LECTURA DE LA PRENSA. PSICOLOGÍA BÉLICA
Marino Pérez, Catedrático de Psicología de la Universidad de Oviedo escribe un artículo en LNE titulado “La fragilidad del mundo. Dimensiones psicológicas de la guerra”. En el artículo da un repaso desde los aspectos psicológicos de Putin hasta las repercusiones en el común de los mortales. Cuando uno habla de mortales no lo hace a humo de pajas porque sabe de una persona que se quitó la vida recientemente en su entorno relativamente próximo, abrumada en parte por las consecuencias de esa guerra que era material preferente en las pantallas de la televisión. Marino, pese a su altura intelectual, no se olvida del olfato psicológico casero de su madre. Véase este párrafo: “Su maquiavelismo (se refiere a Putin) en sentido vulgar, como cínico, ‘zorro’, según lo veía mi madre hace ya años, con su particular captación psicológica, y tramposo, no es difícil de constatar por lo que sabemos de él últimamente sin necesidad de test psicológicos”. Después de sesudos análisis y baterías de tests, la intuición psicológica maternal llega a idénticos resultados. Y esta otra puntilla: “Quién nos iba decir que un despertar geopolítico nos iba a sacar de la política de andar por casa?, sea por caso, la autodeterminación del género y el uso de los pronombres (él, ella, elle). ¡Cuánto mejor estaríamos preocupados por esas cosas que por la guerra! ¿Pero, vete tú a saber si es precisamente por estar mirándonos el ombligo por lo que estamos así en Occidente, despertando?”.
El simple enunciado de los dos editoriales de El País da para meditar sobre el vuelco de nuestras preocupaciones en tan poco tiempo. El primer editorial se titula “18 días del siglo XXI. Un primer balance de guerra revela que ha cambiado el orden global y devuelto a Europa una polaridad militarizada". El segundo editorial lleva por título “Y dos años de pandemia”. Diga lo que diga cada uno de los editoriales, la simple lectura de los títulos nos convence de que estos días y estos años se aceleró terriblemente la historia.
Jordi Juan, Director de La Vanguardia, titula su artículo dominical “Europa pierde a Rusia”. Sí, esa es la sensación que uno tiene también y en la que no había caído. Añade Jordi Juan que Rusia no tendrá más alternativa a partir de ahora que mirar más hacia Asia, especialmente a China, y Europa va a tener que ser más autosuficiente y con toda probabilidad, más dependiente de Estados Unidos.
Por su parte, Ramón Lobo, escribe esto en LNE “Entre los escenarios catastróficos y una intervención diplomática salvadora de China, apuesten por los primeros. Pekín lanza mensajes que deseamos leer como contradictorios pese a que no se apartan del apoyo a Rusia. Xi Jinping no va a acudir al rescate de Occidente, y menos de EEUU. Nuestro desgaste reforzará su dominio mundial. Este juego de esperar y ver tiene un tiempo de caducidad: hasta que afecte a su economía”.
Manuel Vicent, en su clásica línea de combinar manteles y bombas a la hora del almuerzo, le recuerda a la suegra de uno (q.e.p.d.), que se preguntaba por qué la televisión emitía siempre calamidades a la hora de comer.
Las preocupaciones van por barrios o por bandos. De una encuesta que publica El Mundo en relación con diferentes cuestiones relacionadas con la guerra, se queda uno con la copla de que los votantes de Podemos son los menos preocupados por sus consecuencias.
En otra órbita cuasiguerrera sigue Arabia Saudí, que ejecuta a 81 personas en un solo día, más que en todo el 2021, en el que ejecutó a 61. Está claro que en todas estas muertes no hubo lugar para ninguna intervención judicial, que, con sus trámites y ralentizaciones (aunque fuera una justicia de aquella manera) determinarían un goteo de condenas y ratificaciones caso por caso, no en bloque y por decisión únicamente gubernamental, como se supone por la coincidencia de ejecuciones en una misma fecha.
Lee uno en El País que muchos jóvenes pierden la afición a leer al llegar a la adolescencia, en parte por el tedio que ocasiona la obligatoria lectura de los clásicos de la Edad Media y del Siglo de Oro: el Cantar del mío Cid, El Libro del buen amor, La Celestina, El Quijote o La dama boba. Uno cree que es cierto que la lectura de esos textos, de lenguaje tan alejado al actual, disuade de la lectura, pero también ve difícil la elección de textos actuales por la extraordinaria politización de la literatura. No hay autor ni autora del que se elija un texto para lectura, que no sea inmediatamente señalado por sus contrarios políticos. ¿Hay consenso en elegir a Pérez Reverte, Javier Marías, Almudena Grandes, Muñoz Molina? No, incluso desde el momento en el que deciden escribir en el medio en el que escriben y son cuestionados por ello. Los textos clásicos antes citados se salvan de ser señalados o bien por ser anónimos o porque sus autores son anteriores al invento de los partidos políticos, lo que les evitó decantarse por una u otra opción partidaria.
