De la actualidad electoral, cogiendo el rábano por las hojas, se queda uno con un reportaje del domingo de El Comercio que preguntaba a los seis candidatos autonómicos con más posibilidades, qué diez canciones pincharían si fueran Dj’s. Leída la lista, uno reconoce únicamente una canción de las elegidas por Adrián Barbón (PSOE), una de Diego Canga (PP), dos de Manuel Iñarra (Ciudadanos), ninguna de Covadonga Tomé (Podemos), dos de Adrián Pumares (Foro), una de Carolina López (Vox). Tiembla uno de pensar que por esta vía pudieran acertar la secreta intención de voto, pero no. Puede que pese más el voto de calidad porque a uno siempre le tiró mucho el ‘Chalaneru’, canción pegadiza, que invita a agarrar a los compañeros colaterales por el hombre y comenzar a ximielgase de izquierda a derecha para terminar cantando al alto la lleva.
Por su parte Llamazares, según otro titular de El Comercio, acusa a Canteli de tomar el pelo a los vecinos. Desciende uno al detalle, y resulta que a quienes toma el pelo el Sr. Alcalde es a las asociaciones de vecinos. Si entendemos que las asociaciones de vecinos representan los intereses de los vecinos, podemos llegar a la conclusión de que Llamazares está en lo cierto, pero habría que consultar a un catedrático de filosofía que haya cursado un máster en silogismos para determinar si los vecinos tomados del pelo y las asociaciones son lo mismo.
El Consistorio de Oviedo asumirá la reparación del ovetense Palacio del Sol, que es de propiedad estatal, pero como el Estado no acaba de explicarse, se hace cargo el ayuntamiento. A lo mejor el Estado se muestra encantado con esa labor y se evita sacarlo a concurso, redactar los farragosos pliegos, abrir plicas, contestar los recursos, etc. El Ayuntamiento actúa sobre seguro porque sabe que el Estado es buen pagador. Durante unos años los ciudadanos podemos estar entretenidos con los pleitos judiciales que entablen sendas administraciones sobre si la obra era necesaria, o resultó lujosa, o hubo sobreprecios.
Por la columna de Julio Llamazares en La Nueva España se entera uno de que los (o algunos) barceloneses no aprueban que una placa recuerde dónde vivió García Márquez en Barcelona, no se vaya a llenar su tranquila calle de curiosos, o de más curiosos. Hoy pasó uno delante de la placa que recuerda donde vivió Dolores Medio en Oviedo, dónde Pérez de Ayala o las placas que recuerdan el paso de La Barraca lorquiana por el Fontán. Oviedo no tardará en conceder honores a ilustres vecinos que lo tienen bien merecido cuando amaine la bulla política. ¿Protestarán los ovetenses porque les deslumbran los flashes de los turistas?
Hoy destaca uno un artículo del abogado Pelayo Fernández-Mijares, miembro de la Junta Directiva del Colegio de Abogados, que está a punto de votar si pasa a denominarse Colegio de la Abogacía. Mijares está por mantener la denominación actual pero se se fijó uno en la columna es por la actitud respetuosa que muestra para la denominación alternativa.
También trae uno aquí la noticia, versión de la Vanguardia, de los futbolistas -de origen africano- que juegan en la liga francesa que se posicionaron en contra de lucir en sus camisetas un símbolo de la lucha contra la homofobia. La separación entre política y deporte es un viejo debate, en el que todo el mundo está de acuerdo, salvo que se permita hacer alguna excepción si nos interesa.
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LECTURA DE LA PRENSA. EXCESOS VERBALES Y JUEGOS DE PALABRAS
Excesos verbales. Vamos a llamarlos así. En la lectura de la prensa de hoy, en cuanto uno se fijó en un exceso verbal, parece que no tenía ojos más que para otros excesos similares, eso echando una ojeada muy por encima a algunas declaraciones porque es materialmente imposible abarcar todas las que pululan diariamente por los medios. Comenzó uno por Feijóo, que debe ser menos futbolero que su predecesor en el partido (partido político, no de fútbol), porque si no, no se explica que confunda alineación y plantilla. Dijo tal que esto, refiriéndose a Pedro Sánchez. “Es el presidente más caro de la democracia y no solo por el Falcon, además tiene 22 ministros, como la plantilla de Oviedo y el Gijón juntos”. Rajoy, además, no se referiría al Gijón sino al Sporting. Rajoy daba mucho más juego (político y futbolero).
