2015/04/17

TRISTE FINAL

Pasmado estás con el guirigay de los pequeños partidos de cara a las elecciones autonómicas y municipales que tendrán lugar dentro de un mes.

A Foro, con Cascos en un último puesto testimonial, le queda una legislatura antes de su triste desaparición. Con él, quedaría una y media. Desilusionaron a sus numerosos votantes. El penúltimo en abandonar el barco, el notario Caicoya, que esperaba ser nombrado Mesías en primer lugar por el partido, después por el electorado. ¡No le admiten su lista y se da de baja en el partido ese mismo día!

UPyD, otro (otra) que dilapidó las enormes expectativas que en ese partido se depositaron. Como Foro, pecó de personalismo: UPyD adoptó el color magenta/rosa del nombre de pila de su líder. Foro inventó unas siglas, FAC, para hacerlas coincidir con el nombre y apellidos de Francisco Álvarez Cascos, todo muy artificial y exagerado.

Ciudadanos la cagó, no solo con un desafortunado tuit de su líder regional sino con la impresión de chalaneo que está dando a la hora de unirse o colaborar con los desertores del partido rosa. Inevitable el tufo a chanchullo en la confección de las listas.

Podemos ya no puede dar impresión de unidad. En cada territorio van por libre, aunque ellos hablarán de la sagrada autonomía. Iban a ir con Equo, ya se enfadaron.


Al final, quedarán la tristeza de PSOE (Javier el triste), PP (Cherines la triste) e IU (Llamzarares el triste).

2015/04/06

LENGUAJE PARA POLÍTICOS

Siempre se dice que los políticos pecan de utilizar una jerga para iniciados, de la que que el tinés arecista fue un paradigmático ejemplo. No habías caído hasta ahora en que los no políticos (que no apolíticos), los que firman como expertos técnicos, incurrían en la jerigonza política cuando se encuentran en ‘sede parlamentaria’, valga la manoseada cursilería. Quizá se trate de un fenómeno de ósmosis.

A esa conclusión llegas al leer con retraso esos artículos de periódico que no corren prisa y que dejas para lecturas de playa, en este caso la comparecencia que el experto en desarrollo rural Jaime Izquierdo tuvo en el Senado en el mes de enero de este año, remitida a La Nueva España para su publicación, lástima que no aparezca en la edición gratuita al tratarse de un artículo de opinión, pero se reproduce en otras páginas.

http://193.146.129.72/web/actividadparlamentaria/actualidad/video/index.html?s=10_S014004_008_01&ig=609392

http://www.xuliocs.com/PDF/jaimizqsed.pdf

Quizá partes, en este comentario animus iocandi no animus iniuriandi, de la idea de que el lenguaje sufre una evolución paralela a los mismísimos sectores productivos, de manera que si las actividades económicas se clasifican desde siempre en primarias, secundarias y terciarias, en similares términos debe funcionar el lenguaje al referirse a ellas, de forma que cuando se habla de agricultura el lenguaje habrá de ser básico, elemental, unívoco; para describir la actividad industrial, se admite una cierta complicación, algo de manufactura retórica; en el sector servicios no extraña un lenguaje más evolucionado, alambicado e ininteligible, como muestra el más sencillo contrato bancario o la más escueta póliza de seguros.

No esperas, sin embargo, que un experto en desarrollo rural se refiera al mundo rural de esta guisa.

“Ensayar en algunas células del territorio –en algunas parroquias o pequeños municipios de montaña en abandono- un proceso de regeneración, de reprogramación celular, para activar el criptosistema y promover la recolocación de la montaña.”

“Necesitamos modificar simultáneamente las políticas de conservación de la naturaleza –burocráticas, estáticas y fenosistmémicas-, y las de desarrollo agrario, viciadas por la perspectiva industiral y pensadas más en términos de compensación de renta que de incentivos para la gestión pertinente del criptosistema.”

“Tenemos que atrevernos a diseñar prototipos de gestión local de la montaña, ensayos de innovación retroprogresiva de base celular.” 



