LECTURA DE LA PRENSA. SIN TÍTULO (no se le ocurre a uno ninguno)
Otra muerte, la de Ana Bejerano, de Mocedades, que por lo visto sustituyó a la mítica e inigualable Amaya Uranga. Lee uno que la sustituyó ¡en 1983! Uno se queda con la copla de que Mocedades eran por lo menos unos cuantos hermanos, de los que se separaron Sergio y Estíbaliz. Que luego se reajuntaron y ya no eran Mocedades sino El Consorcio. Desconocía uno la existencia de Ana Bejarano. A uno se le olvida incluso lo de El Consorcio, porque Mocedades serán las Mocedades primeras, las de Eres tú, El vendedor, el Pange Lingua incluso, de aquellos LP míticos que uno nunca se cansa de oír. https://www.youtube.com/watch?v=UW90wIHRVZA
José Antonio Coppen, cronista oficial de Lugones, escribe su habitual carta a los Reyes. Sin venir a cuento -porque no es una petición, pero para eso es el cronista oficial- aprovecha para contar lo siguiente: La Farmacia Lugones, situada en el Cruce Viejo, es la más antigua de las cuatro que existen, de la que se hizo cargo en 1951 –por lo tanto, hace 70 años– doña Pilar González Rasa, que la adquirió al entonces titular Enrique Campón. Se incorporaron a sus dependencias dos jóvenes hermanas farmacéuticas, Amparo y Covadonga, nietas de la primitiva dueña, que han puesto al día las instalaciones con los más adelantados sistemas de servicio, que agradecen los clientes. Ahora, con la llegada del nuevo año, regalan a sus clientes un almanaque en el que figura la estación de ferrocarril de Lugones de los años 70 del siglo XX. Se trata de una litografía de la pintura original del cuadro del pintor Alberto Miras, fallecido hace unos meses en Gijón, con la que de alguna manera se rinde homenaje al artista que vivió muchos años en Lugones. FIN. Vía parentesco político tiene uno en casa uno de esos calendarios. Muy guapo por cierto, y entrañable porque uno también trabajó en esa estación, y más tiempo en el cargadero de la Cantera del Naranco, aquí casi siempre de noche en la época la que todavía estaba activa la fábrica Mersa que tiñó de blanco todos los tejados de Lugones con ese polvillo que expulsaba e irritaba los ojos. Volviendo al calendario farmacéutico, lástima que uno tenga como calendario titular el que editó la Asociación lenense Vindonnus. No hay espacio para más.
Tiene uno el propósito de no hablar del Covid para no acabar chiflado ni coadyuvar a la chifladura de los amigos lectores. Ya ocupa el noventa por ciento de las conversaciones con cualquiera y sería demasiado que ocupara no el noventa, sino ni siquiera el diez por ciento de estas líneas, pero no se fía uno ni de sí mismo ni de lo que pueda ocurrírsele dentro de un momento. Bueno, pues lo que va a contar resulta que podría pasar sin el covid, pero da la casualidad de que el covid lo acelera, así que promesa fracasada. Al grano. Leyó uno hace unos días la noticia de que el restaurante madrileño con una estrella Michelín El Invernadero anuncia en su web que cobrará cien euros al cliente que cancela una comida con 24 horas o menos de antelación. Cien euros son palabras mayores, pero a saber cómo es la minuta del restaurante. Aunque le medida la cuestiona alguna organización de consumidores, la hostelería la justifica. Nadie se escandaliza de los costes de anulación de un billete en un medio de transporte, ni de un hotel donde uno reservó unas vacaciones. En la hostelería es novedoso, pero el esquema es el mismo. El hostelero hará sus números sobre si le interesa aplicar esa penalización y perder una posible clientela futura. El cliente penalizado tardará en volver…hasta que la hostelería generalice la práctica. Lógicamente tendría que difundirse antes previamente la costumbre de pagar por la reserva de mesa. A uno no le extrañaría y tampoco lo ve mal. Igual que ahora procura reservar vacaciones en hoteles o a través de agencias que no penalicen anulando con determinada antelación, podrían empezar a difundirse esas prácticas, que obligan a ser más serios y estrictos, porque está en juego el propio peculio. Y no hay mejor forma de aprender que rascando el bolsillo.
