“Cuando llegó a los campos en los que se había desarrollado la batalla, al ver que algunos retrocedían debido a la descomposición de los cadáveres, se atrevió a pronunciar esta desafortunada frase para infundirles coraje: el cadáver de un enemigo huele siempre bien, pero el de un conciudadano, huele mejor.”
Más que desafortunada, dirías enigmática, y te quedas todavía dudando sobre su significado.
Más claras, y también sobre olores, son las palabras de su sucesor, Vespasiano.
“Al censurarle su hijo Tito la intención de aplicar un impuesto sobre la orina, Vespasiano le dio a oler la primera cantidad recaudada por ese impuesto, al tiempo que le preguntaba si su olor le molestaba; como Tito respondiera negativamente, añadió: y, sin embargo, proviene de la orina.”
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