2021/11/24

DE FACEBOOK (días 19, 20 y 21)

En relación con el virus todo parece indicar que habrá que vacunarse cada seis meses hasta que se descubra una medicina de efectos más duraderos, de manera que habrá que aceptarlo como mal menor, confiando que las reacciones adversas sean mínimas. Por cierto, nunca más se volvió a oír nada de los trombos, o la noticia le pasó a uno desapercibida.
Encuentra uno noticias seguramente complementarias en cuanto a hospitalizaciones. El País, refiriéndose a las UCI, detalla que el 10% de las personas sin vacunar son el 60% de los ingresados. Por su parte, LNE señala, en cuanto a las hospitalizaciones, que sin llegar a las UCI, aumentan los ingresos de las personas vacunadas, lo que tiene su lógica pensando que pueden ser vacunados hace varios meses, a quienes la pócima ya no surte el efecto inicial. Según un estudio realizado en Barcelona, la doctora Carme Borrel asegura que en los barrios más desfavorecidos el porcentajes de vacunados es inferior, por lo que propone medidas como la vacunación sin cita previa en estos sectores. Sea.
La Voz de Asturias encuestó a sus lectores y el 55% no ve necesario todavía implantar el pasaporte covid. Uno votó lo contrario; hay que votar algo para poder leer el resultado.
Acudió uno a una conferencia en el Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA) con motivo de la edición de un libro que conmemora el 40 Aniversario del Estatuto de Autonomía de Asturias. Es curioso cómo LNE y El Comercio tratan de diferente forma la noticia. Según el titular de LNE "La oficialidad rompe el consenso con que nació el Estatuto, advierten en el RIDEA”, lo cual es literalmente cierto porque eso se dijo EN la sede del RIDEA, pero no puede sacarse la conclusión de que esa sea la opinión del RIDEA, que, como tal, no se pronunció. Simplemente cedió su local y su nombre. LNE recogió con cierta fidelidad lo hablado allí, tanto de quienes escriben en el periódico, como el doctor Junceda, como de quienes no escriben, como el doctor Tolivar, que lo hace en El Comercio. Las densas palabras que envió Sosa Wagner, que no pudo asistir pese a ser el coordinador de la obra, son imposibles de resumir. Con citar algunas, el redactor cumplió. El Comercio se mostró menos generoso ya que ni siquiera menciona las palabras del doctor Junceda Moreno (porque escribe en la competencia, y dijo lo más enjundioso y noticiable, y con oratoria vibrante) y en la foto que ilustra la noticia, ni aparece. Entiende uno que no habrá sido esa la intención del fotógrafo Pablo Lorenzana, sino de alguien de más arriba. Por cierto, Juan Luis Rodríguez Vigil, sentado en la primera fila, pudo pensar que iba por él una alusión al "mayor caso de corrupción institucional" de estos cuarenta años, el Petromocho, pero uno cree que se referían al Consejero Riopedre. Quedó la cosa en el limbo y nadie preguntó. El Doctor Junceda defendió con contundencia en el coloquio, no en la presentación en sí, que no era el momento de la cooficialidad, que había una lista de asuntos institucionales pendientes de desarrollar antes de abordar lo del idioma. Uno cree que aunque todos esos asuntos se desarrollen, pongamos dentro de una legislatura, tampoco verá el momento de entrar en materia. El doctor Tolivar, hábilmente, indicó lo que se resume en la prensa, que para opinar hay que hacerlo sobre un texto, que, de momento, nadie presentó articulado.
Podemos, dice LNE, aparcará sus líneas rojas y negociará las rebajas fiscales que plantea Foro para apoyar la oficialidad. Si se quiere sacar la oficialidad adelante, uno cree que es la postura más inteligente si la tesitura es apoyar la oficialidad más una fiscalidad regresiva frente a no oficialidad y fiscalidad progresiva. Uno lo cree así porque si se aprueba la oficialidad, no hay vuelta atrás en posteriores ejercicios presupuestarios o legislaturas, mientras que más adelante habrá manera de aumentar la fiscalidad que ahora se disminuye (si acaso) en aras del pacto.
Lee uno en El País (en el de hace unos días a decir verdad, pero la idea había quedado en el tintero) que los consumidores podrán exigir que no los atiendan robots por teléfono. A uno no le molesta per ser que atienda un robot, porque los hay eficacísimos. Sí le molesta que no entiendan a uno. Uno se siente más cómodo cuando le habla un robot que cuando le hablan con un español de acento extraño, ¿o no, mi amor? Quizá entiendan a uno, pero uno no les entiende a ellos o a ellas.
Lee uno que por fin se inaugura en Sobrescobio el mayor centro para la recuperación de la fauna. Como el propio alcalde lo comparó con un HUCA, no es exagerado indicar que se trata de un hospital o una clínica para animales enfermos o heridos. Quizá es algo más, o no para cualquier animal salvaje sino solo para especies en peligro de extinción, pero hay cosas que se pueden decir en una conversación en un chigre, y sin embargo esas mismas, puestas aquí por escrito, le convierten a uno en un antianimalista o un insensible, así que uno las piensa pero las calla.