2015/04/04

NO ENCUENTRO MI CARA EN EL ESPEJO, de Fulgencio Argüelles


Sólo en el momento de preparar estas letras te percatas del marcador de libros que vienes utilizando desde que tu hija te lo regaló después de un viaje a Madrid: el Guernica de Picasso, inspirado, como el libro de Fulgencio, en los horrores de la guerra civil española.

Acudiste en su día a la presentación de este libro, plasmando de aquella tus impresiones aquí mismo. Tu comentario de entonces provenía del mero papel del oyente (http://sipiluchi.blogspot.com.es/2014/11/presentacion-de-libro.html) que tomó aquel día por primera vez el libro en sus manos. Encuentras ahora ajustada la reseña del acto publicada al día siguiente en EL COMERCIO. Ya lo habían leído.

Imitando malamente al autor al abusar de alguno de sus recursos estilísticos, dirías que el libro merece la pena y también merece una relectura en voz alta en algunos pasajes. Es dueño de un estilo inconfundible, que homenajea aludiendo de pasada a las letanías de lluvias, los abedules y los palacios azules de su obra anterior.

No tienes la lista de los personajes que cobran vida, y algunos muerte, cerca de veinte, todos bien perfilados, pero no necesariamente rocosos porque dejan un espacio a la duda.

“Ahora tenía dudas. Aquel barco que ya se perdía a lo lejos, aquellos amigos que había sentido tan cerca en los últimos meses, el hijo que habría de llegar, la mirada triste de la gente, la ruina de los pueblos y las ciudades, todo le hacía dudar, mira cómo te tiembla la mano sana que sujeta las riendas, fíjate en ese polvo corrompido que envuelve las cosas y las vulgariza, dónde estarán los perfiles que delimitan lo bueno y lo justo, todo se torna mediocre, hasta las firmes ideas que antes te hacían estremecer”.

Te gustaron sobremanera las magistrales narraciones en paralelo entre lo que ocurre y lo que se piensa o siente, por ejemplo en la muerte de Blandina San Juan, le hermana del cura muerto o los memorables episodios de la atracción física entre el nuevo cura y María Casta.

Entrañable el perfil de Alarico, el tonto del pueblo, con minúsculas pero múltiples apariciones a lo largo de la novela, mereciendo una descripción asustada en la parte final, para que se recuerde mejor. Bien se cuidó el autor de no marcarlo con un nombre usual para evitar estigmas y quizá rabias, tal como anticipó en la presentación.

Creativos, trabajados, ingeniosos los diálogos entre el nuevo cura y el señor maestro, el teólogo y el agnóstico, seguramente un homenaje a la lectura juvenil de Giovanni Guareschi con la saga de Don Camilo y Peppone, el maestro comunista. Son diálogos en bruto, teatrales, sin narrador, sin presentación, que se desparraman a lo largo de la obra y acaban propiciando un acercamiento de posturas, o al menos, la comprensión del diferente.

- Agradezco sobremanera su conversación, señor maestro, pero debo acudir a los rezos de la tarde, pues aún quedamos algunos fieles que encontramos el sosiego en la oración.
- También yo agradezco su paciencia, señor cura, y su comprensión, y, si le parece, lo acompaño hasta la plaza, pues quiero escuchar las noticias de la guerra en la radio de Veredigna.

Anteriormente se había enunciado el decálogo del maestro, una especie de diez mandamientos laicos. Quedarían así: No dejar que ningún tiempo se pierda; sentirse humilde; el amor; la solidaridad de todos con todos; la defensa de la verdad; la práctica activa del silencio; los treinta minutos de siesta; la educación, como adiestramiento del pensamiento; la confianza diaria en que las cosas pueden ser mejores; la idea de que la muerte será el último mal pero no será gran mal porque al ser el último no podrá ser sufrido ni recordado. Parecen unos mandamientos ligeros, de perfil bajo, que bien podrían habérsele ocurrido al cura, por lo tanto no tan contradictorios: “ Todo transcurría lentamente, envuelto en una fina tela de desidia, igual que había ocurrido en sus años de seminarista, igual que había ocurrido siempre, y él intentaba extraer lo mejor de cada momento”.
 
