Reza así uno de los editoriales de El Mundo: Pernicioso efecto del Salario Mínimo Interprofesional en el empleo de los más jóvenes. No hace falta entrar en su contenido. Se entiende. En las páginas de economía el mismo periódico ofrece la noticia de que David Card, uno de los galardonados con el premio Nobel de Economía, concluye que una subida del SMI no lleva “necesariamente” a aumentar el paro. El periódico hace hincapié en lo de ‘necesariamente’, dando a entender que no hay una relación unívoca. El País lleva el galardón a la portada indicando que el Nobel premia la tesis que rebate el efecto negativo de subir el salario mínimo. Sin embargo, en las páginas interiores esa resulta ser solamente una de las teorías de varios premiados, pero la principal es la que señala La Vanguardia: el Nobel de Economía recae sobre tres académicos que analizan la vida real. Trabajaron la idea de que así como en las ciencias físicas es posible hacer experimentos y extraer conclusiones, en los hechos económicos no cabe tal cosa, por lo que hay que sacar conclusiones de datos obtenidos en la vida real, no en el laboratorio, y entre otros datos está el análisis de qué ocurre con el salario mínimo.
Lee uno que la erupción volcánica constituye una amenaza para la cabra palmera, endémica en la isla, de la que solo quedan 1.850 ejemplares. Si estuviera en peligro la ultima pareja de cabras y hubiera que optar por salvar a un hombre o a esa pareja de cabras...mejor no pensar en ello.
En la reciente convención del PP en Valencia, el partido aprobó que mantendría las leyes de la eutanasia y el aborto a la espera del fallo del Tribunal Constitucional. Es una decisión realista, en la que, además, no arriesga nada ya que es difícil que el PP llegue al gobierno antes de que el alto tribunal se pronuncie. Teniendo en cuenta los años de retraso que lleva en esas sentencias, no tardará mucho. Si el Tribunal Constitucional declarase inconstitucionales algunos artículos de las leyes afectadas, le darían el trabajo hecho al Partido Popular. Si las declara ajustadas a la Constitución, ahí tendría que optar por modificar la ley o dejarla como está. Aunque el T.C. declare que la norma es constitucional, no significa que sea la única que cabe dentro de la Constitución. No sería la primera vez que el Partido Popular pasa palabra.
Dice el psicólogo y escritor Rafael Santandreu en LNE que si estás mentalmente bien amueblado, las adversidades te afectan, pero poco. Pone uno esto en relación con una noticia de La Vanguardia: El fervor por dejar la ciudad decae al recuperarse la normalidad. Uno echa una ojeada a su alrededor (más tarde habría que echarla a uno mismo) y observa la cantidad de decisiones que se adoptan sin pensar, movidos por la primera impresión. Conviene pensar las cosas, no solo antes de hacer, sino también antes de hablar, para evitar tener que arrepentirse porque lo dicho (incluso en un momento de calentón) dicho está. No digamos, si en vez de dichos, hablamos de hechos.
También en La Vanguardia, como en otros periódicos estos días, leyó uno un recuadro: Kiko Rivera cambia de opinión y perdona a su madre y a su hijo. ¿Cuánto tiempo podemos dedicar a eso?
LNE publica un extra con motivo de cumplir la catedral de Oviedo 1.200 años, en el que uno destaca dos cosas: 1/ una frase de Javier Cuervo: Hacía siete euros que no entraba a ver la catedral de Oviedo. Antes era gratis. Esa la más cara de las entradas y de lo más barato del turismo interior. 2/ Un esquema de las fases constructivas.
El suelto de Pedro de Silva versa sobre la festividad del día.
En la portada del ABC uno encuentra un cierto paralelismo entre los ojos (los ojazos) de Ayuso y algunos del Guernica.
Ingenua, si se quiere ver así, la viñeta de los cuatrocientos euros, que no son los cuatrocientos golpes de Truffaut.
Sugestiva la columna del ahora moderado (en el verbo) Xuan Xosé Sánchez Vicente sobre la cooficialidad.
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