2015/02/03

PROFESOR DE ACADEMIA Y AGENTE DE SEGUROS

Uno se va haciendo composición de lugar sobre la vida y milagros de los demás, y ocurre lo mismo a la recíproca.

Hace tiempo en la bancada de una consulta médica coincidiste con un joyero cercano a tu domicilio al que tienes comprado alguna cosa, mayormente pilas para los relojes. A fuerza de pila y pila y de cruzaros por la calle a horas casi siempre idénticas, dedujo de tu pinta que eras profesor de academia y que cuando os cruzabais ibas o venías de la academia. De resultas de coincidir codo con codo en esa espera médica, confesó que él había sido ATS, además de hijo de ferroviario. Desvelado el misterio, cuando os encontráis te saluda a veces con un ¿cómo se portaron hoy en la academia?


Hace tiempo un viejo conocido, que tampoco sabe mucho de tu vida, te prometió un libro sobre Belmonte y al poco cumplió la promesa. Quedó en dejártelo en un bar y allí permaneció una temporada. El del bar tampoco debía saber mucho de tus andanzas porque cuando hablaron del libro pendiente, no pensó en ti porque se había hecho a la idea de que, además de trabajar en el ferrocarril, llevabas algo de seguros, todo porque das palique muchas veces en la barra con un jubilado del ramo. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y no hay como jugar al despiste. Que cada uno piense lo que quiera con tus conversaciones no demasiado íntimas. Para el caso... Podemos

La_Nenina dijo...

Cuántas veces meteremos la pata pensando lo que alguien no es...