La vuelta del violinista es otro momento narrativo culminante y al oírse en la aldea nuevamente (el eterno retorno) las antiguas notas, aprovecha el autor para un recuento de personajes, técnica interesante por si alguien se había perdido: Conrado Varela el maestro, Don Carmelo el cura, Alarico el tonto, María Casta la madre, Zulema la amiga, Edipio el hijo que se busca en el espejo, Veredigna, el tío León, la viuda Dulce Nombre, Digna Emerita la rica, Pincio Galaina el abuelo, Arcadio Berrina y su tía Felicidad, Delaira, Blandina San Juan, Felicia la amiga, el carpintero Laureano, su mujer Constantina, la maestra Vidalides y Felicitas Varela, la destinataria de la música de su primo. La esmerada elección de los nombres daría pié para más líneas.

Llegas al final de la novela y persiguen tus dudas sobre el porqué del título. Al entrar en el segundo tercio, pronuncia la frase literalmente el protagonista, Edipio: “Cuando abrió los ojos vio el rostro sonriente de María Casta reflejado en el espejo, y se sobresaltó, y le dijo, madre, no encuentro mi cara en el espejo, y ella le dijo, te estás volviendo poeta, y le preguntó, no estarás enamorado, y él le dijo, te hablo de algo serio y tú me vienes con simplezas”.

Quienes tengan cierta edad recordarán las imágenes torcidas y caprichosas, se dice en la novela, que devolvían los espejos de la infancia.

Hay otros episodios de otros espejos: el nuevo mueble con luna doble que encarga Efrén, el falangista bueno y lisiado, cuya llegada es todo un acontecimiento social en el pueblo, mereciendo incluso la bendición del cura.

Quizá dé una pista la dedicatoria manuscrita: una invitación a mirarse juntos en el espejo o el libro como espejo o la vida como espejo o la guerra como espejo o Efrén como espejo. Daría para otra entrada, pero ya estuvo bien.

2015/04/03

GUSTOS (PEQUEÑO-)LITERARIOS

Como entretenimiento y ejercicio playero vacacional propusiste a tu mujer y a tu hija que leyeran los cuentos del concurso en el que estuviste de jurado, pero no todos, que se trataba de holgar y no de penitencia de temporada, solamente los que obtuvieron más votos y los que te gustaron a ti, que no eran los mismos. No les anticipaste el resultado final y procuraste frialdad ocultando las propias inclinaciones.
No son devotas de la literatura ni de los cuentos pero algo sobrevuela en casa sobre gustos cuando la coincidencia fue casi total.

2015/03/31

EL DESENCANTO, de Roberto García Álvarez

Nunca te habrías acercado a una historia de masones si el autor del libro, co-jurado en el concurso de cuentos del concejo, no te hubiera entregado un ejemplar para que lo leyeras y (le) dijeras qué te parecía.

El paréntesis del primer párrafo es un guiño a un estilo muy peculiar de Roberto, que echa mano profusamente con efectos sorprendentes y contradictorios de esta muletilla: (des)hacer, (des)encantados, (des)información, intereses(ados), mal(in)formado, (con)formadora, (re)suenan, (a)cometer.

La obra se deja leer muy bien, no le faltan golpes de humor, y cuenta en paralelo la experiencia del autor como (des)masón, si se te permite también a ti el juego, y algunos apuntes sobre la historia de la masonería y sus fundamentos.

Siendo la finalidad de los masones las construcción personal del hombre (de ahí las herramientas a las que asociamos la organización) no son de extrañar las frecuentes alusiones a la filosofía y a la ontología, pero fustigando a conciencia la masopalabrería y la masoestética cuando las medallas y los mandilones se conviertes en fines en sí mismos.

Gracias al libro te acercaste a ese curioso mundo de los talleres, las capitaciones, los salarios (que son otra cosa), la plancha de quite, la posición al orden (la mano sobre el cuello y el antebrazo levantado), las tenidas,...

Finalmente, como en cualquier humana (des)organización, el desencanto burocrático, las peleas, el mísero dinero, los favores, las facciones, las críticas, las puñaladas,...conforman una imagen de la masonería muy similar en sus defectos a cualquier otra agrupación humana.

¿El dudante Buridán masón?

