Sales a cenar con unos amigos (el itinerario y parte de la factura pueden seguirse a través de Facebook) y en el transcurso de la cena se raja de lo divino y de lo humano, como procede en estas ocasiones: de los amigos, de las parejas, de los padres, de rumores de separaciones. En este caso se habla de cuestiones más cercanas y personales, sin margen para la política, la corrupción o la actualidad, que con cada grupo de amigos varían las costumbres y las conversaciones.
Sostienes que es arriesgado quedarse con un único proveedor de nada, porque ante cualquier fallo te verías obligado a buscar a cualquier precio un nuevo suministrador; tampoco cuando comienzas una relación conviene olvidarse de los amigos de siempre, porque estás en precario ante un fracaso; más complicado es concebir una una reserva en el amor y cómo han de ser las relaciones cuando una pareja se enfría y apunta un posible flechazo, si cabe transitoriamente un juego a dos bandas, una reserva.
Eso fue el sábado.
En el coche escondes un libro de reserva por si llega un día con un tiempo muerto. Normalmente dedicas la tarde los domingos, además de a leer el periódico, a tabular partidas de nacimiento…salvo que se te olvide el ordenador portátil, en cuyo caso echas mano de ese libro de reserva.
En la prensa del día habías leído un reportaje sobre los economistas Juan Valarde y José Luis Sampedro, en su calidad de discípulos del también economista y polígrafo Valentín Andrés Álvarez, autor casualmente del libro de reserva del maletero “Guía espiritual de Asturias y obra escogida”.
Lees ahí un elogio de la sidra y su poder espiritual:
"El acto de echar bien un vaso, de escanciarlo con la técnica precisa, tiene su significación y simbolismo. Se echa alta, muy alta, y revuelve en el vaso una niebla dorada; luego espalma y de la espuma surge una estrella; y después de bebida y bien paladeada se forma el bebedor un mundo alegre y optimista, a la medida de su gusto, un mundo hecho para su uso particular, pero creado en toda regla por breve evolución cosmológica, que se inicia al revolver la sidra en el vaso, la nebulosa, de la nebulosa la estrella y de la estrella el mundo; mundo tan lleno de optimismo y entusiasmo y de entusiasmo emprendedor…"
¿Cómo no van a fluirle a uno las ideas los sábados ante la sidra…y el pinchu de picadillo?
El libro de reserva, gran reserva…de ideas.
2 comentarios:
Andrés Álvarez, Valentín ;)
La monogamia de amigos, como la de la pareja (en sus inicios, claro), son peligrosas, porque el miedo a la soledad acecha peligrosamente.
No hay peor soledad que la de estar con alguien a quien no amas. No se si lo de las parejas abiertas puede resultar un tanto atrevido para este blog. Si en los inicios no es es fiel a la pareja.... Si se es cerrado a las nuevas ideas, se es cerrado a todo y uno se ahoga en sí mismo.
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