2021/11/27

DE FACEBOOK (día 24)

Pese a que a uno le gusta cantar, y se anima si hay folixa, casi nunca lo hizo en un karaoke. Posiblemente la primera y única vez que lo intentó fue ensayando 'Un ramito de violetas' de Cecilia. La interpretación de Manzanita también es extraordinaria. Es una canción realmente fácil, y más si se lee la letra en una pantalla, pero en aquel hotel fue el acabose. O cogió uno el tono bajo o demasiado alto, el caso es que aquel fracaso y aquel ridículo es motivo frecuente de hilaridad familiar. Posiblemente uno no tuvo éxito en su libertad creativa, en aquella libertad creativa ahora reconocida por el Tribunal Superior de Justicia Vasco.
El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco tumba la petición del gobierno autónomo de implantar el pasaporte covid. Un titular para un periódico sensacionalista sería este: "Rechazado el pasaporte covid por vulnerar la libertad creativa de los karaokes". Sigue uno la noticia a través de El Correo y entre los motivos del rechazo figura literalmente ese, entre otros, claro. Los argumentos fundamentales son dos: el primero es que el proyecto de norma no obligaba a los trabajadores de los establecimientos, solo a los clientes; el segundo, que el pasaporte no vinculaba a los niños, siendo estos el foco principal de transmisión. En relación con lo primero, formalmente es cierto, pero en la práctica, teniendo en cuenta que la realidad demuestra que los trabajadores van prácticamente siempre con mascarilla, sus posibilidades de contagiar son mínimas, no así las de ser contagiados; en cuanto a que los niños son el principal foco, primera noticia de fuente tan seria. Que había hipótesis sí, por su falta de vacunación, pero uno desconocía que ya se hubiera determinado que fueran la principal fuente de transmisión. El TSJ aporta otros motivos como la insuficiente fundamentación jurídica del gobierno vasco. Lógicamente esto molestará bastante a sus servicios jurídicos. Uno cuando tuvo que emitir dictámenes para un juzgado temblaba a la hora de leer una sentencia contraria: si se perdía un caso porque el adversario tenía más razones, nada de lo que arrepentirse, pero si el tribunal hablaba de prueba o argumentación insuficiente, era un palo porque en esos casos se queda en mal lugar ante la superioridad.
Las elecciones en Chile dan lugar a distintos enfoques. Leyó uno en las páginas interiores de El Mundo: “Chile apuesta por una derecha ‘sin complejos’”, por lo que buscó quién pronunció tal entrecomillado. Resulta que el propio partido chileno se autodenomina así. Eso le animó a uno a buscar cómo se referían los titulares de los periódicos a esos partidos enfrentados. Para El País se enfrentan un ultraderechista y un izquierdista. LNE habla de ultraderecha o del ultraconservador, por una parte, y de un izquierdista por otra. Para La Voz de Asturias un ultraderechista y un izquierdista. (¿Qué epítetos dedicará a los contendientes este sábado Enrique del Teso, su brillante columnista estrella?). Para El Mundo (portada) Chile elegirá entre la izquierda radical y la derecha extrema. Para el ABC se enfrentan un derechista y un izquierdista. Para La Razón, un conservador y un radical. La Vanguardia habla de un defensor del ultraliberalismo y un izquierdista. Para Expansión, ultraderecha e izquierda radical. Para La Voz de Galicia se enfrentan un ultraderechista y un izquierdista. Para El Correo se enfrentan la ultraderecha y la izquierda. ¿Quién tiene razón? Cada lector creerá a su periódico. ¿A quién cree un descreído? En principio a Expansión.
La esquela de ayer tiene su explicación hoy.
Le dio a uno por repasar las páginas de agenda/ocio de LNE y pasó la mañana en el Museo de Bellas Artes con un amigo. Precio de la entrada cero euros. Unas colecciones espectaculares, un paseo relajante, que uno olvidará de inmediato. ¿De qué se acordará uno dentro de quince días?
Vio uno un artículo en El País que prometía interés: "Qué ha hecho Alfonso X por nosotros", con motivo de celebrarse el 800º aniversario del nacimiento del rey de Castilla y León. No le vendría mal a uno un repaso biográfico para recordar (decir ‘recordar’ es una pretenciosidad porque no se puede recordar lo que nunca se supo) o para aprender, pero ¿para qué? ¿para olvidarlo al minuto? Pasó uno de página para leer otra cosa que también acabará inmediatamente en el olvido, como todas esas noticias que estarían impresas en uno de los cuadros expuestos en el Bellas Artes, el del vendedor de periódicos. Ese vendedor, de José Jiménez Aranda, le recuerda a uno a Calo, vendedor de periódicos en Fierros, o al Moreno en Lugo de Llanera, al que está viendo en la estación cargado de periódicos a las seis de la mañana en un andén lleno de niebla, viajeros y ferroviarios.
En la exposición temporal del Museo, patrocinada por Abanca, Estampas de Vanguardia", con obras de Miró, Braque, Picasso, Gris y otros, se entretuvo uno titulando una serie de láminas no bautizadas por los autores o bautizados "sin título". A tres los llamó uno así: El sombrero de Napoleón, Pajarito pío pío, Montera picona. Si los pintores mostraron imaginación con sus pinceles, no quiere uno ir a la zaga con su teclado.
La exposición, también visitada, sobre el camino primitivo en La Nueva España quedará para mañana, si no la arrinconan otros acontecimientos.





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