“Lo que se aprende en la primera fase del camino masónico no son tanto coreografías de pasos y palabras sino el valor de la observación penetrante que lleva a la duda y a la crítica. El verdadero valor del ciudadano masón es la duda, la capacidad de cuestionarse, con criterio, cuanto ve y oye”.

Te queda por saber de qué se hablaba en las reuniones, en qué consistía el camino de autoconstrucción, pero eso posiblemente forme parte del secreto masónico.

2015/03/29

EXCESO CON EXCESO SE PAGA

No puedes dejar de pensar en el copiloto y en su mundo mental. Tampoco puedes evitar la comparación ¿temes conocer a alguien así? Sí, pero tiene todos los sacramentos médico-psicológicos y ninguna responsabilidad puede recaer en la cadena natural de mando de la empresa de transporte. Allá otros estamentos médicos que trabajan con la jurídica presunción de inocencia o con la agobiante proximidad del aliento sindical en el cogote.

Por otra parte, gracias a los excesos aplicativos de la legislación de datos personales, a las empresas no les resulta posible saber si tienen un desequilibrado en la plantilla, por sensible que sea su puesto en el escalafón. Abundante jurisprudencia garantista proclama que el diagnóstico médico no incumbe a la empresa, solamente al paciente y a su médico de cabecera, si acaso a la inspección médica, pero más con fines de control de la regularidad médica que de la adecuación del operario a la función.

Un accidente excesivo por culpa de otros excesos.

2015/03/23

LA UVI MÓVIL

Lees que en aplicación de la doctrina de la pérdida de la oportunidad, condenaron a Sanidad, es decir, a todos los que pagan impuestos, por el desacierto de un médico que mandó una UVI normal y no una UVI móvil en el caso que la noticia detalla, de la que sabemos únicamente la versión de los vencedores.


Antes de opinar sobre materia tan sensible seguramente deberías documentarte como mínimo sobre los antecedentes del caso concreto, que desconoces; el número de ambulancias móviles disponibles en Asturias; los protocolos de actuación antes los ictus, etc..


Si fueras el médico que con su acción/omisión desencadenó el fatal desenlace vital y jurídico,  ‘de aquí p’arriba’ solicitarías UVI móvil ante la más mínima duda y eso que la condena no fue en la vía penal, sino en la contencioso-administrativa, seguramente insatisfactoria para la familia, que apela al juicio inexorable de la conciencia. 

2015/03/18

EL SIGLO DE LAS LUCES, de Alejo Carpentier

El siglo de las luces es el libro de las idas y las vueltas. Comienza con la relajada vida de varios jóvenes criollos en el Caribe, que como consecuencia de la Revolución Francesa y otras peripecias, pasan a Francia, pero retornan nuevamente al Caribe, para acabar sus días en el Madrid de mayo de 1808.
Es un libro de fácil lectura, pero como la acción se desarrolla en  ocasiones en travesías oceánicas da la impresión de sufrir los sufrir los embates y bandazos de la mar y de una vida no siempre meditada, sino movida a impulsos por unas Ideas (remarcadas muchas veces en sugestivas y enigmáticas mayúsculas) que llevan a fines y finales inesperados, como muchas revoluciones, en las que la Idea resulta arrollada por la Acción.
No hay personajes de una pieza. Quien comienza enfermo acaba robusto; el/la fiel, infiel; el revolucionario, aburguesado; el manso, terrible; el clarividente, aturdido; el íntegro, corrupto (“traficante de la roña”); el intransigente, tolerante y el tolerante intransigente; el liberal, liberticida, el soñador, fracasado; el objetivo, apasionado; el devoto, masón; el clarividente, ciego.
Un libro de constantes contrastes en el que los personajes se sumen en constantes contradicciones.
“Cuando se ha trabajado en hacer revoluciones es difícil volver a lo de antes”.
“Seguía el Comisario desempeñando su papel con implacable rigor, apurando a los tribunales, sin dar tregua a la guillotina, remachando retóricas de ayer, dictando, editando, legislando, juzgando, metido en todo, pero quien bien lo conocía se daba cuenta de que su excesiva actividad era movida por un recóndito deseo de aturdirse”.
 “No sé lo que pensarás de mí. Acaso que soy un monstruo. Pero hay épocas, recuérdalo, que no se hacen para los hombres tiernos”.
 “Nada resultaba tan anacrónico, tan increíblemente resquebrajado, fisurado, menguado por los acontecimientos, como El Contrato Social. Abrió el ejemplar, cuyas páginas estaban llenas de admirativas interjecciones, de glosas, de notas, trazadas de su mano –de su mano de antaño-.”
 “Esta vez la revolución ha fracasado. Acaso la próxima sea la buena. Pero, para agarrarme cuando estalle, tendrán que buscarme con linternas a mediodía. Cuidémonos de las palabras hermosas; de los Mundos Mejores creados por las palabras. No hay más Tierra Prometida que la que el hombre puede encontrar en sí mismo”.
 “Sofía lo besó, como cuando era niño, arropándolo en la hamaca: ‘Piense cada cual lo que quiera, y volvamos a ser los de antes’, dijo al salir. Esteban, al quedar solo, se dio cuenta de que eso era imposible. Hay épocas hechas para diezmar los rebaños, confundir las lenguas y dispersar las tribus”.
“Varias veces Esteban había visto morir a un indio, a un negro: para ellos las cosas ocurrían de muy distinta manera. Se postraban sin protestas, como bestias malheridas, cada vez más ajenos a cuanto les rodeaba, cada vez más deseosos de que los dejaran tranquilos, como resignados de antemano a la derrota final. Jorge, en cambio, se crispaba, alegaba, gemía, incapaz de aceptar lo que ya se había tornado evidencia para los demás. Tal parecía que la civilización hubiese despojado al hombre de toda entereza ante la muerte, a pesar de cuantos argumentos hubiera forjado a través de los siglos para explicársela lúcidamente y admitirla con serenidad.”

