Habla La Nueva España de una campaña de los psicólogos para mejorar la atención a la salud mental y concreta que España cuenta solo con cinco profesionales por cada 100.000 habitantes, frente a los dieciocho de la Unión Europea. Entre otros motivos, se argumenta que el aumento de los psicólogos serviría para contener la alarmante alta tasa de suicidios. Sin embargo, uno busca estadísticas de suicidios por Europa y resulta que España está en la franja inferior de los porcentajes de suicidios. En consecuencia, no paree que la proliferación de psicólogos en Europa sirva para contener a los suicidas. Habrá otros motivos. Sería lamentable que se utilizara este argumento para presionar a las administraciones a aumentar el número de plazas públicas.
Hoy se va más al psicólogo (y al psiquiatra), pero también al cardiólogo, y al dermatólogo y al odontólogo, pero ¿significa eso que estamos peor de la cabeza, del corazón, del pellejo o de la dentadura que hace, pongamos, setenta años? Aquí uno se fía de lo que diga una estadística bien hecha que mida datos diacrónicos objetivos de salud (¿ú-la?)
Sumar y Yolanda Díaz nos lían con sus operaciones matemáticas y la teoría de los límites. Pongámonos serios, adoptemos el críptico lenguaje político (lenguaje malo, porque el bueno también es posible) y veamos qué nos dice la Wikipedia de la teoría de los límites: “En análisis real y complejo, el concepto de límite es la clave de toque que formaliza la noción intuitiva de aproximación hacia un punto concreto de una sucesión o una función, a medida que los parámetros de esa sucesión o función se acercan a un determinado valor. En el análisis los conceptos de series convergentes, derivada e integral definida se fundamentan mediante el concepto de límite”. Quedó bastante claro. Como claro le quedó a uno el apoyo de Yolanda Díaz a Aníbal Vázquez, el alcalde y candidato de IU a la alcaldía de Mieres, porque dice la prensa: “La vicepresidenta e impulsora de Sumar será ajena a las candidaturas autonómicas, pasará por Lena y limitará su respaldo al alcalde de Mieres”. Limitará su respaldo al alcalde, pero ¿qué quiere decir eso, que solamente respalda al alcalde de Mieres y no a otros alcaldes o a otros candidatos de la izquierda, o que no le da todo el apoyo y los abrazos y las sonrisas al sr. Vázquez, sino que se los tasa, se los limita, como se limita la velocidad de los coches? Habrá que acudir a la teoría de los límites, pero previamente habrá que entenderla, la teoría y a la ministra sumante.
UGT reclama al próximo Gobierno asturiano una Consejería para la Transición Justa. Muy bien. A uno le prestan mucho los nombres ministeriales y consejeriles de una única tirada. Por ejemplo, Raquel Sánchez es la “Ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana”. Alguien cree que esto de la Agenda Urbana se va a repetir en el siguiente ministerio del ramo transportil. ¡Ca! Son cargos y ministerios casi efímeros, con permiso de la etimología, porque efímero es lo que está alrededor de un día. Pongamos, entonces, una legislatura.
Suspendido el juicio a Cascos porque los abogados tienen otras vistas. ¡Señor, Señor! ¡En qué quedó Cascos, que ni se le dan preferencia a sus juicios y a sus abogados! Fuera coñas, ¿cuánto tiempo pierden los ciudadanos en citas y juicios fallidos por fas o por nefas? ¡Un recuerdo para el gran Don Agustín Hevia, que nos encargaba trabajos para explicar los días fastos y los días ne-fastos!
Hoy parece que está uno juguetón, juguetón con los juegos de palabras. O los busca, o le caen encima. La prensa regional cuenta algo de unas pintadas en Mieres. Hace unos días avanzaba la noticia y, bien por evitar repeticiones, o buscando sinónimos creativos, hablaba de grafitis, pintadas ¡y garabatos! Confundir un grafiti con un garabatu eso sí que es herir en lo más profundo a los artistas callejeros, pero igual hay que empezar por ahí. Un epistemólogo buscaría relaciones entre el nombre y el concepto.
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