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A veces no encuentra uno nada en especial en la prensa del día pero guarda en la reserva, hasta que caduca, alguna cosuca. La que conservó durante unos días y que hoy aflora, no entra en las lecturas habituales, pero uno no desprecia nada, ni la prensa deportiva, ni la prensa del corazón, ni una revista de arquitectura o de arqueología medieval. Algunos días uno lee el Marca o el As, con ojos un poco diferentes, buscando un artículo bien escrito o un enfoque original. Uno es un devoto/crítico de El País. Es bien sabido y uno no lo disimula. Las crónicas de José Sámano de cualquier partido de fútbol que presencie suelen ser antológicas, como las de Carlos Arribas dedicadas al ciclismo o las de Leontxo García al ajedrez. Arribas te hace vivir una etapa de otra manera, poniendo el enfoque en una escena rutinaria del avituallamiento o en el sudor de un gregario.
Hace unos días cayó un Marca en las manos de uno (mientras tomaba una botella de sidra, no es difícil llegar a esa conclusión) y se detuvo en el desembarco de Xavi en el Barcelona como gestor emocional. Un equipo de fútbol se parece mucho a una empresa. Hay unos jefes, hay unas pretendidas figuras, hay unos gregarios, hay quien quiere destacar, hay quien prefiere supervivir en la sombra.
Uno conoció jefes de todos los estilos: el técnico, conocedor de las normas, que buscaba el equilibrio, pero con derecho a matizar y decir la última palabra; el procedente del sindicalismo que tenía las ideas claras y todo se definía en relaciones de poder, que salía del paso no mandando informes documentados sino hablando con fulanito, que es de la cuerda de menganito; el que se enfrentaba con Dios y su madre, y arrastraba a uno a guerras que no eran propias, pero si no lo secundabas, te podías dar por jodido; el pusilánime y metódico, que sin carisma de ningún tipo, conseguía también objetivos notables.
Después de todas esas experiencias uno sigue sin inclinarse por un modelo definido de gestor de equipos. Uno no dio nunca con ninguno óptimo, aunque seguramente alguno habrá en el mundo.
Merece la pena leer el artículo del Marca sacudiendo la hojarasca.

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Uno leyó hoy muy someramente la prensa y, como no encontró nada relevante, y algo hay que narrar, cuenta que fue un gran día de cultura, gastronomía y ocio.
Poco después de la hora del ángelus, acudió uno al Santuario de Bendueños, que está comenzando a lucir un camerín en avanzado estado restauración, recibiendo allí mismo cumplidas aclaraciones del proceso y de lo que significó Bendueños a lo largo de la historia.
Acto seguido, un grupo de de visitantes se apuntó a un auto-homenaje gastronómico con un menú de degustación en el Parador del Rey de la Vega del Rey. Una restauración de detalle merece una degustación de diseño (en la que no se pasa hambre; de hecho, uno, contra todo pronóstico, dejó algo en algún plato).
Por la tarde se celebraba el primer memorial Avelino Carrizo organizado por el Coro la Flor de Lena en el teatro lenense Vital Aza, a quien fuera un destacadísimo intérprete coral, en especial de esas tonadas que tanto le gustaban. Entre los coros invitados estaba el Reconquista, en el que uno cantó unos cuantos años, y donde tiene un buen puñado de amigos y gentes a quienes aprecia. La actuación de los coros, muy acertada; el pincheo/espicha ofrecido por el Coro La Flor en La Sierra, abundante hasta dar pena. No pudo organizarse en el local del hotel de asociaciones a base de la clásica aportación de los coristas anfitriones porque el Ayuntamiento no veía claro que el protocolo covid diera para albergar a tanto cantor elevando la voz. El ciudadano se reunió igual y cruza los dedos. El Coro La Flor es proverbialmente folixero, pero el Reconquista y el Coro de Griñón, que también actuó, no le van a la zaga. Uno, prudentemente, no adjunta ninguna foto de esta última folixa.
En previo desagravio de tanto exceso, uno había caminado a ritmo rápido una hora por la mañana. No había tiempo para más. Y mañana tienen previsto seguir con los deberes, así caigan chuzos de punta.





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