2015/03/16

IGLESIAS Y ESTACIONES

Tendrá razón  y le faltará presupuesto al Consejero de Sanidad de Principado de Asturias cuando asegura que su misión no es conservar iglesias, sino dar servicios sanitarios.

La misma razón tendrán los gestores ferroviarios si les preguntan por las grietas de las estaciones que se caen de viejas: su misión no es conservar edificios sino transportar viajeros. 

Si ya no cobijan viajeros, si se fueron abandonando para que salieran ordenadamente pero sin pausa los ‘bichos’, si no hay interesados en ocuparlas porque tendrían que acometer las obras previas necesarias para su rehabilitación como vivienda, si se fueron construyendo nuevas instalaciones más funcionales para albergar el nuevo aparataje ferroviario, si aquello es del ente pero de ningún departamento específico, se acaban cayendo en caótica combinación de algarabía y lágrimas de cocodrilo.


Gestores ferroviarios y gestores sanitarios hermanados rezando (en iglesias que se caen) para que las ruinas caigan de una vez (pero no encima de ellos...de nosotros).



2015/03/13

LEÑA AL MONO HASTA QUE CANTE

La elección (o quizá designación) de quiénes han de formar parte de las listas electorales de una coalición o de un partido llamado a la oposición en una ciudad asturiana, aunque sea la más poblada, es una cuestión menor, pero no por eso dejas de prestarle atención.

Aurelio Martín es un veterano político de IU nada estridente, el político, no IU. No será chillón pero se revela como un contumaz martillo pilón que quiere hacernos creer que una eficaz argumentación es el método adecuado para cambiar la voluntad electoral, quizá siguiendo el modelo de las extenuantes peroratas de los Fideles, los Hugos o los Franciscos de los buenos tiempos.

Es el viejo truco, no exclusivo de la política, del que intenta convencer a un auditorio de que su idea o su programa son los mejores y si no ganan en las encuestas, y acto seguido en las urnas, se debe no a un mensaje intrínsecamente rechazable, sino a un fallo de transmisión. Demasiado visto.


Avanza poco a poco el sistema de primarias, pero si no triunfan los nuestros (los mejores, por supuesto) se debe a una deficiencia en la comunicación. Si no sale a la primera, más comunicación; si no sale a la segunda, se aumenta la dosis. Leña al mono hasta que cante.

