LECTURA DE LA PRENSA. NOTARIOS
El oficial de notaría Ricardo Junquera viene escribiendo una columna semanal en La Nueva España, aunque su colaboración no aparece en la edición de Oviedo, sino en una de las comarcales. Suelen ser artículos clarificadores y entretenidos en materia tan árida cuando se escribe rutinariamente mal y adrede. La justicia, de vez en cuando, lanza campañas de claridad y lenguaje comprensible en sus sentencias, pero es dura la pelea contra la inercia de los formulismos. No estaría mal una puesta al día en los usos notariales. Matiza uno que al día están pero más valdría que no estuvieran porque la actualización solamente sirve para engordar la paginación con paja. No hace mucho compareció uno en una notaría para renunciar a la posible titularidad de un bien que se transmitía. Estamos hablando de un prado de menos de quinientos metros cuadrados. Saquemos calculadora para hacerse una idea: un prado que mide menos de veintitrés metros de lado. Se trataba de una compraventa de particular a particular. No entiende uno a cuento de qué si la compraventa era así, se dedicaba media página a recordar los condicionantes de las formas de pago cuando una parte es una empresa, previsión contra el blanqueo de capitales. También se dedica media página a recordar las prevenciones contra los terrenos contaminados y contaminantes. Sin embargo, lo que a uno le encabrita es que de las catorce páginas del documento, se dediquen cuatro a las cautelas sobre la protección de datos personales. ¿No hay manera de ceñirse a lo fundamental, traducirlo a lenguaje comprensible y expurgar la paja? Como se tarifa por páginas, interesa engordar las escrituras.
La Nueva España informaba hace unos días de la reciente instalación de papeleras inteligentes que compactaban la basura. No se les ocurrió que una noticia así debería venir acompañada de una fotografía, para que los no iniciados supiéramos cómo era tal artilugio. Menos mal que La Voz de Asturias desplazó a un fotógrafo a la pista finlandesa, donde se ubicó una papelera de esas. No sabe uno si tales papeleras hay que aplaudirlas o denostarlas. Buscó uno qué otras ciudades contaban con ellas, y aparecen en Málaga, Madrid y Córdoba. Ahora en Oviedo. Menos mal que también se incorporaron Mérida y Portugalete, porque si no pensaría uno que era una oferta que los fabricantes realizaron a ayuntamientos conservadores. Habrá no obstante, a quien le gusten las de Portugalete y rechace las ovetenses.
“El Occidente independentista” es el título de la columna de Francisco García, el columnista político estrella de La Nueva España. Uno no le ve el mérito para ocupar tan destacado lugar, pero la dirección o la propiedad del periódico, sí. Allá ellos. Se refería García a la cantidad de ofertas electorales para el occidente asturiano que se desligan de los partidos tradicionales. Por cierto, hace unos días se fijó uno en el texto de una camiseta que rezaba así: “Villayón ye nación”. Estuvo uno por preguntar al interesado: ¿tú esto pusístelo por una apuesta?
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LECTURA DE LA PRENSA. VIDAS DESCONOCIDAS
No está uno sentimental, ni es hoy ese día del mes en el que se propuso fijarse solamente en las buenas noticias, pero cayó en esa. No es uno original porque según Ricardo Montoto, un columnista comarcal, los telediarios de Antena 3 dedican unos segundos a una buena noticia del día. Como uno casi no ve Antena 3 no se había enterado de esta buena noticia de las buenas noticias.
Buena noticia es también que las Cuencas traten de explotar el interés extranjero por el turismo industrial. Uno se avergüenza cuando ve una excursión de extranjeros recibiendo explicaciones locales de lo que uno ignora pese a tenerlo a un palmo. Por cierto, que también la prensa informa de que Morcín, Riosa y Ribera divulgan su patrimonio con rutas guiadas.
La antigua presidenta del Tribunal Constitucional Emilia Casas manifestó en Oviedo: “La Justicia garantiza derechos nuevos que la Constitución, vieja, no cubre”. Uno ve peligrosa la creación judicial del derecho para superar, es decir, contradecir a la Constitución.
Uno no conoce personalmente a Pacho, concejal ovetense de Ciudadanos, aunque aprecia a su padre. No puede estar de acuerdo, sin embargo, con la escenificación de distanciamiento respecto de sus antiguos compañeros de partido alejándose de ellos en la foto simbólica en recuerdo de las víctimas de violencia de género.
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LECTURA DE LA PRENSA. LA ESTATUA DE WOODY ALLEN
Los técnicos seguro que discrepan porque la discrepancia es consustancial en ellos, en particular si su saber es de la rama de las Humanidades, pero en algún sitio hay que consultar. Para la ocasión uno consulta la Gran Enciclopedia Asturiana, que indica que “la nueva y actual catedral se fue construyendo a lo largo de cuatrocientos años, con más intensidad en los que corresponden al siglo XV, que son los de la obra fundamental y están de lleno dentro de la época del gótico florido o flamígero”. Quedemos, pues con esa idea. Estaría bien recordarla para soltarla por ahí a las primeras de cambio, por lo menos para contradecir en lo sucesivo al laureado periodista Evaristo Arce, que acaba de recibir el galardón de Hijo Predilecto de Oviedo. El periodista concedió una entrevista a El Comercio hace unos días y uno se quedó con esta copla: “En Oviedo se ha pervertido todo, no preguntan por la Cámara Santa, preguntan por la estatua de Mafalda o la de Woody Allen y si preguntas a uno de Oviedo, te dice que le preguntes a un turista, que es el que sabe”. Hoy, disfrutando del secreto de la ciudad feliz, de la que habla El Mundo (después de este excursus) salió uno a estirar vespertinamente las piernas, depositar la basura en el cubo de su color, y dar un breve garbeo (un garbeo breve es una redundancia pero luce mejor), cuando fue abordado amablemente por unos turistas que le preguntaron por la ubicación de la estatua de Woody Allen. Uno no se pudo aguantar y, antes de orientar a los bienvenidos turistas (todavía las asociaciones del Oviedo antiguo no levantaron la voz contra sus presencia, pero no tardarán) les contó la lectura reciente. Los turistas, en su descargo, alegaron haber pasado por la catedral ¡y también haberse hecho una foto con Mafalda! Evaristo Arce no perdió el olfato de la actualidad.
Además de por los motivos anteriores, uno se vio impelido a salir a la calle a comprobar si podía acercarse a lo cierto el reportaje de El Mundo titulado “El secreto de la ciudad feliz”, que no se refería a Oviedo ni a ninguna ciudad en concreto. Decía así: “Olvídese del chalé en las afueras con garaje y piscina. Un ensayo confirma con evidencias científicas que vivir en un barrio con tiendas, zonas verdes y gente diversa es lo mejor para la salud física y psicológica”. Tiendas a esa hora ya estaban cerradas, zonas verdes alguna mínima, pero se puede encontrar alguna no muy lejos. Gente diversa, desde luego, porque en el centro hay de todo, y no digamos si uno se acerca al próximo barrio de Pumarín. Oviedo, ciudad feliz, la cuenta para uno, enemigo acérrimo del cortacésped y adminículos conexos.
Hoy lo deja uno aquí. Otro día mezclará churras con merinas, y eso que haberlas, habíalas: el abuso del término terrorismo, la carestía de las terapias contra el cáncer, los coches sostenibles que deforestan Indonesia, entrevistas ante el Primero de Mayo, la información edulcorada (y, por ello, inservible) de la chica que se suicidó,…
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