En relación con esto uno formula las siguientes consideraciones:
1/ El deterioro de FEVE siguió en la misma línea desde la integración en Renfe y ADIF, lo que da argumento a los ferroviarios procedentes de la vía estrecha para defender que la empresa salió perdiendo en la gestión, cuando lo cierto es que la integración los salvó del cierre al difuminar sus pérdidas en las de la/s empresa/s grande/s (Renfe y Adif).
2/ Solo con gestión no se mejora gran cosa. Hace falta dinero, inversión. Incluso con pésimos gestores, si hay dinero, buenas vías y buenos trenes, los números suben.
3/ La instalación del ASFA digital es realmente la puntilla, puntilla que nace del accidente de Santiago, donde un garrafal fallo humano está ocasionando la ruina económica a las empresas ferroviarias en materia de seguridad; ruina económica en la que los jueces tienen su parte de responsabilidad por su criterio de atenuar la responsabilidad individual de los fallos humanos y ver siempre un fallo del sistema, imputando a los responsables de seguridad de las empresas, que, como es lógico, se las cogen con papel de fumar y tiran con pólvora del rey. Algún día tendrá que revertir esta tendencia jurisprudencial y entender que donde hubo un fallo humano no hay más que rascar.
4/ Que Renfe Ancho Convencional o Ibérico y FEVE mantengan tarifas y precios diferentes todavía hoy después de tantos años después de la integración no tiene un pase, mírese por donde se mire. Es un fracaso comercial y organizativo en toda regla.
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LECTURA DE LA PRENSA. AEROSOLES. TRENES. GUERRA. CABO BLANCO. CORDONES SANITARIOS. UFF, MUCHO PARA UNA VEZ
(Y algunos días queda algo en la reserva).
Lee uno en La Voz de Asturias unas declaraciones de José Luis Jiménez, al que el periódico presenta como doctor en Ingeniería y catedrático de Química y Ciencias Medioambientales en la Universidad de Colorado. Dice Jiménez que con el covid se cometió uno de los errores más graves de la historia de la salud pública. Uno no conoce toda la historia de la salud pública para estar o no en desacuerdo con tan tajante afirmación, pero puede que sea cierto. Merece la pena leer la entrevista. A Jiménez a veces se le presenta también como físico. Uno siguió con mucha atención todas las numerosas intervenciones que tuvo el doctor a lo largo de estos años y algo escribió por aquí. Uno no estaba de acuerdo con el cuestionamiento que el doctor Jiménez hacía de la OMS. Valga recordar que la OMS, y de paso la mayor parte los gobiernos del mundo, difundieron que los contagios se producían fundamentalmente por los estornudos, por las toses, por la saliva, y raramente por la respiración, mínimamente por los aerosoles. En base a eso se dictaron las primeras normas, que no duraron cuatro días, sino muchos meses. A uno le pareció que se estaba dando demasiado protagonismo al doctor Jiménez, que sabría mucho de física y de cómo se mueven en el espacio las moléculas que expulsa un cuerpo humano o un cuerpo animal o una máquina, pero que quienes tenían que decir si esas moléculas eran buenas o malas tendría que ser un biólogo o un médico, no un físico. Uno, y cualquiera, comprobó cómo poco a poco se fueron quedando para atrás la teoría de las toses y los estornudos y se fue imponiendo la teoría de los aerosoles porque las medidas que se fueron tomando se basaban en esa nueva hipótesis, pero sin admitirlo abiertamente. Lo de los aerosoles no está en absoluta contradicción con la teoría de la propagación de toses y esturnudos porque al fin y al cabo cuando toses o estornudas, si estás contagiado, echas más porquería de una sola vez, mientras que en las rutinarias expiraciones cadenciadas echas también pero a menor ritmo. Uno siguió atento a los boletines de la OMS y nunca admitieron abiertamente la teoría de los aerosoles. En definitiva, en una espacio cerrado, más importante que la distancia interpersonal resultó la concentración de personas porque los metros cúbicos que se exhalan y se reparten para que otros los respiren no dependen tanto de la distancia entre las personas como de su número total. Las medidas de ventilación cruzada de las aulas, los aforos, los medidores de C02 se fundamentan en dar veracidad a la propagación por aerosoles y no por estornudos. Uno se siente tan engañado por la OMS como el doctor Jiménez.