2015/03/10

AGAZAPADOS


Al leer las machaconas informaciones/críticas que La Nueva España dedica a tu ferrocarril desde hace unos cuantos días, te ocurre algo parecido a lo descrito por Alejo Carpentier en El siglo de las Luces.

Cuando la Revolución le era presentada como un acontecimiento sublime, sin taras ni fallas, la Revolución se le hacía vulnerable y torcida. Pero ante un monárquico la hubiera defendido con los mismos argumentos que lo exasperaban cuando salían de boca de un Collot d’Herbois. Aborrecía la desaforada demagogia del Pére Duchesne, tanto como las monsergas apocalípticas de los emigrados. Se sentía cura frente a los anticuras; anticura frente a los curas; monárquico cuando le decían que todos los reyes — ¡un Jaime de Escocia, un Enrique IV, un Carlos de Suecia, dígame usted!—  habían sido unos degenerados; antimonárquico, cuando oía alabar a ciertos Borbones de España. «Soy un discutidor —admitía, recordando lo que Víctor le había dicho unos días antes—. Pero discutidor conmigo mismo, que es peor.»

Y no solo te ocurre a ti, por lo que oyes. ¿No salís a la palestra? te dicen gentes impulsivas de la primera línea del frente, es decir, de los trenes y los viajeros, la casuística y los problemas. ¿Por qué no contraatacáis a ese continuo goteo de informaciones sobre lo mal que lo hacemos por no fusionar de una vez por todas nuestro billetaje con el de FEVE?

¿Será tanta crítica el peaje silencioso que habrá que pagar en período preelectoral para arrancar unos millones al Estado, los millones del párrafo siguiente?


¿Tanto cuesta anunciar que los estudios comerciales están hechos, que el mapa unificador está diseñado, que se han cuantificado las consecuencias, pero que todo pasa por una muy importante inversión imprescindible para que los equipos fijos y portátiles de venta y control de billetes reconozcan los variados modelos existentes o bien para eliminar una remesa enorme de equipos todavía no amortizados en aras de la unificación?

2015/03/03

LA CONTRAVENTANA

Tenías nueve años. Era exactamente el 19 de mayo de 1943. Los días ya estaban crecidos. Por motivos que entonces no comprendiste, la noche anterior no dormiste en tu cama, sino en el barrio de Llanalapuente, en casa de unos vecinos, donde te agasajaron de modo no acostumbrado. Mientras merendabas, a través de la ventana viste la comitiva pasar por la carretera general puerto arriba. Apenas pudiste darte cuenta de que delante de la muchedumbre iba un féretro. Fue un visto y no visto porque la contraventana se cerró de inmediato.

El día anterior por la tarde bajaste de la escuela de La Romía (siempre te preguntaste por qué te mandaron a La Romía habiendo escuela en Fierros) con la carterina de los libros, las libretas,  la pizarra y el pizarrín…y la lechera. Crees que si te mandaban con la lechera era para que no perdieras tiempo por el camino y para tener las manos ocupadas.

Esa tarde no fuiste directo para casa porque te esperaban en el cruce del camino de Llanalapuente, te cogieron de la mano, se harían cargo de la lechera y te dijeron que ibas a merendar en otra mesa. Como la vigilancia no era permanente te escapaste de la provisionalísima casa de acogida y llegaste a la tuya, donde algo se mascaba porque allí estaban tu madre y unas tías, pero al momento el hospedero te recuperó.


Ese día un accidente ferroviario te dejó sin padre, y nunca, nunca te olvidaste de la contraventana cerrándose y quedando a oscuras la habitación.

2015/02/27

EL IZQUIERDISTA Y EL IMPUESTO DE SUCESIONES

De un tiempo a esta parte arrecian las informaciones y las críticas al impuesto de sucesiones y al tipo de gravamen que sufren las herencias asturianas, quizá las mismas críticas que se quejan de los escasos recursos públicos que se dedican a investigación, a Universidades, a carreteras o al ámbito que toque desagraviar, siempre cambiantes y crecientes.

La existencia de unos tributos onerosos siempre será un motivo para eludirlos mientras la maniobra resulte sencilla, ocurre con la humilde viñeta, con el impuesto de sucesiones o con cualquier tasa por la instalación de un establecimiento mercantil. En unos casos será disculpa para cambiar de municipio, en otros de región, en los casos más extremos de país. Aparquemos el patriotismo a estos efectos.

