LECTURA DE LA PRENSA. LA LEX RODIA DE IACTU
A uno le encanta la idea de la lex rodia de iactu, esa norma primitiva del derecho marítimo tomada de las costumbres de Rodas según la cual cuando un barco corre peligro de ir a pique y hay que arrojar mercancías por la borda para que se salvo algo, la pérdida no la asume el dueño de los objetos arrojados, sino que se reparte proporcionalmente entre todos los remitentes/consignatarios dado que con la pérdida de parte de la mercancía, consiguieron salvar lo suyo. Esto viene a cuento de que las diferentes administraciones no se ponen de acuerdo en qué hacer en los terrenos del Cristo ocupados hasta hace unos años por el Hospital, la Residencia Sanitaria, la Comisaría de Policía y otras entidades públicas. Tienen algo que decir por ser titulares de derechos El Ayuntamiento, el Principado, la Tesorería de la Seguridad Social y el Ministerio del Interior. Los vecinos se quejan del ‘mercadeo’ de las administraciones. Uno cree que los técnicos y los políticos de las administraciones han de velar por sus intereses y obtener el mayor rendimiento. Otra cosa sería hacer el pardillo, aunque se trata de servidores públicos, pero si hay voluntad de arreglo, tratándose de administraciones, el dinero aparece: habrá que esperar quizá un año a que se incluya en un presupuesto y demás trámites, pero aparece. Lo que deberían hacer es que un tasador o un consorcio de tasadores valoren inapelablemente las propiedades y derechos de cada cual, y a partir de ahí colaboren proporcionalmente en las pérdidas y en las ganancias del conjunto de la superficie, como en la lex rodia de iactu. Lo ilegítimo entre administraciones es que quieran sacar tajada y engañar al consorciado.
Metidos a latinajos, Daniel Ortega amenaza con juzgar a los curas críticos con su régimen. Uno tiene in mente los esquemas jurídicos del derecho penal occidental, con su principio clásico ‘nulla poena sine lege’, ninguna pena sin ley, es decir, no se puede condenar a alguien si no hay una ley que lo prevea. En este caso, si existe la ley, que se aplique, pero si no existe, no se pueden aplicar retroactivamente sus postulados. El régimen de Ortega pasa de estas disquisiciones del derecho burgués.
Podemos pide mancomunar la Policía Local de los ayuntamientos del Valle del Nalón y también el servicio de recogida de basura. Buenas ideas que si se llegan a plasmar están llamadas a generar fricciones sin cuento entre los diferentes ayuntamientos que conforman las Mancomunidades, de manera que lo mejor es que dejen las cosas estar. Si deciden dar un paso en condiciones, que acuerden la fusión de municipios. Sería imprescindible que la administracion autonómica apoyara, no solo con palabras, sino financieramente las integraciones para que los ciudadanos de otros municipios aislacionistas se convencieran de que les interesaba la unión, aunque solo fuera al tantearse el bolsillo de los tributos.
Le da uno vueltas a la noticia de la creación de un sindicato de escritores langreanos y no acaba de verle la utilidad, la utilidad para el público lector, claro. ¿Conseguirán de esta forma colar al editor obras que no merecen la pena? Tendría uno que darle una pensada a esto.
Decía la prensa de ayer que Danone, con factoría en Salas, se negaba a vender su negocio de leche a Lactalis, y que no pretendía desprenderse de ninguno de sus negocios. Si en esas afirmaciones alguien entendió que no implicaba el cierre de fábricas, ya se vio a lo largo del día de hoy que Danone anuncia el cierre de su planta de Salas. A veces se flagela uno pensando si el trabajador (uno, por no difuminar) puede hacer algo para evitar la privatización o la venta de ‘su’ empresa, esa con la que mantiene/mantuvo una relación de amor/odio. En ocasiones uno cree que si hubiera trabajado con la fe (aunque no con el dinero) de los jugadores del Real Madrid, otro gallo cantaría. En otras ocasiones piensa lo contrario, que da igual que el currante de funda o el ingeniero de producción de la planta de Danone se escuernen poniendo todo de su parte, si el poder económico ubicado en Madrid o en la Bolsa de Nueva York decide el cierre de la empresa, da igual que se haya sido un estajanovista o un manguán. Se va a marchar uno de este mundo con ese dilema, pero se inclina por lo segundo. Así y todo, uno cree que hay que trabajar como si las cosas fueran de otra forma. Con un poco de ingenuidad se es más feliz durante mucho tiempo. Cuando llegue el batacazo, el resabiado lo pasa igual de mal.
Lee uno un artículo de José Andrés Rojo en El País, ‘Señales del mundo que viene’: “La guerra que ha desencadenado Vladímir Putin se está librando en Ucrania, pero puede terminar por cambiar el mundo entero”. Hoy recibía uno un mensaje de la administración de su comunidad de propietarios con este texto: “Hasta la fecha actual la comunidad ha tenido un contrato de suministro de gas con precio cerrado que ha permitido mantener un precio razonable. En el presente mes de mayo vence dicho contrato y el precio que se va a poner se espera que supere el doble del anterior”.
El Mundo dedica un editorial al Real Madrid en clave de victoria de la Europa occidental y del esfuerzo sobre el mercantilismo árabe. Es una lectura.
Para terminar, el sondeo casero semanal de mascarillas.