Macron colocó la bandera europea en El Arco de Triunfo parisín para conmemorar el semestre francés al frente de la Unión Europea y la derecha se le echó encima así que tuvo que quitarlo de inmediato. Según el ABC hay unanimidad en los partidos franceses en la crítica al presidente: “Fue una provocación insoportable”. A lo mejor es porque uno está acostumbrado a la guerra de las banderas patrias, pero le parece que no era para rasgarse las vestiduras. En España hasta se aplaudiría. Y cuando toque el semestre español, si se quita la banderona española de la plaza carbayona de la Escandalera y se sustituye por la azul estrellada, se llenaría la plaza de europeístas de nuevo cuño, euroescépticos hasta entonces.
Quiere la casualidad que el ABC publique un reportaje sobre las Cuevas de Hércules de Toledo, que según alguna leyenda albergó enormes riquezas nunca halladas. El artículo se encuadra dentro de una serie ‘La España mágica’ y alude a la mención que del hecho recoge Sánchez Dragó en su monumental obra mágica ‘Gárgoris y Habidis’, que uno comenzó a leer hace unos días y casualmente va por la página de las cuevas. Sánchez Dragó defiende la unidad universal y mítica de todas las cuevas del mundo. Sánchez Dragó habrá caído muy bajo, pero esa obra de su primera época se salva. Uno no es amigo de aplaudir a nadie con las orejas (ni a los más íntimos) ni de condenar en bloque (al mayor enemigo).
Uno desea que la reforma laboral de Yolanda Díaz tenga éxito por el bien de España, de los españoles y de los que trabajan en esta tierra. El Mundo dedica dos artículos bien diferentes a Yolanda Díaz. Cada uno valorará el lenguaje de Julián Valdeón y el de Carlos Segovia.
Entre los planes de la Consejería de Educación para este año que comienza, lee uno en El Comercio que está la extensión de escuelas infantiles. En el mismo periódico se lee que el Defensor del Pueblo insta al Ayuntamiento de Llanes a poner en marcha las escuelas de 0 a 3 años, con el argumento de equipararse a otros muchos ayuntamientos. Uno cree que es hora de clarificar competencias y que cada administración asuma las que le son propias por ley y no otras. Y si asume algunas sin estar obligada, que lo haga gratis et amore, sin llorar por financiación externa: que sean sus ciudadanos quienes le premien la labor o les castiguen la alegría.
Le gustó a uno el artículo sosegado de Guaitán. Ahí queda. Entrañable la metáfora de dar cuerda al viejo reloj del abuelo.
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LECTURA DE LA PRENSA. ESQUELA
No le resulta fácil a uno, pero hoy obvia hablar del covid. Cuesta querer mantenerse informado mientras se autoimpone esta especie de autocensura temporal. “Sé fuerte”.
Los periódicos informan, transmiten noticias o las crean. Uno no sabe bien dónde la está la diferencia. Las esquelas, publíquense o no en la prensa, informan de un hecho, en este caso del fallecimiento de una persona, de cuándo son sus honras fúnebres -si las hay- y quienes son sus seres queridos. Lo de queridos daría para comentario aparte. Hoy se publica una insólita esquela en la prensa, la de Doña Ángeles, de la que solamente se precisan su nombre y dónde se le honra con un funeral. Uno procura acudir a los funerales de los muertos que significaron algo para uno, o ellos o sus familiares. No querría uno quedar mal con los seres queridos de Doña Ángeles y estuvo tentado de acudir por si acaso conocía a alguno. Es más, a lo mejor era un funeral de dos y explica qué es eso de un funeral de dos. Tiene uno unos buenos amigos cuyo padre era un caballero a la antigua usanza. En una ocasión alguno de sus hijos le dijo: ‘Vamos a ir a la misa por X”, a lo que el patriarca replicó: “Ese funeral es de dos”, porque hay relaciones para las que no es suficiente con que acuda una única persona en representación de una familia, como, según qué casos, no es suficiente mandar por alguien una tarjeta o transmitir el pésame por la página web. Retoma uno la esquela de Dª Ángela, y se imagina el diálogo entre quien se haya encargado de seleccionar el texto y el empleado de la funeraria.
