Da cuenta la prensa regional asturiana del pregón leído desde el balcón del ayuntamiento capitalino por Pelayo Díaz, diseñador e influencer del que uno nunca había oído hablar, porque sigue las modas a años de distancia y porque es imposible seguir a todos los influencers que pululan por el espacio sideral. Casualmente siguió uno en directo el pregón por la televisión regional ya que estaba en el sofá terminando de desamodorrarse.
Pregón y pregonero rompieron los esquemas. Para que todo se entienda mejor conviene aclarar que Pelayo pertenece a una familia acomodada ovetense y que es homosexual declarado. De hecho, aludió a su marido en el pregón. Por lo que uno vio y escuchó, la realización no dio cuenta -en directo- de que el pregón estaba siendo abucheado por los detractores de la Ronda Norte prevista para Oviedo y en la que están de acuerdo la mayor parte de las fuerzas políticas, tanto de los gobiernos nacional, autonómico y local como de las oposiciones. Tiende uno a pensar -por pérdida de inocencia- que como el PSOE -que algo tutelará la televisión regional- defiende la Ronda, habrá puesto el foco en pregón y pregonero y no en el público abuchón, pero a lo mejor no hay malicia y solamente llevaban un/una cámara para cubrir el evento. Aunque los espectadores no nos enteráramos del ruido, el propio pregonero -y el alcalde al final- pidieron respeto y silencio y por eso se enteró uno del follón.
Es habitual, y las sentencias de los tribunales lo avalan generalmente, que hay que tolerar los abucheos que no incurren en ilícitos penales. Las sentencias suelen avalar los abucheos en aras de la libertad de expresión. Es imposible llegar a un acuerdo en relación con las manifestaciones que revientan actos porque todo depende de qué lado nos pille. A uno personalmente no le gustan. Uno está también en contra de la Ronda Norte. Y está también en contra de este modelo de casetas uniformes. Sin embargo, el alcalde, o quien haya sido, se apuntó un tanto al elegir a un pregonero gay que hizo una encendida defensa de la tolerancia y de su mundo. En varios pasajes se expresó con los genéricos en -e de Irene Montero y hasta el alcalde popular aplaudió ¿a regañadientes? Puede ser, pero aplaudió. Uno echó en falta una alusión, aunque fuera de pasada, a los bancos arco iris de la Plaza de la Escandalera, colocados por el tripartido de izquierdas anterior y retirados con argumentos muy endebles por la actual coalición conservadora. Fue una decisión polémica y el pregonero podía haber dicho algo, aunque no se mojara, pero quizá el pregonero no había oído hablar de la polémica, como tampoco sabía nada de los anteriores chiringuitos ni de la Ronda Norte. Pese a ser ovetense, a uno le recordó al paracaidista que aterriza sin saber donde pone los pies.
El Principado de Asturias autoriza la vuelta de los clientes a las barras. Hoy realizó uno una inspección oficiosa y la mayor parte de los establecimientos siguen con las barras anuladas, uno cree que con buen criterio comercial. Leyó uno la norma liberalizadora en el Boletín Oficial del Principado de Asturias y tiene que decir alguna cosa: 1/ que los Antecedentes de Hecho son un buen resumen de lo ocurrido desde el inicio de la pandemia. 2/ Que la parte normativa es un caos. 3/ Que la normativa estatal y la autonómica friccionan en algún aspecto.
El 10 de junio de 2021 se aprobó una resolución muy detallada, que se especificó en un anexo. La norma recién aprobada incluye una retahíla de modificaciones a tal anexo, con lo que para saber qué está vigente hay que tener a la vista el anexo de junio y el actual para ver qué letra o qué número se cambian. ¿No sería mucho más fácil incluir un anexo completo y actualizado y, si se quiere, justificar los cambios en la exposición de motivos de la norma o en los antecedentes de hecho? Por otra parte, la norma tiene sus paradojas. Hasta ahora uno podía ir a un bar con un no conviviente y sentarse en la misma mesa. A partir de ahora, si está en la barra tendrán que guardar metro y medio de distancia con su compañero de tertulia. Esta paradoja no descalifica la nueva norma porque uno reconoce la dificultad de precisar una casuística tan abundante, a la que chigreros y clientes se irán adaptando de aquella manera. Lo importante es que los números están mejorando sustancialmente.
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También El País metió la pata en la noticia de la agresión homófoba de Malasaña, que resultó inexistente. En su autocrítica, a través del Defensor del Lector, se recuerda que “el periodista transmite a los lectores noticias comprobadas y que “las informaciones de que dispone un periodista solo pueden ser obtenidas por tres vías: su presencia en el lugar de los hechos, la narración por una tercera persona o el manejo de un documento”. Son tres requisitos tan rigurosos que uno cree que muchas veces las meras conjeturas pasan a titulares. También cabe pensar que muchas conjeturas acaben siendo ciertas, de manera que en este caso se llega a la verdad por un atajo, el del olfato periodístico.
A uno le molestan las noticias sin contrastar. Uno sospecha que el reportaje de LNE que se reproduce aquí cae en ese saco. ¿De verdad no es posible contrastar lo que asegura el ciudadano con lo que puedan aportar las administraciones involucradas?
El País publica un reportaje acerca de cómo se nombra al Consejo General del Poder Judicial en los diferentes países europeos u organismo equivalente, en el caso de que exista. Reproduce uno aquí un extracto a modo de resumen. Uno saca la conclusión de que no procede descalificar a priori ningún sistema de elección o designación porque los diferentes estados, todos democráticos, no resuelven el caso de una misma forma. A uno le molestan las palabras gruesas y apriorísticas.
Se fija uno en la noticia de talibanas afganas apoyando el talibanato. Pese a la tristeza de la noticia, lo que a uno le llama la atención es el botellín de agua. En los lejanos tiempos de estudiante, ir con un botellín sería una auténtica extravagancia. Hoy casi todo el mundo lleva su botellín, y en esto coinciden talibanas y europeas. Una pena que las coincidencias se reduzcan a esto.
Leyó uno en El Comercio, y estará disponible en las redes, el artículo dominical de Leopoldo Tolivar, con una alusión de pasada a las fiestas ovetenses, que van a ser materia polémica por lo menos hasta que acabe septiembre. "El distanciamiento radical en la organización popular de las fiestas (...) creará divisiones en un calendario que nos debería unir a carbayones y visitantes. El tema es largo de analizar y merece muchos matices, imposibles de describir en estos contados renglones". La división lleva años, y para seguir. Los ovetenses estamos contaminados y no ve uno qué jurado pueda emitir una opinión imparcial, quizá un recién llegado a Oviedo en el año 2019 de provincia lejana que siga afincado por estos lares en el 2021 y que haya tenido la oportunidad de conocer los dos modelos. Demasiado trazo gordo en la mayor parte de las opiniones que se leen.
Cristiano Ronaldo volvió al Manchester United por la puerta grande. Uno valora el tesón de Cristiano para estar en las mejores condiciones físicas y rendir al máximo, aunque sea más por su ego personal que por el del equipo, al que de paso beneficia. A uno le gustaría que cuando observe que le llega el declive, que no se arrastre por los campos y los despachos, que no dé la cantada con comportamientos o declaraciones antideportivas al estilo de Hugo Sánchez, otro grandísimo jugador. Uno ve con simpatía a los que alguna vez jugaron en el Real Madrid. Es absurdo, sí, pero uno es así.
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