Lo curioso es escuchar críticas a votantes y simpatizantes de izquierdas contra el impuesto de sucesiones ¿qué es para uno ser de izquierdas en lo tocante a la economía? desde luego será la existencia de una mayor intervención del poder público, para lo que se necesita desplazar recursos desde los particulares.


Un planteamiento radical de izquierdas estima ilegítima la adquisición de la riqueza a través de la herencia. No están los tiempos para radicalismos (a expensas de lo que respondan las urnas a Podemos) pero el simpatizante de izquierdas debería tener claro ese concepto...aunque por la posición social y económica no le interese

2015/02/24

DISCERNIR

Por caminos desfondados, bajo una última llovizna que bruñía los hules negros y se colaba en vueltas del viento hasta el asiento trasero, después de empapar las ropas de Esteban y de Ogé, subidos al pescante, rodaba el coche, crujiendo, saltando, renqueando; tan inclinado, a veces, que parecía volcarse; tan metido en el agua de un vado, que le salpicaba los faroles; tan enlodado siempre que sólo se libraba del barro rojo de los campos de caña, para recibir el barro gris de las tierras pobres, donde se alzaban cruces de cementerios –ante los cuales se persignaba Remigio, que venía detrás, montado en una de las bestias de la remonta. 

Pasar de El siglo de las luces de Alejo Carpentier a los cuentos que te toca leer como jurado del concurso literario entraña su dificultad. Cuando aparecen faltas flagrantes de ortografía o abundancia de puntuaciones erráticas o repartidas al azar, lo agradeces porque te facilita la decisión del pulgar señalando al suelo. El criterio objetivo es suficiente para inclinar la balanza hacia el fas o hacia el nefas.


Decir que la historia es floja, desigual, un dramón, incoherente, amazacotada, simplemente correcta, sin interés, reiterativa, pasable, liosa, aburrida o insustancial requiere argumentar sobre gustos, y eso que dicen que sobre gustos no hay nada escrito. 

2015/02/17

EL RUIDO Y LA FURIA, DE WILLLIAM FAULKNER, segunda lectura

Si no fuera gracias a la ayuda de Internet serían pocas dos lecturas para entender por encima El ruido y la furia de William Faulkner. Lección aprendida que te aconseja dejar para mejor ocasión esa gran literatura que un día fue de vanguardia o experimental trastocando planos y tiempos, como se de pintura cubista se tratara.
Te preguntas si lectura tan dificultosa puede ser placentera, y acabas por admitirlo si das por bueno que hay quien encuentra satisfacción en el masoquismo, aunque quizá encuentre más placer el escritor que el lector. ¿La escribió cronológicamente y luego alteró el orden en aras de novedades formales? ¿Sería diferente la comprensión o incomprensión final si el orden narrativo hubiera sido otro? Porque es necesario aclarar que la obra se divide en cuatro capítulos y un apéndice, y los cuatro capítulos llevan el siguiente orden: siete de abril de 1928, dos de junio de 1910, seis de abril de 1928 y ocho de abril de 1928. A su vez los hechos que trascurren cada uno de esos días están relatados desde la óptica de un personaje diferente.
Acaba con el apéndice omnisciente que resume hechos muy anteriores y muy posteriores a las fechas de la novela.
En cualquier caso, es una obra que hay que leer.

2015/02/16

GRIEGOS Y QUIJOTES

No lees hasta el final todos los correos que recibes, algunos ni siquiera los llegas a abrir, otros dependen del remitente, del nombre del fichero o de su extensión tanto física como informática.

Recibiste estos días uno con unas frases del Quijote, que se aproximan a una de las visiones que cabe tener sobre la situación griega. Hay otras, pero esta es una a considerar. No es exactamente la tuya, pero ahí va.


