Hoy reflexiona uno -de momento- sobre cuatro palabras: rural, clínico, desarme, tradiciones.
Rural, de rus-ruris, campo. En el Teatro Vital Aza de La Pola (de Lena, of course), se entregó el premio de Mujer Rural 2021 a Ana Labad Cruz, que está al frente de una empresa artesanal de conservas, anchoas Hazas, en Lastres. La pesca, la ganadería y la agricultura vienen siendo gestionadas bajo el mismo paraguas ministerial o consejeril, pero uno no acaba de ver que la actividad desarrollada por la premiada se encuadre en el mundo rural, ni Lastres le parece a uno que pertenezca a ese mundo. ¿Son rurales Pola de Lena, Ujo, Figaredo o Lugo de Llanera?. No. Tractores agrícolas solo se ven en esas localidades si encabezan una cabalgata. Que Ana Labad tiene su mérito, sí, pero no como mujer rural. En desagravio cuelga uno aquí un vídeo de su empresa, artesanal y original por cierto, próxima a la manufactura. https://anchoashazas.com/page/quienes-somos
Clínico. http://etimologias.dechile.net/?cli.nica (pinchar, breve e interesante). Declara Óscar Fores, Coordinador del centro de salud de Villalegre y La Luz (Avilés): “En consulta telefónica somos mucho más clínicos: no es un hola, qué tal, tome eso”. Y termina así la entrevista: Intentamos buscar el problema del paciente y llegar a la mejor solución, que a mi entender es el propósito. Por tanto te vuelves hiperclínico". Clínico y reclinar están emparentados. En la consulta telefónica no se imagina uno que el médico esté tumbado, ni siquiera reclinado, sino atento a pasar a un papel o a una pantalla lo que le vaya contando el paciente, al que tampoco se imagina tumbado, si acaso reclinado en un sillón o un sofá. En vez de decir 'se siente', en plan purista hiperclínico, el médico tendría que decir al paciente telefónico: 'se tumbe'.
Siguiendo con los pacientes, los del covid persistente y los médicos encargados de su atención se encuentran sin respuesta. Los pacientes mirarán al médico, y este dirá: ¿qué culpa tengo yo?. Pero no todos los pacientes miran igual, como se concluye de las fotos que ilustran la noticia de El País: dos actitudes ante la enfermedad y ante la vida.
Estos días correrán ríos de tinta para explicar el origen de la ovetense fiesta gastronómica del desarme. Uno renuncia a leerlos porque pese a que año tras año se detiene en artículos que parecen rigurosos, se olvida de inmediato de todos los concienzudos trabajos y se queda con la imagen mítica de un ejército desarmado después de una fartura de garbanzos con callos. ¡Qué difícil se olvida lo primero que se aprende! ¿Pero, cómo enseñar sin acudir a atajos y mitos? A uno le llamó la atención no el anuncio de las pitanzas ovetenses sino, por ejemplo, un menú del desarme que se anuncia en Luanco. La alarma no llega a escándalo. Los años van cambiando de lugar y de ropaje las tradiciones hasta hacerlas irreconocibles, pero no por eso dejan de ser tradiciones. Tradición: lo que se entrega. Se entrega en Oviedo, se recoge en Luanco. Y según se entrega, se va adaptando y adoptando.
Hablando de tradiciones, igual Santiago no es Santiago. Hablamos del de Zebedeo y Compostela. El País lo recoge en un interesante artículo.
La presidenta de La Rioja, contenta de copilota y feliz por el hermoso amanecer que contemplaba, sacó una foto al horizonte, que colgó en su cuenta de Instagram con el texto "Esto empieza bien", pero no se percató de que el velocímetro marcaba 156 Km/h a las 8:07. ¿Procede incoar sanción de oficio al conductor? Aunque no conducía, la presidenta pidió perdón y dijo no percatarse de la velocidad. Sería el único caso. Uno cuando va de copiloto mira de reojo al salpicadero para comprobar la velocidad. No nos acabamos de poner de acuerdo con los límites ni hay consenso en la necesidad ni en la conveniencia de su cumplimiento. Hay multitud de señales que no se respetan, unas por ser absurdamente restrictivas, otras porque se sabe que no hay radar o no está operativo, y ya no se divisa a la Guardia Civil a la sombra de un paso superior. Si las señales son necesarias para la seguridad, que se exija su cumplimiento, y si no lo son, que se quiten o se actualicen. Uno cree que hay poca exigencia...salvo que la gente pague y no lo cuente.
La Liga denuncia cánticos que incitan a la violencia en el partido Oviedo-Sporting. Los cánticos del Sporting fueron estos: "Puta Oviedo, puta capital". A lo que los oviedistas replicaron ‘Puta Gijón, puta el Sporting de Gijón, puta el equipo, puta aldea y la más puta su afición". Es pasarse. Sin embargo, el desterrado "Oviedo capital, Gijón sucursal", de no tan mal gusto, podría colar como atenuante.
Originó grandes protestas parlamentarias y políticas que la ultraderecha tachara con una cruz alguna valla publicitaria de un diputado de Foro favorable a la oficialidad de la lengua asturiana. Uno cree que destrozar, tirar pintura, tachar, arrancar el papel de las vallas publicitarias de los políticos está a la orden del día desde siempre, y no recuerda uno tanta agitación. Uno lo encuadra más entre las faltas de educación.
Pedro Infante cantaba: "Han nacido en mi rancho dos arbolitos" https://www.youtube.com/watch?v=kDAHwjvqDG0 En el techo de un tren de Rodalies nacieron unos honguitos. Estaría bien conocer las explicaciones oficiales.
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