El ministro Escrivá, también de paso/paseo por Asturias avisa de que hay una coordinación espuria de fuerzas políticas y empresariales contra la subida de las pensiones. Uno cree que, en general, se abusa de tal adjetivo. Y se abusa porque ¿qué se quiere decir cuando se utiliza esa palabra? Vayamos al María Moliner, que define la palabra en términos parecidos al diccionario de la RAE, pero queda mucho más fino citar al María Moliner. Veamos. Espurio, como primera acepción, aplicado a personas, bastardo. Uno no cree que ministro tan inclusivo como Escrivá pretenda esa especie de zoofilia entre fuerzas políticas y empresariales. Vayamos a la segunda acepción: “aplicado a cualquier cosa, falto de legitimidad o autenticidad”. Si es es espurio por falta de legitimidad, no se es por falta de autenticidad o sinceridad, o/ni viceversa. ¿Quiere decir que no son legítimas? ¿Por qué? ¿Acaso es legítima la aproximación entre determinados partidos y determinados sindicatos (no hablemos de las correas de transmisión) y es ilegítima la aproximación entre determinados partidos y determinadas organizaciones patronales? Y si no es la opción A de la acepción segunda y quiere significar la opción B de la dicha acepción segunda, es decir, la falta de autenticidad, ¿quiere decir que no es auténtica=sincera? Si es insincera o in-auténtica=falsa, tanto mejor para la oposición, en este caso para la oposición gubernamental, que debería darse con un canto en los dientes, y no criticar una opción falsa de la oposición. Como malabarismo palabrero, no quedó mal.
Junto a Escrivá, Barbón acusó a Vox de profanar Covadonga usándola para hacer política. ¿Y las homilías del 8 de septiembre ahí mismo, qué?
Belén Suárez, candidata a la alcaldía de Oviedo por Podemos, es, según lee uno en La Nueva España, correctora de textos en la Junta General del Principado. En consecuencia, entiende uno que trabaja con el lenguaje y que se le supone un cierto dominio del mismo. Preguntan a Belén Suárez idénticas cuestiones que están formulando estos días a todos los candidatos. A la pregunta: “Se sienta en el Campoamor y por megafonía le dicen lo de ‘bienllegaos al teatru’, patea o aplaude?”. Respuesta: “Aplaudo, si tengo que responder al pateo. Y escucho con normalidad. Es topónimo oficial”. ¿Topónimo? ¿Mande? Otra pregunta/respuesta para enmarcar como ejemplo de cuadratura del círculo sería esta: “Si el futuro de La Vega dependiese de usted, aquello sería…”. Respuesta: “Aquello sería lo que quisieran las vecinas y los vecinos, tras un proceso de participación ordenado e informado, respetando siempre el patrimonio histórico y el industrial, como memoria del movimiento obrero”. ¿Y si las vecinas y los vecinos no quieren eso, qué?
Tomé, candidata autonómica de Podemos presenta esta promesa estrella: “Bajar el sueldo a los diputados”. No le gusta a uno referirse al chocolate del loro, pero…
También destaca uno la no-noticia electoral, es decir, una noticia que no apareció en la prensa sino en las redes y es la perplejidad ciudadana por el hecho de haberse celebrado un debate entre algunos candidatos (PSOE, IU, PP) a la alcaldía mierense y no haberse enterado ni los propios afiliados, ni la ciudadanía en general. Como atenuante puede pensarse que fue un debate organizado por la COPE, y al enemigo mediático ni agua, práctica bastante extendida en los medios de comunicación.
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