¡Majadero! –dijo a esta sazón Don Quijote-, a los caballeros andantes no les toca ni atañe averiguar si los afligidos, encadenados y opresos que encuentran por los caminos van de aquella manera, o están en aquella angustia, por sus culpas o por sus gracias, sólo le toca ayudarles como a menesterosos, poniendo los ojos en sus penas y no en sus bellaquerías

2015/02/08

TRENES BLOQUEADOS PERO NO POR LA NIEVE

Expertos ferroviarios no se ponen de acuerdo sobre si el tráfico ferroviario por el Pajares debió suspenderse debido al temporal de nieve o si se debió suspender tan pronto. A toro pasado es fácil decir que los trenes podrían hacer circulado hasta la hora H del día D.

Siempre se dice, y algunas imágenes lo muestran, que en otros tiempos con otras nevadas los trenes circulaban. Lo dicho: eran otros tiempos en los que una accidente ferroviario por nevadas no terminaba en los juzgados porque eran efectos colaterales de actos heroicos.

Se publicaron estos días muchas noticias inexactas, casi todas por cierto. Se habló de trenes bloqueados por la nieve. Una cosa es que se bloquee la venta de billetes porque los trenes no van a circular y otra que los trenes estén bloqueados por un mogote de nieve.

Las noticias más rigurosas hablan de un Plan Director de Medidas Preventivas durante el Invierno 2014/2015, pero ningún periódico de los llamados serios lo publicó, o no lo encontraste, pero sí en un foro de trenes. En consecuencia no revelas ningún secreto.


De acuerdo con el punto e) al no poder garantizarse la evacuación por carretera y existir más de setenta centímetros de nieve sobre el carril, es obligatorio suspender la circulación de trenes de viajeros.

Si la norma es exagerada o no, es otro cantar. Si hoy se practica tanto la medicina preventiva, si corren el riesgo de estar imputados todavía los máximos responsables de la seguridad en la circulación por el accidente de Santiago ¿quién echa una firma ampliando la manga?

La sociedad, con sus exigencias, tiene su cuota de responsabilidad.


Por dejarlo claro: la vía estuvo expedita y libre en todo momento. Si se suspendió el paso de trenes de viajeros fue por las normas.

***

Curioso que la información más acertada aparezca en una columna de opinión.






2015/02/04

CASADIELLAS A VEINTISIETE EUROS

Ante el persistente aviso de nevadas y posible aislamiento de tu madre, alteras el día de visita para aporte de  medicinas y suministros básicos, que recompensa con un colmado lote de casadiellas. Preguntas a tu hija si quiere alguna. Quiere. Que dos solo, y que para la entrega podíamos tomar una sidra. Fue una primero, fue otra después, se acopló más tarde la madre, que por qué no nos sentamos, que qué tal una parrillada de verduras, que otra sidra, qué una parrillada de carne, pero bien pasada, que otro poco de sidra pa’l secañu ¿eh? Precio final de las casadiellas, veintisiete euros, pero eran caseras ¿o es que lo casero no merece un plus?

2015/02/03

PROFESOR DE ACADEMIA Y AGENTE DE SEGUROS

Uno se va haciendo composición de lugar sobre la vida y milagros de los demás, y ocurre lo mismo a la recíproca.

Hace tiempo en la bancada de una consulta médica coincidiste con un joyero cercano a tu domicilio al que tienes comprado alguna cosa, mayormente pilas para los relojes. A fuerza de pila y pila y de cruzaros por la calle a horas casi siempre idénticas, dedujo de tu pinta que eras profesor de academia y que cuando os cruzabais ibas o venías de la academia. De resultas de coincidir codo con codo en esa espera médica, confesó que él había sido ATS, además de hijo de ferroviario. Desvelado el misterio, cuando os encontráis te saluda a veces con un ¿cómo se portaron hoy en la academia?


Hace tiempo un viejo conocido, que tampoco sabe mucho de tu vida, te prometió un libro sobre Belmonte y al poco cumplió la promesa. Quedó en dejártelo en un bar y allí permaneció una temporada. El del bar tampoco debía saber mucho de tus andanzas porque cuando hablaron del libro pendiente, no pensó en ti porque se había hecho a la idea de que, además de trabajar en el ferrocarril, llevabas algo de seguros, todo porque das palique muchas veces en la barra con un jubilado del ramo. 

2015/02/02

PODEMOS

Tengo muchas dudas sobre Podemos y lo de Grecia. Pendiente de parir algo.