LECTURA DE LA PRENSA. NOTICIAS DEL COVID
Aprovechado que cuelga uno el sondeo casero semanal del uso de mascarillas, resume qué encontró de la epidemia en la prensa del día. Por ejemplo en La Nueva España esto: Desciende la cifra de hospitalizados con covid en Asturias tras el tope de la semana pasada. La tasa de contagios se ha triplicado en Europa en las últimas seis semanas y la OMS aboga por usar mascarillas en interiores y transporte. En el Club de Prensa de dicho periódico se anuncia la conferencia de Daniel López-Acuña, presentado como epidemiólogo, consultor de Salud independiente y exdirector de Acción Sanitaria en Crisis de la OMS. La conferencia se anuncia así: “La pandemia no ha terminado, hay que actuar con consistencia”. Le habría gustado acudir a la charla aunque sus argumentos son de sobra conocidos. La Voz de Galicia anuncia que la ola de covid remite en España, con menos casos y hospitalizaciones, y que en Europa, por el contrario, la OMS alerta de una difícil situación. En El Correo de Bilbao debe escribir un colega de López-Acuña, el epidemiólogo Mikel Álvarez Yeregi, que titula así: No es sensato no implantar medidas que limiten la extensión del covid. Casi hemos dejado de contar, de rastrear, con una incidencia aún importante.
Hoy debió rastrar uno mal la prensa porque solo se fijó en una foto, la de Revilluca fumando un puro o un farias mientras acude a un simulacro de rescate junto con el presidente asturiano. ¡Fumando un puro, con esta sequía y la corriente que levantan los helicópteros! Revilla tiene bula para todo.
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LECTURA DE LA PRENSA. LA FÁBRICA DE LA VEGA
Uno se pone la venda antes de la herida y confiesa que va a hacer una cosa muy, muy fea, que es transcribir unos párrafos de un artículo, que vienen a cuento de lo que uno quiere decir, pero seguramente en el sentido contrario al pretendido por el autor, Juan José Millás. Ahí va el fraude. El artículo se titula “El ajo”, y uno entresaca estos párrafos maliciosamente: “A los que no somos sabios no nos queda otro remedio que pensar desde la ignorancia (…) Desde la ignorancia casi todo es delirante (…) Una de las formas más comunes de la ignorancia (de la que también soy víctima) es la de ‘no estar en el ajo’. Significa que hay un modo de ignorancia que consiste en no saber cuántas son dos y dos y otro que consiste en no estar en el ajo. (…) No estar en el ajo constituye un modo de ignorancia saludable porque conduce al extrañamiento. De súbito, te extrañan cosas que a los que están en el ajo les parecen normales (…). No es que te ayude a estar en el ajo, porque estar en el ajo implica aceptar el ajo, sino que, desde fuera del ajo, comprendes el porqué del mal aliento de quienes se alimentan de él (…). FIN. Uno no está en casi ningún ajo, lo que le ayuda a contemplar la realidad unas veces con descreimiento y otras con ingenuidad. ¿De qué depende que algunas realidades las vea con unas gafas y otras con otras? Ni idea. Uno lee la noticia de que se va a firmar YA un acuerdo sobre el futuro de los terrenos de la Fábrica de Armas de la Vega de Oviedo entre el Ayuntamiento (PP-Ciudadanos), El Principado (PSOE) y el Estado (PSOE-Podemos, aunque más que Estado habría que hablar del Gobierno). Uno sabe del acuerdo lo que traen los papeles. Del acuerdo no le gusta que se trace una calle por el interior de la antigua fábrica aunque sea para distanciar el tráfico rodado de la iglesia prerromántica de San Julián de los Prados. Tampoco le gusta que esté previsto el derribo de los chalets colindantes con la calle de la Tenderina. En el primer caso porque rompe la unidad del conjunto. En el segundo porque las dejaron caer de puro abandono y ahora parece lógico su derribo como mal manor. Dejando de lado esos aspectos, a uno, ingenuamente la parece extraordinaria que hayan conseguido un acuerdo tres administraciones tan diferentes. Ahora uno se pone serio: para la extrema izquierda o la izquierda radical (incluida la orgánicamente socialista) el PP, el PSOE de otra sensibilidad y Ciudadanos son unos reaccionarios detestables. Y algunos de Podemos también en la medida en que se avinieron a un pacto con la reacción. Diez años lleva La Vega cerrada, pero gracias a que en estos años se organizaron actividades culturales en su interior con gran éxito de público, los ovetenses pudieron conocer su interior y descubrir que aquello merecía la pena conservarlo y sacarle algún rendimiento. Uno desea que las tres administraciones, más allá de este acuerdo inicial, aten política y, sobre todo, jurídicamente las cláusulas para evitar pleitos y desacuerdos de lustros.
