LA GUERRA DE JUGURTA (o YUGURTA), de Salustio

Dicen los historiadores que la descripción que Salustio hace de la guerra contra Jugurta o Yugurta, rey de un territorio del norte de África, no es del todo rigurosa, entre otros aspectos por haber sido escrita sesenta años después de los hechos y porque manejó unas muy malas traducciones de algunos documentos originales. Sin embargo, por su posición y prestigio político (o influencias) Salustio pudo acceder a las actas del Senado, de ahí te explicas algunos de los brillantes discursos que reproduce en la obra, amén de otros párrafos que dan qué y que pensar. Además, no siempre la cercanía temporal es un factor que ayude al rigor.

Reflexiones válidas para la actualidad española:
¿Qué otra cosa es rey sino hacer lo que se quiera impunemente? (Véase el artículo 56.3 de la Constitución: La persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad).
A destacar la difícil imparcialidad al valorar a los jefes de cada bando, lección para historiadores:
De esta suerte combatían estos dos grandes capitanes, iguales en el valor y pericia militar, pero desiguales en fuerzas. Metelo tenía mejor gente; pero el sitio le era poco favorable. Al contrario, Jugurta llevaba ventaja en todo, sino en la calidad de su tropa.
La humana debilidad por el autobombo.
Los soldados alegres llámanse unos a otros por sus nombres; cuéntanse mutuamente las particularidades del suceso; cada uno pone en las nubes sus hazañas, que esta es la condición humana.　
Discurso de Mario en el Senado: Sé bien, quirites, que por lo regular es muy otra la conducta de los que os piden los empleos que la que observan después de haberlos conseguido; que al principio se muestran oficiosos, tratables, contenidos, pero después pasan la vida entregados al ocio y la soberbia. Yo pienso muy de otra suerte, porque cuanto es de más consideración el todo de la república que el consulado o la pretura, tanto debe ponerse más cuidado en la administración de aquélla que en la soclitud de estos empleos...Habeisme mandado hacer la guerra a Jugurta, lo que la nobleza ha llevado muy mal. Reflexionad, os ruego, si será mejor revocarlo y que encarguéis un negocio de esta naturaleza a alguno de aquel corrillo de nobles, quieron decir, a uno de linaje antiguo y que tenga muchas estatuas de sus mayores, pero que jamás haya combatido; para que puesto en él se turbe, se apresure sin saber qué hacerse y eche mano del primero que encuentre para que le enseñe su oficio. Así sucede muchas veces, que a quien vosotros habéis encargado el mando busca otro que le mande a él. De algunos sé yo que después de cónsules comenzaron a leer los hechos de nuestros mayores y la disciplina militar de los griegos; aunque en el orden del tiempo primero es lograr un empleo que ejercerle, el modo de portarse bien y provechosamente en él debe saberse antes.