Te encuentras con un amigo, vamos a decir amigo, otra palabra sería muy fría, conocido es poco, compañero sigue siendo poco, además, seguramente nunca comiste el pan con él, eso quiere decir compañero, vamos a dejarlo ahí, jubilado, buen pintor aficionado, mejor que yo seguro, le preguntas qué tal le va, que si sigue pintando, sí sigue pintando, se levanta a las ocho, pinta hasta las doce, se ducha y sale a dar una vuelta, no, por la tarde no pinta, está preparando una exposición, siempre está preparando alguna exposición, pinta porque le gusta pero también quiere vender, expuso varias veces en el Banco de Bilbao, ahora debe ser BBVA, ya estuviste allí más veces, sí, pinta bien, está pendiente de que lo llamen, el Banco tiene que encajar fechas, tienen sus compromisos, sus amigos, les regala un cuadro cada vez que expone, la cosa funciona así, una vez tenía un problema en un ayuntamiento de Galicia, algo de herencias, quizá con algún aspecto urbanístico menor de por medio, licencias y esas cosas, de esas que queremos que nos hagan la vista gorda cuando nos tocan, porque son minucias, que arreglen antes lo de los peces gordos, y estaba la cosa bloqueada, pero conoció al alcalde, le pintó su casa, supongo que con brocha gorda, luego en ese pueblo hicieron uan exposición de una feira o no sé qué y necesitaban un cartel, y pintó el cartel, y regaló al ayuntamiento el original, bueno, al ayuntamiento o al alcalde, no sé si cuando se regala algo se piense en la persona o en la institución, es como cuando dices que a la empresa no le haces ningún favor, que es por los compañeros, o por el compañero-jefe, y se fue allanando el camino, la cosa funciona así, ya sabes, manos que no dáis, qué esperais, es el engrase de la vida, el pequeño engrase, sí, un regalín por aquí, una invitación por allá, no importan, no es corrupción, es una cortesía, vamos, sería una descortesía no aceptarlo, ay, qué diferentes se ven las cosas a los veinte años de a los cincuenta, pero hay un problema, tienes memoria y querrías no tenerla, en algún tiempo sacralizaste la norma, las formas, el reglamento, y la vida va por otro lado, ir por el libro, a donde lleva ir por el libro, luego ya te fuiste doblando, doblegando, rindiendo, modulando que se dice ahora, vas buscando refranes que te consuelen, lo mejor es enemigo de lo bueno, hasta te haces un fanático de esas frases, fuera fundamentalismos, pero echas en falta valores superiores, criterios firmes, que no todo sea táctica, algo de estrategia, te acabas convenciendo de que la estrategia es sobrevivir, adaptarse, ir tirando, mirar para otro lado, intentar ser feliz, si es que se puede ser feliz siendo tan grande el peso de la memoria, de la conciencia, suponiendo que no sean lo mismo memoria y conciencia.
El pintor pasa por buen paisano, y lo será.
2007/01/18
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