Lee uno unas declaraciones de Andrei Makarychev, analista internacional experto en Rusia que afirma que Rusia subestimó la resistencia ucraniana. Cuando le preguntan si la gente en Rusia se está enterando de lo que ocurre, señala “Quien quiera saber lo que está ocurriendo tiene formas de saberlo. A pesar de la censura se puede buscar información en webs independientes. El problema es que en Rusia, la mitad de la población vive en la burbuja de la comodidad de apoyar a Putin. Se sienten cómodos escuchando solo un lado de la historia. También hay quienes no se atreven a investigar más allá”. Pregunta uno ¿solo los rusos?
Juan Claudio de Ramón, en El Mundo, escribe un artículo “Nación contra nación” repasando una serie de guerras que tienen, como denominador común (todas lo tienen) la destrucción del hogar. Finaliza con una frase para meditar, sobre la nación liberal y la nación étnica. Curiosamente, hoy leía uno en LNE una noticia que titulaba: “Una porción de humanidad que echarse a la boca” y se refiere a unas meriendas-cenas solidarias del Oviedo Antiguo para ayudar a una serie de jóvenes mujeres. Escribe el redactor: ”…afirma Suárez, rodeada de seis jóvenes de diferentes nacionalidades y edades: Victoria es hondureña; Sukaina, marroquí; Johangela y Aidimar, venezolanas; Jessi, española, y Saray, de etnia gitana”. FIN. Curiosamente a cinco de ellas se las identifica por su nacionalidad y a una por su etnia porque seguramente es lo más representativo. ¿De qué etnia eran las otras? Uno asoció esta descripción al final del artículo de Juan Claudio de Ramon en El Mundo: la tensión entre la nación y la etnia, y la etnia como justificación de fronteras y de guerras.
La viñeta de los girasoles, de El Mundo, tiene su gracia, si es posible, claro, que esto tenga gracia.
Lee uno en el ABC que el Tribunal Constitucional fallará sobre el aborto cuando los progresistas asuman su control. Uno no sabe qué problema tuvo la mayoría conservadora para emitir su sentencia, aunque no consiguieran la unanimidad, que tampoco va a lograr el órgano renovado.
Ahora una noticia menor si no se tratara de una muerte. LNE comunica el fallecimiento de Toño Rodríguez, abogado ligado al Movimiento Comunista y al Pinón Folixa. Asegura el redactor Ch. Neira: “Nacido en el hospital militar de Oviedo en 1952 pero criado en Mieres, donde su padre era jefe de la Policía Local, Toño Blanco, un apellido paterno al que luego renunciaría…”. Pues no pudo renunciar porque su padre no era Blanco, sino Rodríguez Blanco, el cabo Blanco por más señas. Abuela de La Romía. Y ni una palabra más porque los hijos no son responsables de los padres.
Por seguir con un asunto ferroviario tocado (y casi hundido) el día anterior, lee hoy uno en El Comercio que se anuncia una telemática reunión, que a estas horas habrá tenido ya lugar, de la llamada Alianza por las Infraestructuras, convocada por el Gobierno regional. Con ese motivo, El Comercio pidió opinión a los partidos políticos con representación en el Parlamento astur. Teniendo en cuenta que gobierna el PSOE, es fácil adivinar qué dijo su representante. Las declaraciones se presentan por orden alfabético de la primera palabra de cada frase. También se indican a continuación los nombres de los partidos. Sería curioso adivinar qué dijo cada uno. Valga como entretenimiento.
Frases:
Con una fracción de lo malgastado en sobrecostes del AVE podríamos tener unas cercanías punteras.
La fusión Renfe-Feve nunca fue real, no se han ajustado ni los horarios.
La reunión de hoy servirá para conocer los avances sobre la coordinación de la malla horaria y la integración tarifaria.
Los Usuarios han dado la espalda a las cercanías como consecuencia de su abandono.
Nos preocupa la tarifa única y la malla horaria, los desdoblamientos y el vandalismo.
Se está produciendo un desmantelamiento de nuestra red de cercanías con inversiones ridículas
Si funcionara bien, y más ahora tal y como está la gasolina, se usaría.
Mira que si está uno de acuerdo con los contrarios…
El Comercio pública una foto de un numeroso grupo de personas delante de la biblioteca de San Claudio que piden que se amplíen los horarios de apertura. Está uno seguro de que si todos los días ese número de personas utilizaran la biblioteca se buscarían fórmulas para abrirla más horas y no como ahora, unos días por la mañana y otros por la tarde. A uno siempre le hicieron mucha gracia los pliegos de firmas pidiendo que determinado tren parara en determinada estación, a lo mejor, pliegos de doscientas firmas. Uno pensaba: si un diez por ciento de los firmantes viniera al tren, el tren paraba en la estación X.
El billete de Pedro de Silva sobre el cordón sanitario a/de Vox, realmente original y arriesgado por ir contra corriente, como acostumbra, por otra parte. Merece la pena leerlo con atención. La conclusión, en el último párrafo: esta singularidad impide aplicar de modo mimético fórmulas de otra estirpe.
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