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LECTURA DE LA PRENSA. PAROLE
Lee uno que el asesino de Lorena Dacuña, crimen cometido en Gijón hace dos años en La Calzada, resultó condenado a veinte años de cárcel y cinco de libertad vigilada. Deberá estar localizable por aparatos electrónicos al salir de prisión. No pasará esos veinte años en prisión, pero uno se queda con lo de la localización por aparatos electrónicos. ¿Qué dispositivos se habrán inventado de aquí a doce o trece años, que es cuando saldrá a la calle? Igual no se le puede aplicar ninguno porque entonces se llaman de otra forma o se demuestra que son lesivos para la salud por emitir quién sabe qué ondas. Parole.
Para parole las de Barbón en Avilés: “EL PSOE es el único partido que existe en esta ciudad”. Palabras que tanto les gustan a los políticos para dar un titular, ofrecer la oportunidad al resto de partidos avilesinos de molestarse por las palabras del presidente y generar un rifirrafe de poca monta durante unos días para tener entretenidos a los plumillas y a los pequeños políticos de todas las formaciones, obligados a estudiar el argumentario que rápidamente sus respectivos partidos habrán editado para la ocasión. En fin, malicia no hay mucha en todo eso y habrá que perdonarlo dentro del politiquerío de mercadillo.
De palabras correctas o incorrectas una curiosa noticia del ABC que recoge cómo en una oposición a la policía se eliminaron por erróneas palabras que resultaban correctas porque correcto no es solo lo recogido en el diccionario de la Real Academia. Estaría mal formulada la cuestión, pero hoy vale todo.
Lee uno que alumnos de Cangas de Narcea estudian latín por su cuenta por falta de profesor, concretamente desde que en el mes de marzo se jubilara la profesora que impartía la materia. Descorazonador que eso ocurra en la enseñanza pública. Sin duda, habrá importantes razones burocráticas para ello, pero no tiene un pase.
La nueva Primaria convence en los colegios, dice LNE. Concretamente desde el Centro Rural Agrupado de Lena indican: “Dar contenidos para que luego se olviden no sirve de nada: hay que trabajar por proyectos”. Uno se declara incapaz de entender qué es eso de trabajar por proyectos. Tendría que volver a la escuela. Lo dice uno con una mezcla de ironía y tristeza pensando que el tiempo de uno ya pasó. Ahora se llevan otras cosas y habrá que conformarse con las funciones de abuelo Cebolleta.
La política trata de técnicas para no dejar a nadie atrás. Hoy vio uno dos noticias que le recuerdan esa idea, una es la idea del PP mierense (que está en la oposición, vale recordar) de cerrar líneas de autobús deficitarias y prestar el servicio con taxis. Los populares proponen salvar tres destinos, que suponen el 91% de los viajeros, y piden al gobierno municipal que redefina la empresa de transportes. Desde luego, si el gobierno local decide acometer esa actuación, el PP tendrá la gallardía de no criticarlo, aunque, llegado el caso, siempre habrá argumentos o disculpas: que esas declaraciones eran de un sector que resultó derrotado en un congreso, que cambiaron las circunstancias. Bien, el caso es que la idea tiene su punto de defensa: no dejan desatendidas a las pequeñas poblaciones, sino que pretenden sustituir la circulación ruinosa que implican varias toneladas de hierro vacías, contra el viaje más económico para las arcas municipales de un automóvil, se supone que el viajero pagará tarifa de bus, no de taxi y el taxista recuperará la diferencia de la administración local.
La otra noticia de no dejar a nadie atrás es de mayor calado económico y moral. El País le dedica un editorial: El precio de la salud, que trata del incremento exponencial de los tratamientos contra el cáncer, por una parte, y contra las enfermedades raras por otra. Lo cómodo es echar espumarajos contra la interesada industria farmacéutica, pero los Estados lo tienen fácil: que creen una. El tratamiento de las enfermedades raras plantea un dilema ético importante porque es seguro que si el gasto dedicado a enfermedades raras se destinara a las dolencias prevalentes, saldría beneficiado el conjunto de la población, pero los colectivos afectados tienen un gran poder de convocatoria y tocan la fibra sensible de los gestores sanitarios, que intentan que no quede nadie atrás, o que no queden los más ruidosos, no necesariamente los más necesitados.
Cierra la fábrica de Danone en Asturias, donde la Corriente Sindical de Izquierdas tiene mayoría en el comité. En la fábrica de armas de Trubia, la inspección de Trabajo acaba de dictaminar que los trabajadores de las Empresas de Trabajo Temporal no pueden acometer determinadas labores por el riesgo que implican y la falta de capacitación para esa tarea (lógico). La denuncia fue interpuesta por CSI, mayoritaria también en Trubia. ¿Castigan los grandes grupos industriales a las empresas donde es mayoría la Corriente Sindical de Izquierdas?
Jorge Bustos escribe en El Mundo una columna “El segurata”. Uno cree que no lo utiliza en sentido despectivo, de hecho elogia el comportamiento de un vigilante de seguridad (uno no vio las imágenes a las que se refiere, que seguramente circulan por ahí) forofo madridista a tope al que tocó estar atento al público en el Santiago Bernabéu sin poder girar ni un momento el cuello hacia el césped. Uno nunca se refirió a este colectivo como los seguratas, ni siquiera como guardas jurados, conocedor de que no se llaman así desde hace décadas, por mucho que cueste erradicar la antigua denominación. Por cierto, del trato profesional que uno tuvo con ellos solo puede dedicar buenas palabras.
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