frutos, subido en una escalera de tijera, con una especie de alicates sin arrancarlos, ya que se estropeaban. Todo esto viene a cuento de que en el Diario de León lee uno que a un hijo de aquel matrimonio, que regenta el DonMimo en la capital leonesa, le acaban de otorgar un galardón de la Guía Michelín en una nueva categoría de restaurantes de precio razonable, dicho sea resumiendo.

Estrella tal la consiguió el restaurante Monte de San Feliz en Lena, un éxito extraordinario. Hay que llevar alguna perruca.

Explorar. Mucho le repatea a uno esto de explorar, por ejemplo en este titular: “El exviceconsejero de Marqués Javier Amandi explora su retorno a la política asturiana”.

Explorando posibilidades está la Diputación de Guadalajara con un plan pionero de llenar los pueblos pequeños de cámaras de seguridad como alternativa a la vigilancia presencial a cargo de la Guardia Civil. El eterno binomio seguridad/privacidad, que unas veces se inclina de una parte, y otros de otra.

Otra exploración original es la que lleva a cabo el cura de Lugo de Llanera para atraer a los niños a la catequesis. Niños vestidos con los hábitos de algunos santos, que pueden ser modelos de valores inmutables.

De una noticia rutinaria sobre un modelo experimental de cuidados a mayores desarrollado por el Ayuntamiento de Oviedo, uno se queda con la dificultad de encaje legal y presupuestario de este tipo de actividades por muy encomiables que resulten, a salto de mata de proyectos puntuales y acuerdos entre administraciones. Muchas veces hay actividades positivas que nacen fuera de la ley. Algunas resultan bien y, pasado algún tiempo, se modifica la norma buscando su encaje legal para evitar que a algún político bienintencionado le acusen de prevaricación. Es otra exploración.

Para uno gustarle a uno el término, bien que apela a él.