- Vamos a poner una esquela muy escueta.
- Pondremos únicamente el nombre, sin apellidos, así: “Doña Ángela”
- ¿Así, Doña Ángela sin más?
- Sí, sin más.
- ¿Era la voluntad de la difunta?
- Dijo Vd. hace un momento que eso quedaba a nuestra elección.
- Sí, es verdad, pero es que me dejan descolocado, pero no hay problema en plasmar el texto que Vds. prefieran.
- Sí, lo dejamos así.
- Vamos ahora a los nombres de los familiares.
- No vamos a poner nombres, solo el parentesco, más o menos así: hijos, hijos políticos, nietos,…
- Muy bien, vamos a repasa el texto. Quedaría así: en el nombre Doña Ángela.
- Sí, sí, queda bien así.
- Es que no sé si les merece la pena poner una esquela así. No se va a enterar nadie.
- ¿Tenemos derecho a una esquela, no?
- Sí, por supuesto.
- Si renunciamos a la esquela, ¿nos harían algún descuento?
- No, no, no está previsto en las cláusulas, lo siento.
- Entonces, seguimos con la esquela según lo dicho.
Por seguir con otras muertes y sus coletazos, uno escuchó las declaraciones del alcalde de Madrid sobre la petición de la oposición de izquierdas de nombrar a Almudena Grandes hija predilecta de Madrid. Uno cree que todos los que dieron lugar a la polémica, unos y otros, demuestran poca categoría humana al ligar la aprobación de los presupuestos con el nombramiento honorífico de Almudena Grandes (si es que fue así). Por su parte, el alcalde, como cualquier madrileño, tiene derecho a opinar sobre si la escritora tenía entidad suficiente para ese honor. En cualquier caso, esas intenciones de nombramientos en caliente... mejor dejar que pase algo de tiempo. https://www.youtube.com/watch?v=VIOm2Xapq10
- La costumbre francesa de quemar vehículos con motivo de grandes fiestas, como la de fin de año, el día de la fiesta nacional o alrededor de partidos de fútbol especiales. Los franceses se dan por satisfechos de que este último fin de año se hubieran quemado solamente 874 vehículos.
- Un agudo artículo de Enric Juliana sobre las consecuencias del pacto social.
- Un artículo sobre el exceso de plataformas audiovisuales, que no tienen suficientes espectadores para tanta oferta. Allá ellos. Lo único que pediría uno es que no tenga que acudir el socorro público a cubrir el déficit.
De La Nueva España se queda uno con un entretenido reportaje sobre las confiterías y pastelerías ovetenses.
También con un artículo en favor de la energía nuclear, que pasa muy de puntillas por los graves puntos débiles. A este respecto, que la Unión Europea vote por la energía nuclear como energía verde suena a auténtico sarcasmo. Una cosa es que sea imprescindible (suponiendo) y otra que sea verde. En su caso habrá que asumir que es imprescindible, pero no verde. Esa asimilación entre verde y sostenible le suena a uno igual que cuando sostenibilidad se comenzó asociando a ecología y hoy se equipara prácticamente a rentabilidad.
De El País se queda uno con la columna de Félix de Azúa "Ferroviaria" que cuenta algo que intrigó al autor en un viaje entre Asturias y Madrid.
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