El eurodiputado de Ciudadanos Luis Garicano deja la política y se suma a la larga lista de deserciones de su partido, tal como lee uno en La Vanguardia. En una entrevista explica que fue un error no pactar un acuerdo de gobierno con el PSOE en 2019. Desde el punto de vista de Ciudadanos, uno estaría de acuerdo. Ahora bien, un acuerdo de ese tipo habría llevado a Podemos a la oposición y quién sabe qué otoños e inviernos calientes habríamos tenido, así que a lo mejor hay que dar por bueno el suicidio de Ciudadanos.
En casa no hay para comer pero a mano alzada acuerdan por unanimidad que tienen que comer, es más, hasta eligen la lista de platos. La vicepresidenta Ribera señala que no podemos asumir un sacrificio sobre el que no nos han pedido opinión. Habla de las posibles restricciones de gas. Ingenuidad se llama a eso.
En algunos pueblos o ciudades se eliminaron calles franquistas, en otros se sustituyeron calles de significados izquierdistas. Algunos de estos casos llegaron a los tribunales. Leamos alguna sentencia: “Las manifestaciones han de tomarse con cautela, debiendo ser situadas en el contexto social y político en que fueron proferidas, en una época en que tanto España como Europa conformaban un espacio geopolítico de confrontación ideológica muy polarizada por movimientos sociales emergentes, en donde los políticos se valían de proclamas incendiarias para promover sus ideologías y arengar a sus militantes, en abierto enfrentamiento con los partidarios de signo político distinto”. ¿Aceptamos estos argumentos o dependen de a quienes afectan?
Los primeros días del AVE de juguete extremeño están siendo un fiasco. Las oposiciones a maestros en el Principado fueron otro fiasco al haberse utilizado baremos derogados, lo que obligó a anular unas listas de aprobados con el consiguiente disgusto de los perjudicados. En el primer caso cesaron a un directivo, en el segundo dimitió un cargo de libre designación. Es impensable listar las situaciones que deberían llevar aparejadas dimisiones, pero si conocemos al ferroviario o al directivo asturiano tenderemos a pensar que es excesivo la separación del servicio, pero el pueblo pide sangre.
La Vanguardia publica que la mitad de los conductores fallecidos en accidente durante el año 2021 habían consumido alcohol o drogas. A uno le parece bien el rigor con los infractores, aunque el cumplimiento de las normas y la prudencia no tienen la mejor prensa. Además, habría que ver otras causas: el uso del teléfono móvil o el exceso de velocidad. Con las estadísticas se corre el riesgo de que el total de las causas sume bastante más de cien, por estadísticas amañadas o por concurrencia de causas, que no dejan de ser un fraude estadístico porque se arriman a donde interesa, según el caso.
El escritor Juan Gabriel Vásquez publica un artículo en El País titulado “Noticias que nos traen las novelas”, con esta entradilla: “Los lectores, o cierto tipo de lectores, usamos la literatura. ¿Para qué la usamos? La usamos como fuente de información o de conocimiento, para saber cosas que no podrían saberse de otra cosa”. Cuando uno coge una novela busca principalmente entretenimiento y a la vez disfrutar con las letras bien juntadas gracias a la pericia y al ingenio del escritor. Si de paso aprende algo, sea bienvenido, pero es no es el objetivo. “Lo demás se os dará por añadidura”.
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