Se desayuna uno con la pregunta/noticia de portada de La Voz de Asturias: "¿Quien va a esperar un tren que nunca llega?: el declive de las cercanías en Asturias". Al amplio reportaje uno le presenta solamente un reproche: la foto que ilustra la noticia, ya que a lo largo de todo el texto se hace insistente hincapié en el tipo de trenes especialmente declinantes y, sin embargo, la foto es de una Civia, que representa a la parte menos mala del pastel. Por lo demás, aunque desde fuera se ponga el acento en una posible gestión deficiente, con el mismo dinero las mejoras posibles de gestión, de organización, de diseño de horarios, son absolutamente irrelevantes. Queda bien decir otra cosa, pero no hay ningún recorrido por ese camino. Sin inversión no hay nada que hacer. https://www.lavozdeasturias.es/.../0003163689331688888710...
Lee uno en El Mundo que la población extremeña de Alburquerque está alarmada por la quiebra de su Ayuntamiento, que acumula una deuda de quince millones, con embargos de la Seguridad Social, cortes de teléfono y luz en las dependencias municipales y doscientos empleados públicos que no cobran desde hace once meses. Por más que intenta uno averiguar cómo se formó ese agujero, no saca uno nada en limpio de la noticia. Se habla de un alcalde que lleva al frente veinticuatro años gracias a aplastantes mayorías absolutas, pero otros alcaldes renuevan sus mayorías y no se genera automáticamente ninguna bancarrota.
Es un misterio cómo uno puede querer a un equipo de fútbol aunque se trastoque el color de la piel de sus futbolistas y aunque las camisetas sean irreconocibles, por ejemplo el U.D. de Llanera, que metió el agua en casa al Bergantiños. Además del pie de página, uno tuvo que leer la alineación para comprobar de qué equipo eran esos jugadores tan alegres. Si fueran del Bergantiños, la perplejidad sería la misma.
El País incluye un mapa de la ubicación de las nuevas infraestructuras que abrirá el gobierno en su afán descentralizador. De todo el cuadrante noroeste de la península, solamente a Ponferrada le tocó la lotería. Independientemente de eso, que para Ponferrada o Teruel o Alcázar de San Juan es un estímulo que se creen unos cuantos puestos de trabajo, está claro, pero duda de las bondades y el coste de la descentralización para el conjunto de los ciudadanos o usuarios de las instalaciones. Uno conoció una escuela ferroviaria en Valencia especializada en formación tecnológica, donde se organizaban cursos. Visto en conjunto no tiene uno clara la ventaja de que un trabajador de Monforte, otro de Oviedo, otro de Santander, otro de Valladolid, otro de Barcelona,... tengan que desplazarse a Valencia a recibir formación (realizando los imprescindibles trasbordos) en contraposición a desplazarse todos a Madrid.
Es posible que vaya a escribir uno una incoherencia consigo mismo o con algo publicado hace unas semanas en relación con las autorizaciones para levantar viviendas, infraestructuras o instalaciones en terrenos volcánicos. Uno ve la foto de esa casa que se libró de la lava por los pelos de momento y así como en su momento pensó que no se deberían otorgar autorizaciones (porque si se otorgan podría haber alguna responsabilidad pública con las consiguientes indemnizaciones) al leer que esa casa se construyó sobre la fajana de lava derramada en 1949, cree que hay industrias, viviendas y equipamientos que se pueden considerar amortizados. Si se generó una actividad agrícola e industrial durante setenta años, no es de echar en saco roto.
Tiene su razón la viñeta informática, que le recuerda a uno cómo en la distribución de teléfonos móviles o equipos informáticos, los de más alta gama se destinan a las cúspides, aunque no sean los que más los necesitan y los que mejor los entienden porque se arreglarían seguramente con el modelo más elemental, pero los gigas son una cuestión de estatus.
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Lee uno en El Comercio, en la sección ‘Alitar Asturies’ escrita en lengua asturiana, un artículo de Pablo Marín Estrada dedicado a glosar un corto presentado por Samuel Ferrandi en el Festival Internacional de Cine de Gijón/Xixón (FICX), que se titula “Manual de la siega”. Dice Ferrandi que intenta recoger en un documental cómo era (que ya nun ye) las labores de la siega y recogida de la hierba. La originalidad es que se recoge en forma de película. Afirma el autor que se trata de una especie de manual de instrucciones para aprender a segar. Mantiene Ferrandi que los movimientos que se realizan ahora no son los mismos que hace cuarenta años, como tampoco otras actuaciones humanas, por ejemplo fumar, se realizaban de la misma manera. Desconoce uno si es la primera vez que se recogen las escenas de la hierba a modo de un documental, pero le extraña. Desde luego, por escrito sí se recogieron porque uno tiene por casa la separata titulada “La yerba nel conceyu de Mieres”, del que es coautor Andrés Suárez, viejo conocido del sindicalismo y del ferrocarril. Lo curioso es que buscando por internet encontró uno una recopilación de artículos que describían y recordaban esas mismas faenas en unos cuantos concejos asturianos e incluso de otras regiones próximas, y ahí aparece incluido el trabajo de Suárez ¿Cuántos horas de investigación se dedicarán a investigar lo ya investigado? Muchos, pero es difícil dar con todo lo que uno busca en un momento determinado. http://academiadelallingua.com/.../1535527245Cultures%207...
