2007/01/31

LA RUEDA DE PRENSA. PERPLEJIDAD

Se mantienen tus niveles de perplejidad, ni siquiera aumentan, no esperas otra cosa, sabes que el mundo de la prensa funciona así, y sin embargo no dejas de reseñarlo.
Trabajas en una empresa que se dedica al transporte de pasajeros. El caso es que, si haces cálculos, dedicas al menos una cuarta parte de tus horas anuales a ese etéreo submundo de las normas ISO, de las certificaciones, de las encuestas, esa parafernalia. Si tuvieras una empresa no se te ocurriría gastar ni un duro en eso. Ya que es publicidad, encargarías directamente una campaña, pero no tienes esa empresa, eres un trabajador por cuenta ajena y tienes que hacer lo que te mandan, envías y recibes correos, cuadras datos, ajustas tablas, imprimes, y, en general, contento, porque no pasas frío, ni calor, tienes un teléfono con salida al exterior a tu disposición y no te peleas con nadie por si hay que insertar o suprimir una línea o un cuadro.
Todo el mundo está en contra de esas historias, de ese montaje, y lo de montaje es literal, porque ese mismo que cuando estaba en otra área y se le requerían datos, decía que lo de la calidad era una comedia, lo ponen al frente de una dependencia que tiene alguna certificación o alguna cosa de esas, y, lejos de desmotarla, la potencia. A partir de ahí, con la boca pequeña y en confianza dirá lo que quiera, pero en la práctica aumenta la bola, porque, lo que es peor, cuando marche para otro sitio, estará tentado de copiar (emular, dirá). Siempre se podrá echar la culpa a que ahora las cosas son así, son planes estratégicos, el sector también lo hace, etc. Todo, menos coger el toro por los cuernos, dar órdenes desagradables o simplemente órdenes, a personas concretas y resolver problemas reales.
Pues nada, dentro de este montaje dan a tu empresa, a tu sector regional, una acreditación. Dar es un decir con la cantidad de recursos que hay que utilizar, que no son gratuitos, consultoras, auditoras, entes que trabajan sobre cosas que a nadie interesan, ni a la empresa ni, mucho menos, a los clientes, estadísticas de colorines compuestas y descompuestas, desagregadas se dice ahora, hasta que salgan guapas, algo así como “leña al mono hasta que cante”, y acaba cantando.
Conseguida la dichosa certificación, hay que organizar un acto público; no, un mítin no, que las palabras son ambivalentes. En las empresas serias un acto público es una presentación ante los jóvenes periodistas de todos los medios locales y regionales, pero antes hay que alquilar un salón en un buen hotel. Sea. Los chicos de la prensa hacen su trabajo educadamente. Sin pisarse el terreno unos a otros van haciendo tomas. A la hora concertada, con puntualidad, como corresponde al sector del transporte, se proyectan las diapositivas correspondientes, que no interesan lo más mínimo a la concurrencia. Se pronuncia las palabras preparadas. El tema es plúmbeo, burocrático, datos. Lo que la empresa quiere vender no coincide con lo que la concurrencia quiere comprar. No hay un punto de equilibrio entre la oferta y la demanda. La concurrencia se da por satisfecha con el dossier de tres páginas recibido. Es hasta demasiado, pero es el tamaño mínimo para que todos los departamentos y todas las capillitas internas puedan sentirse satisfechas. El departamento certificado mandó un amplio informe al departamento de prensa, esto lo retocó, no mucho, solo cuestiones formales, para no generar fricciones.
Los chicos de la prensa querrían un informe más escueto, lo directamente publicable, pero esa será otra fase y todo se andará ¿no hay ya ruedas de prensa sin preguntas?. Con la supernota de prensa, el departamento de Comunicación justificará en su informe anual el trabajo realizado, lo adjuntará como anexo. Al final los chicos de la prensa harán dos preguntas, dos, pero la mañana siguiente comprobarás que justamente eso fue lo que se publicó de forma más destacada, es decir, si finalmente va a haber más puntos de parada y más frecuencias. ¿Qué importa a nadie lo demás? Y el objeto de la presentación y de tantos desvelos, mencionado impropiamente y de pasada. Otro equipo de gente se dedicará a rebuscar en la prensa, seleccionar el artículo, escanearlo, resumirlo, codificarlo, archivarlo…vueltas a la noria.
Pero no hay problema, dicen que lo importante es salir, estar ahí, que vean el hall del hotel que tu empresa tiene un acto, que por el hotel pasa gente importante, que hablen de uno, aunque sea mal.
¡Dios mío, qué montaje pagado con los impuestos de los ciudadanos!
Otra de indios. En el resumen de prensa que diariamente recibes, clasificado por sectores, ves que desde hace unos días hay un capítulo denominado RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL ¿qué clase de noticias incluye? Pues que tu empresa patrocina un equipo deportivo. ¿Ahora la publicidad, la propaganda, el patrocinio se llaman “Responsabilidad social empresarial”. Eso sí es ingeniería de lenguaje. Eso sí me deja perplejo.

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