2007/01/01

DIÁLOGO PREVISIBLE DE TANATORIO

- Ya ves, siempre nos encontramos por estos sitios.
- Ya, así es la vida, unos días de fiesta y otros de entierro. Bueno hasta luego. Vamos a ver si vemos a alguien.

- Mira, en la cafetería está Alicia.
- Pero no vamos a darle el pésame en la cafetería.
- No, hombre, quería decirte sólo que estaba ahí Alicia.
- ¿Con quien estaba?
- Con la prima de Mieres.
- Sí, me parecía, pero no estaba seguro.

- Hola.
- Hola. Otra vez por aquí. Mira que nos vimos aquí mismo en lo de Ricardo.
- ¿De qué conocías a Juanita
- Gelín me arregló el tejado hace unos años.
- Ah, claro.

- En fin, no pudo ser.
- Gracias, era una mujer muy fuerte, pero…
- ¿Cuántos años hace que había empezado a estar mala?
- Tres años ahora por febrero.
- El cáncer cuando ataca…
- Y todo empezó por una verruguca de nada, aquí en el brazu hará ocho o nueve años. Fue al médico y dijoi que nun tenía importancia. Pero hace tres años fue cuando i empezó a doler la cabeza.
- Ya, y luego lo de la cadera.
- Sí, cuando la operaron de la cadera fue como si se desataran todos los demonios, eso la revolvió y lo aceleró todo.
- ¿Y cuando la ingresasteis?
- El sábado, y hoy ye lunes, fíjate.
- ¿Estaba consciente?
- Súpolo todo desde el principio. Cuando quedamos solos díjome: de aquí ya no salgo. Era muy lista, muy lista, veía las yerbas crecer.
- Fíjate en qué fecha más señalada.
- Ya, pero ye lo mismo, para esto todas las fechas son señaladas.
- Bueno, pues ahora a tirar palante.
- ¡Qué remediu queda!


- Hombre, está ahí el hermano.
- Bueno, que lo siento, oye.
- Gracias.
- Si no tenía solución, lo mejor era que fuera cuanto antes.
- Sí.
- ¿Pero era de esperar tan pronto?
- Yo ayer ya la vi muy mal, muy inquieta.
- Porque para verla sufrir…
- Sí, la verdad es que sí, últimamente ya lo hacía todo por ella.
- ¿Quién estaba cuando murió?
- Estaba el hijo. Gelín iba a venir por la mañana. Yo estuve ayer por la tarde, le pusieron un tubo.
- Ya, los médicos qué van a hacer, aunque sepan que no va a ser para nada.
- Ya. Estaba muy desasosegada, muy inquieta, con algún espasmo, yo ya lo vi mal.
- Pues lo dicho, mejor así.


- Marcharemos, ¿eh?
- No vimos a Manolín. Manolín se llamaba el hijo mayor, ¿no?
- Sí, Manolín, pero casi no lo conozco.
- Bueno, total, ya los vimos a casi todos. Sí, vamos yéndonos.


- Bueno, hasta otro momento.
- Y a ver si nos vemos en otro sitio, que siempre nos vemos aquí.
- A ver.

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