También en El Comercio lee uno un documentado reportaje de Gonzalo García-Rubín (uno, si puede, lee todo lo que escribe ese periodista, por ameno y preciso) sobre las dificultades que está encontrando el Ayuntamiento de Oviedo para sacar adelante sus proyectos de inversión, por el alza de los materiales. Pone el foco en Oviedo como podía ponerlo en cualquier administración. Cree uno que maneja con bastante precisión los conceptos de modificados, las actas de replanteo, las certificaciones de obra... A veces se habla de la distancia existente entre la formación reglada que se ofrece y las necesidades formativas de las empresas. En este aspecto en concreto uno está de acuerdo. Lo normal es que las empresas contraten obras o servicios para el desarrollo de su actividad y esos conceptos anteriores están a la orden del día, pero no siempre quienes tienen que gestionar los contratos tienen las ideas tan claras. Se firman contratos complejísimos que no hay quien los traduzca al lenguaje de quienes tienen que controlar su ejecución. Nociones tan básicas como las indicadas antes, que se manejan todos los días en la actividad de las empresas, sin embargo cree uno que no se estudian en ningún sitio, con lo que alguna de las partes del contrato está totalmente vendida.
Lee uno en El Mundo que el 27 de noviembre está convocada una concentración para protestar por una modificación de la Ley de Seguridad Ciudadana que limita algunas actuaciones de las fuerzas de seguridad: la fuerza probatoria del atestado, las pelotas de goma, las identificaciones,... Que esas limitaciones dificultan el trabajo de la policía es evidente: estar acostumbrado a unas pautas y tener que proceder de otra forma para conseguir el mismo objetivo de la seguridad. Que a la policía conservadora le molestan esas cortapisas no se discute, pero a uno le gustaría conocer la opinión de la policía más progresista, salvando la cúpula ministerial, claro, que para eso va a modificarla ley.
El Abogado popular ovetense Iván de Santiago escribe en El Comercio a favor de la eliminación del límite de 1.500 metros cuadrados para construir en una parcela, en consonancia con lo que se sabe del nuevo plan urbanístico. Sostiene gráficamente que se quiere un lugar donde respirar, no una huerta donde convertirse en esclavo. En la misma página se anuncia que el Grupo Municipal Socialista atenderá (a estas horas habrá atendido) a los vecinos que pasen por la Casa del Pueblo, donde se anuncia una reunión informativa sobre la revisión del Plan General de Ordenación Urbana. Desconoce uno cuantos metros defienden Vox, IU, el PSOE, Podemos, el PP o Ciudadanos para construir una vivienda, y si van de más a menos o al revés según se sea más de izquierdas o más de derechas y por qué son más progresistas o más ecológicos o más adecuados más metros que menos (siempre que no sean conejeras), sobre todo por qué, qué criterio técnico o político hay detrás de establecer un límite de 500, 1.500, 3.000 o 5.000 metros.
Observa uno (o serán los medios que uno lee) que la opinión pública española, o la opinión publicada, aprueba la limitación de movimientos por covid que algunos gobiernos europeos están estableciendo a los no vacunados. La eficacia de los grandes números de las vacunas es incontestable. Atrás quedaron los remilgos éticos de las libertades individuales. No se volvió a oír hablar de los trombos iniciales. Estamos dispuestos a asumir lo que nos venga encima. La fuerza de los números.
La Voz de Asturias lanzó una pregunta a sus lectores: ¿Cuánto crédito le das a Gallego? (entrenador del Sporting que, en los últimos seis partidos obtuvo un empate y cinco derrotas pasando de liderar la clasificación a quedar en la zona tibia y solamente un punto por encima del Oviedo). Uno no estaba por ninguna de las cuatro opciones pero tuvo que votar por una -la de la estrella- para poder conocer el resultado de la votación. Sorprende el gran número de votantes y que el 34% voten por el cese inmediato, y un 14% le da un partido de margen, así que puede indicarse que para la mitad de los votantes agotó el crédito. Del coste del despido no se habla. Es pólvora ajena.
El cura Pochi, otras veces tan exaltado, esta semana se muestra moderado y soñador, recordando dos aniversarios: los mil doscientos años de la catedral y los cincuenta de la parroquia de Nuestra Señora de Covadonga en Teatinos. En su columna escribe con una retórica un tanto pomposa lo siguiente: "Dicen que la Catedral de Oviedo celebra 1.200 años, aunque los importantes son los que se esconden encerrados entre sus bóvedas y naves. Mirarla es enamorarse, es caer rendido en la locura que nace de la belleza stendhaliana. Ríanse pero, ¿podré contar las veces que me he plantado frente a esta fortaleza de peregrinación cerrando los ojos y abriendo oídos para sentir los cascos de un caballo, el crujir de las poleas, el estruendo de la piedra o el primer tañido de Wamba? ¿Cuántas veces no me habré ensoñado con los paseos pícaros y escondidos de Clarín? ¿Hay algo mejor en una tarde reluciente de primavera que disfrutar del deambular del sol obsequiando matices infinitos de luz a esta madre de cristiandad?". Ríanse, dice uno también, pero alguna vez cogió La Regenta bajo el brazo y se sentó en la fuentona frente a la catedral a leer algunos párrafos de esa novela maravillosa que se puede abrir por cualquier página, porque para un par de páginas sueltas no hace falta saber de qué va el argumento. Para leerla desde el principio, sí, hay que coger papel y lápiz para tomar nota de los personajes y no perderse en quién es quien. En cuanto al aniversario de la parroquia de Teatinos, tiene unas palabras para Don Juan, Don Juan Antonio Álvarez Rabanal, el Sama para todos (por samaritano, porque siempre tenía en la boca la parábola del buen samaritano; como esos latiguillos poniendo los ojos en blanco 'fin-tal, era una prostituta pero muy buena mujer'). Inolvidable Don Juan.
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